Los vecinos de la zona de Mas Magrané de Reus se asocian para reivindicar sus necesidades

La nueva agrupación, que comprende el ámbito entre avenida Marià Fortuny, Riera de Miró y Camí de Valls, se marca como primer reto acabar con el incivismo y dinamizar el barrio

28 noviembre 2020 08:27 | Actualizado a 02 diciembre 2020 09:30
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Crecen las asociaciones vecinales en Reus y, ahora, se suma la de Mas Magrané. Comprende el ámbito delimitado por avenida Marià Fortuny, Riera de Miró y Camí de Valls, «lo que suma más de 900 edificios. En viviendas son unas 2.000 y, en total, estaríamos hablando de unos 6.000 vecinos, aproximadamente», calcula el vicepresidente de la nueva Associació de Veïns Mas Magrané, Jordi Mateu. Su motivo de ser: «Hacer escuchar la voz de nuestros vecinos, dar a conocer nuestras problemáticas para poder solucionarlas, dinamizar de nuevo el barrio, ofrecer ayuda y apoyo a colectivos desfavorecidos, como personas mayores o gente vulnerable...», va señalando la presidenta, Cori Parra. Ella y otros miembros de la junta subrayan que el Ayuntamiento ha ido trabajando en la zona, «pero cambia mucho si estás asociado. El consistorio puede conocer la ciudad, pero no sabe las necesidades particulares de una zona. Así que, ahora, seremos la voz del barrio ante las administraciones», explica la secretaria, Núria Gras.

Actualmente, están acabando de zanjar algunos detalles de la constitución de la asociación y empiezan a darse a conocer. De hecho, tienen en la agenda ponerse en contacto con la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR) –quienes también ya están al día de la nueva agrupación–, «y el consistorio ya se ha interesado en conocernos», dice Cori Parra, quien detalla que están preparando un dossier del barrio «donde expondremos qué mejoraríamos».

Tienen previsto reunirse con entidades, la FAVR y con el consistorio para darse a conocer

Aunque todavía están trabajando en este documento, de entrada su primer reto sería acabar con el incivismo. «Sobre todo, incivismo en cuestión de basura. La gente no es cívica, es necesaria la educación y, además, se suma el hecho de que faltan papeleras y contenedores. En este tramo de avenida casi no hay», dicen mientras miran arriba y abajo desde la avenida de Marià Fortuny, en la altura de la plaza de Pau Casals. Núria Gras recuerda que precisamente el jueves de esta semana se encontró que alguien había tirado en medio de la calle, delante de unos contenedores, restos de un lavabo y un cristal de grandes dimensiones: «Era muy peligroso. Alguien podía hacerse daño».  Ante situaciones de este estilo, consideran que este sería un primer reto. Se plantean, por ejemplo, realizar campañas de concienciación, «también buscando la implicación del comercio para dar difusión», añade Parra. 

Pero tienen otros objetivos también muy claros: el apoyo a la gente mayor y a colectivos desfavorecidos. «Queremos hacer vida de barrio, organizar actividades lúdicas, talleres, mejorar la convivencia, recuperar las fiestas del barrio, ofrecer nuestra ayuda en todo aquello que podamos», remarcan. En este sentido, también señalan el importante papel que pueden jugar a la hora de identificar e informar a Serveis Socials de ciertas situaciones. «Tenemos que ser un apoyo social, y más aún en situaciones de emergencia como la actual», añaden.
De hecho, y con la intención de que todos los vecinos se sientan incluidos,  no harán pagar cuota, según detalla Pilar Regaño, la tesorera de la asociación vecinal de Mas Magrané. «Esto tiene que ser para todos los vecinos. Que cinco euros no marquen la diferencia en cuestión de derechos, que a veces es lo que sucede cuando hay cuotas», remarca la presidenta vecinal, a lo que Mateu y Gras subrayan que hay otras alternativas. De momento, particularmente están haciendo frente a los costes de constituir la asociación, «y lo que haremos será pedir subvención a la administración». 

Con todo, dejan claro que no tienen ningún ánimo de lucro, sino por el simple hecho de potenciar la zona de Mas Magrané. Un barrio que hace ya más de cinco años que no tenía asociación vecinal. Tras este tiempo, se habían producido varios intentos para organizarse de nuevo como asociación, «y ha sido ahora cuando se ha podido, finalmente, materializar, aunque con la pandemia se ha ralentizado un poco», explica Cori Parra. La junta de la asociación está formada por ocho personas y, paralelamente, tienen un grupo de WhatsApp con casi una veintena de vecinos. «Poco a poco vamos añadiendo a gente», dicen.  

Abrirse a la ciudad

La intención de la Associació de Veïns Mas Magrané es ir creciendo y «estar abiertos a toda la ciudadanía, hablar con las entidades...». En esta línea, señalan el Centre Cívic de Llevant como un referente del barrio. Por otro lado, se está planteando la posibilidad de realizar alguna ruta histórica por la zona y también subrayan que en la junta de la asociación hay un representante de la comunidad musulmana, «todo con este objetivo de ser un punto de conexión entre todos los vecinos», vuelven a remarcar.

En cuanto a ‘Mas Magrané’, recuerdan que la zona se conoce con este nombre por la antigua fábrica de jabones de Mas Magrané. Estaba ubicada entre las calles del Roser y el Camí de Valls, y los miembros de la junta de la asociación remarcan la importancia que tuvo esta industria por los vecinos de la zona. Fábrica que, cabe recordar, ha sido derribada durante estos últimos meses. En su lugar, ha empezado a construirse una promoción de viviendas, con un total de 24 pisos. No obstante, el proyecto completo contempla la construcción total de 60 viviendas en esta área.

El apunte: Unas cuarenta agrupaciones vecinales en la ciudad

Reus cuenta con cerca de unas cuarenta asociaciones de vecinos. Que formen parte de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR) son unas 36 (en octubre de 2019 se incorporaron, por ejemplo, el barrio Juroca y Parcel·les Cases, que hasta el momento no estaban en la federación) y, paralelamente, hay otras asociaciones no federadas, como sería el caso de AVV I de Maig o L’Harmonia del Carme, entre otros. La creación de la Associació de Veïns de Mas Magrané se suma a otra de reciente: la del Roserar, que aglutina la zona de Mas Iglesias. En este caso, la asociación vecinal se creó en 2018.

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