La vivienda social, el superávit y el Carrilet centran el debate sobre la ciudad en Reus

La sesión, la primera de este tipo con Carles Pellicer en la alcaldía, inició la carrera hacia las elecciones de 2023. La oposición criticó que las reglas del pleno dificultaban la fiscalización

30 julio 2021 05:35 | Actualizado a 30 julio 2021 11:14
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Reus celebró ayer el debate sobre el estado de la ciudad, un formato de pleno contemplado en el Reglament Orgànic Municipal (ROM) que se aprobó hace justo un año, en julio de 2020, y que se ha activado coincidiendo con el ecuador del mandato. El orden del día, especial y extraordinario, contó con un único punto que debió estar orientado a «analizar la política general del gobierno municipal». La última sesión de características similares se había llevado a cabo aún con el socialista Lluís Miquel Pérez en la alcaldía. La de ayer fue, por lo tanto, la primera para Carles Pellicer (Junts per Reus) liderando el ejecutivo y también, en consecuencia, la única en al menos la última década. 

Se alargó durante cerca de cuatro horas en que los grupos con representación en el consistorio y el concejal no adscrito Raúl Meléndez desgranaron sus proyectos, criticaron los de sus rivales y cuestionaron insistentemente las reglas del pleno. Pero el debate fue sobre todo, quizá por encima de cualquier otra cosa, el pistoletazo de salida a la campaña de cara a 2023. 

Lo evidenció primero la CUP, a través de Marta Llorens, que lamentó que la cita se convirtiera en «un clic en la cuenta atrás para las elecciones» y «un recopilatorio de mítines». El traspaso del Hospital Sant Joan, el lío urbanístico y comercial del Carrilet, la estación ferroviaria de Bellissens o la Hispania, pero también la falta de vivienda social, el superávit, el conflicto con el contrato de la recogida de la basura, la presión fiscal, la cantidad de efectivos policiales o la futura piscina cubierta municipal se pusieron sobre la mesa después de que PSC, CUP y Meléndez votasen en contra del carácter virtual del debate. Solo el alcalde Pellicer y la vicealcaldesa, Noemí Llauradó(ERC), intervinieron desde el Ayuntamiento, en la Sala Tinell. 

También hubo polémica por el orden de los turnos. Por una parte, porque el gobierno había previsto en Junta de Portavoces poder pronunciarse en bloque. Andreu Martín (PSC) se descolgó anunciando que «mi grupo no intervendrá hasta que lo hayan hecho todos los que tienen representación inferior» y, pese a las críticas del gobierno, Ara Reus acabó avanzando su exposición. Y por otra, porque, siguiendo las normas establecidas por el mismo ejecutivo, Junts per Reus y ERC hablaron por boca del alcalde y la vicealcaldesa pero también a través de sus portavoces. La oposición vio en este planteamiento una oportunidad doble que «mengua nuestra capacidad fiscalizadora».

Pellicer arrancó apuntando que «este verano se cumplen 10 años de mi alcaldía» y recordando que, en este tiempo, «han pasado muchas cosas y siempre hemos ido hacia adelante». Destacó, de sus dos mandatos y medio, la «política de proximidad que continúo aplicando hoy en día y que seguiré haciendo» y apuntó que «lo que nos guía es hacer de Reus una ciudad mejor y Reus somos todos y cada uno de sus más de 100.000 habitantes». 

En cuanto a actuaciones concretas, expresó que «encaramos la recta final de la Boca de la Mina, trabajamos en el Carrilet y en la estación de Bellissens, el centro de aguas es muy necesario y el skatepark aportará zonas verdes». «Tenemos la peatonalización del Raval Santa Anna y la Hispania, y la obra del eje central empezará este año», añadió, y precisó que «en vivienda, estamos moviéndonos y avanzamos».

Más del 80% del PAM en marcha

El grueso de la exposición del gobierno recayó en Llauradó, que analizó el Pla d’Acció Municipal (PAM) y detalló que «el 84% de las acciones ya están iniciadas». La vicealcaldesa radiografió el Reus post-Covid y concretó que «en 2020, hasta 4.393 reusenses acudieron por primera vez a los Servicios Sociales» o que, el mismo año, «se alojó de emergencia a 148 personas, un 82% más que en 2019». 

Sobre el PAM, Llauradó enumeró iniciativas de igualdad, el Centre Cívic Gregal y las tarifas sociales en las Escoles Bressol. Aseguró que el gobierno sigue buscando el desdoblamiento del CAP Sant Pere y «las reuniones con la Generalitat progresan», y celebró que el Sant Joan «traspasó su gobernanza bien», a la vez que «tenemos un nuevo CMQ». La vicealcaldesa se refirió al Carrilet y especificó que «este mandato se destinarán 800.000 euros al anteproyecto de la zona y al proyecto de una primera fase de la transformación». En ese ámbito, «habrá un espacio de producto fresco que se podría llamar mercado».

De Ara Reus, el tercer socio de gobierno, Dani Rubio subrayó que «siempre ha hecho prevalecer el municipalismo». La formación acaba de cumplir también una década. Rubio destacó iniciativas que llevan su sello, como la comunidad energética del barrio Gaudí o el plan de prevención de residuos, y apuntó, en el apartado de recursos humanos, que «estamos preparando un nuevo convenio laboral y una organización más ágil».

Por el Carrilet atacó al gobierno el PSC, que reiteró que «no se cierra». Igualmente lo hizo Débora García (Cs), que recordó que «en la anterior campaña se prometió una gran actuación y vino una auténtica pesadilla». 

Martín también cuestionó uno de los grandes pilares del ejecutivo, la gestión económica, y lamentó que el superávit sea «tan elevado». «Hay una parte, casi la mitad, que era de dinero con el que no hubo agilidad para atender una situación complicada mientras había gente que no tenía esos recursos», explicó Martín, que incidió en que «es una vergüenza». Los socialistas pusieron sobre la mesa 12 propuestas que incluyen, entre otras, más vivienda social, mejorar la recogida de basura, potenciar la igualdad o dinamizar el comercio. 

En cuanto a vivienda social, la CUP denunció que «solo ha habido diez solicitudes para reformar pisos y destinarlos al alquiler social, y eso es que algo se ha hecho mal», y la oposición en bloque puso de manifiesto las carencias de la ciudad en ese campo. 

Cs criticó  que «al gobierno se le ocurrió, en plena pandemia, reclamar los vados en los polígonos a negocios que lo estaban pasando bastante mal y a vecinos de caminos». Y Meléndez preguntó «dónde ha quedado la promesa de las 1.000 viviendas sociales» y dijo que el PAM «ya está obsoleto y ustedes no han sabido adaptar los proyectos a las necesidades de la gente». «Hagan autocrítica, revísense, miren lo que les pide la ciudadanía», recomendó.

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