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    La zona del Roquís de Reus tendrá casi 6.000 m2 de espacios verdes

    A raíz de la aprobación definitiva del Pla Especial Urbanístic de la zona C-6, hay entidades, aun así, contrarias a este. La empresa promotora del plan quiere crecer «preservando el entorno»

    15 julio 2022 21:20 | Actualizado a 16 julio 2022 11:00
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    La Comissió Territorial d’Urbanisme del Camp de Tarragona aprovó anteayer de forma definitiva el Pla Especial Urbanístic del Camí del Roquís. Dicho proyecto permitirá desarrollar este nuevo sector industrial en la zona poniente de Reus y abre la puerta, también, al inicio de un proceso urbanístico para una zona que va más allá de su ámbito.

    De hecho, en el apartado de justificación del docuento y de acuerdo al Pla General d’Ordenació Urbanística Municipal (PGOUM), se expone que el hecho de desarrollar dicho ámbito supone, entre otras cuestiones, «iniciar un proceso urbanístico para una zona que va más allá de su ámbito, cosa que reconoce el mismo PGOUM cuando especifica ‘este ámbito se ha estudiado conjuntamente con los ámbitos cercanos C-3, C-4, C-5 y C-7 para conseguir un gran espacio central, El Parc de l’Oest’».

    El plan recién aprobado, aun así, despertó ya desde sus inicios el malestar de varias entidades, que observan el replanteamiento de la zona del Roquís como una «amenaza» ante la «pérdida de suelo agrario». La superficie de todo el sector que nos ocupa, el C-6, agrupa 58.827 m² y el denominado Pla Parcial Urbanístic del Sector C-6 -Camí del Roquís –del que es promotora Industrias Preciber– tiene como objetivo crear más de 25.500 m² de suelo industrial, que se localizará en la parte central y este del sector. Aparte de naves industriales, se prevén casi 6.000 m² de espacios verdes, que se situarán en una franja de unos cinco metros, en contacto con la calle de Recasens i Mercadé por el oeste, y otra franja de entre 30 y 64 metros en contacto con el Barranc del Mas del Gassot por el norte.

    Otros 11.850 m² se reservarán para acoger un equipamiento, en la esquina suroeste del ámbito. Finalmente, el plan prevé un único vial, que discurre por el límite sur del sector, muy similar al actual trazado del Camí del Roquís. Tendrá 20 metros de ancho y conectará por su extremo oeste con la rotonda de la calle de Recasens i Mercadé. Las obras se realizarán en una única fase y en un plazo de seis años.

    «Como industriales, nuestro objetivo es crecer. Nuestra empresa se fundó en 1971 y desde entonces hemos ido evolucionando de manera continuada. Inicialmente, teníamos solo una finca, pero pensando en el crecimiento, fuimos comprando, con los años, otras del entorno,», cuenta el cofundador de Industrias Preciber, Emili Correig. De tal manera, que a día de hoy cuentan con la mayoría del espacio del C-6, una superficie «de seis hectáreas, aproximadamente». Para ampliar su área de acción, dice, el Ayuntamiento «nos pedía urbanizar y, como teníamos la mayoría de la superficie, lo comunicamos al resto de personas del C-6», añade. Técnicamente –comenta por su parte uno de los arquitectos implicados en la elaboración del plan parcial (PP, a partir de ahora), Miquel Domingo– «hay unos cuantos procesos para llevar a cabo la urbanización y el PP era el primero, que es la ordenación del conjunto del ámbito». «Después está el proyecto de reparcelación, que es la distribución de cómo se hace este aprovechamiento del espacio y, a continuación, el de urbanización propiamente, que respondería al cómo se construye».

    Solo como ejemplo –comenta Domingo– «hay que destacar que el PP contempla el 25% de cesiones de verde y esto hay que ponerlo en contexto: si observamos el Pla General de 1999, con polígonos similares a este, veremos que la cantidad de cesión de verde es minoritaria en comparación; y más respecto a los PP que había antaño». Normalmente –continúa– «estas cesiones se encuentran entre el 10 y el 15% y en el supuesto que nos ocupa, nos encontramos en el 25%», declara. «Casi cedemos el doble que la mayoría y en conjunto, acabaremos cediendo más del 55% de los terrenos», señala. Domingo destaca, por otro lado, que hay que ordenar, además, el barranco ya mencionado, que «es un punto delicado y sensible medioambientalmente». Explica que cuando asumieron la elaboración del PP, partieron de un terreno en el cual, «en más de la mitad de su extensión, no había zona cultivada y la mayoría estaba inactiva en términos agrícolas». Pone en valor la «singularidad del proyecto y que el objetivo es el crecimiento de la empresa, siempre preservando el entorno», completa.

