Los vecinos de Pintor Fuster insisten en desviar el tráfico pesado de la calle

Los afectados han recogido firmas para pedir que se obligue a los vehículos pesados a circular por la avenida de Salou

19 mayo 2017 23:09 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:17
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A los vecinos de la calle Pintor Fuster se les ha agotado la paciencia. El motivo son las reiteradas molestias que causa el tráfico de camiones por esta zona, teniendo en cuenta que el párking de vehículos pesados está ubicado en el extremo de la vía, justo al lado de la avenida Sant Bernat Calbó. Para llegar hasta el aparcamiento buena parte de los tráileres optan por entrar por el sur de la ciudad, concretamente por la calle Flix, y recorrer toda la calle Pintor Fuster hasta llegar al parking, o dirigirse a alguna de las empresas y talleres que hay en la zona, donde conviven las urbanizaciones de viviendas con las naves industriales.

La alternativa que proponen los vecinos, y para la que han recogido firmas, es desviar el tráfico pesado, de manera obligatoria, por la avenida de Salou. Los residentes se muestran molestos por el tránsito de camiones. Domitila asegura que «las molestias son constantes, e incluso algún día he llegado a pensar que el camión entraba en mi casa». La misma vecina confirma que en verano la situación empeora. «Con la llegada del buen tiempo el ruido todavía se cuela más en el interior de las viviendas», explica.

Excesiva velocidad

Otro de los afectados es Fermín asegura que el ruido ocasionado por el paso de los tráileres es constante y que «antes o después habrá que buscar una solución porque mantener el tráfico pesado por las calles residenciales también supone un problema de seguridad». El área de aparcamiento de vehículos pesados de Reus cuenta con 149 plazas y en la actualidad está al 100% de su ocupación.

La realidad es que no sólo lo camiones no respetan el límite de velocidad establecido, sino que también los coches circulan por la calle a más velocidad de la permitida. María alerta de que «ni las motos y mucho menos los coches respetan los límites establecidos en esta calle, y tampoco en las que conectan con las empresas industriales».

Para intentar mitigar este problema, el consistorio ubicó hace tiempo bandas rugosas, para evitar que los vehículos corrieran por la avenida. Pero en este caso, como se suele decir, el «remedio ha sido peor que la enfermedad». «El ruido que provoca la carga de los tráileres al pasar por las bandas es todavía mayor y por lo tanto el problema sigue existiendo actualmente», afirma otro vecino. Por esta razón, algunas de las bandas como las que había a la altura de la calle Alcalde Marià Pons se retiraron, mientras todavía permanecen intactos los de la rotonda que une la calle Pintor Fuster con la calle Manuel Milà i Fontanals.

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