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«Hemos hecho visitas con escuelas, hemos realizado reuniones de seguimiento y entramos a trámite la catalogación del Pont de Calderons y las Peixateries Velles; esto último es nuestra punta de lanza y el motivo por el que nos constituimos», explica Miquel Mora, tesorero de la Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni (ARCP).
La entidad, que se presentó en sociedad este sábado en el Palau Bofarull, trabaja ahora en una ruta del Modernismo alternativa y un cuento que acerque el patrimonio a los niños.
La ARCP surgió a partir del derribo del número 27 de la calle de Sant Llorenç. «Para evitar que pudiese ocurrir lo mismo con otros elementos valiosos, decidimos empezar a registrar solicitudes de catalogación», añade Mora. Y cuenta que «tenemos en mente otros proyectos, como ciclos de conferencias, y una segunda ruta modernista y también enfocada en el patrimonio industrial que hay en la ciudad, dirigida a la población y que tenga en cuenta la parte que habitualmente no se enseña pese a contener edificios igualmente bonitos».
Además, «estamos en un proyecto para sacar adelante un cuento infantil enfocado en nuestra creación y en la casa demolida en Sant Llorenç. Lo harán, desde cero, dos de nuestras colaboradoras para concienciar a la juventud sobre la importancia de conservar lo que tenemos», indica el tesorero de la Associació Reusenca per la Cultura i el Patrimoni.
Pero eso no es todo: «Tenemos previsto programar un festival sobre cultura ucraniana y estamos buscando fuentes de financiación para desarrollarlo», especifica Mora, que señala que «la intención es abordar desde actuaciones musicales hasta platos tradicionales».
Abiertos a incorporaciones
La ARCP cuenta en estos momentos con una veintena de socios y está abierta a que cualquiera que quiera se pueda incorporar.
Su vicepresidente, Xavier Tardiu, comenta que «en un municipio como Reus, de más de 100.000 habitantes, corresponde al pleno del Ayuntamiento resolver la catalogación. Por eso, nuestra labor consistirá en facilitar los argumentos para que, dentro del margen de discrecionalidad del pleno, quede circunscrito el ‘sí’ a los edificios y elementos patrimoniales que propongamos».
Tardiu detalla que «vamos por la vía de la Llei del Patrimoni Cultural Català, que es más ágil que la de catalogación urbanística y ofrece una protección igual de buena o incluso más». Y precisa que «Reus está muy desprotegida y debemos evitar casos como el de Sant Llorenç».