    Correig tercia que «haremos una nave, pero dejaremos espacios para que los hijos y los nietos puedan seguir creciendo, sin ánimo inmobiliario de beneficio». «En tres o cuatro años, tal vez, la empresa crecerá en un 30 o un 40%», apunta, sin olvidar que «crearemos riqueza y generaremos lugares de trabajo».

    Las alegaciones

    Hasta lograr la aprobación definitiva, el plan se ha topado con varias entidades que se han mostrado contraria a este, como la CUP de Reus, la Comunitat de Regants del Pantà de Riudecanyes y el GEPEC-EdC, además de afectados directos por el planeamiento. Estos presentaron alegaciones al aprobarse el PP de forma inicial en el pleno municipal de mayo, las cuales fueron desestimadas. «Podrán ser presentadas de nuevo en la fase que corresponda», aclaró la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui.

    Fuentes de la Comunitat de Regants del Pantà de Riudecanyes repasan, por otro lado, que la agrupación es propietaria de la Sèquia Segona y «de acuerdo con el informe de secretaría de fecha 29 de octubre de 2018, hay que incoar un expediente de alteración jurídica de la misma, siendo competencia de la Junta de Gobierno de la Comunitat de Regants su alteración». Preguntada sobre si, una vez desestimadas, las alegaciones las volverán a presentar, recuerdan que «de momento, se ha presentado un recurso contencioso-administrativo contra la desestimación presunta, por silencio administrativo negativo, del recurso de reposición interpuesto, en fecha 11 de noviembre de 2021, contra el Decreto dictado por el Alcalde del Ayuntamiento de Reus, de 14 de octubre de 2021, mediante el cual se aprobaban definitivamente los Estatuts y las Bases d’Actuació de la Junta de Compensació del Pla Parcial». «Se verá en función de los acontecimientos el camino a seguir en los próximos meses», exponen las mismas fuentes. Valoran, por otro lado, que «cualquier reducción del suelo agrario nos preocupa, dado que Catalunya es deficitaria en productos agroalimentarios».

    Bajo esta última idea también se pronunció, como decíamos, la CUP y el GEPEC. «No entendemos que se cree suelo industrial a costa del agrícola, eliminando cualquier posibilidad para su aprovechamiento cuando hay suelo industrial infraocupado, como es el caso del Tecnoparc. Si se trabajara en políticas de traslado no ocurriría esto», manifiesta la concejala cupaire Mònica Pàmies, quien también hace hincapié que quien aprueba todo ello es el Ayuntamiento y critica también cómo se informó a los vecinos.

    Desde el GEPEC-EdC, en las alegaciones presentadas, aparte de exponer la preocupación por el suelo agrario y la «pérdida de biodiversidad», también exigían la desestimación del plan, destacando que «pretende eliminar tres masías, únicos reductos en la zona de actuación». El técnico en Defensa Ambiental del GEPEC-EdC, Quim Guasch, añade «con el plan se rompe el equilibrio natural y antrópico de la zona, somos contrarios a este tipo de proyectos», cuenta e insiste que la zona artificializada es una pequeña parte del sector a desarrollar.

    El aprovechamiento del espacio en los PAE de la ciudad

    Sobre el aprovechamiento del espacio de los Poligons d’Activitat Econòmica, el presidente de la APIR, Vicenç Ferré, dice que «contamos con 16 en total y de todos ellos solo hay uno que se puede decir que esté infrautilizado y ese es el Tecnoparc, por unas razones específicas de ese polígono, en que la normativa municipal sólo permite la ubicación de un tipo concreto de empresa y una determinada configuración de parcela y otros límites urbanísticos que son limitantes por algunas tipologías de empresas», señala. El Ayuntamiento, en este caso, «sí que podría modificar la normativa municipal y ampliar la tipología de empresas que se puede ubicar allí y, de esta manera, ganaríamos superficie industrial», aporta.

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