Cómo controlar el colesterol

Consejos. El primer paso es un cambio de estilo de vida. Un 56% de la población mayor de 25 años tiene niveles elevados

19 septiembre 2021 06:50 | Actualizado a 20 septiembre 2021 13:07
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«Una molécula esencial, que todas las células fabrican y que no se puede destruir». Esta descripción del doctor Lluís Masana, director de la Unidad de Medicina Vascular y del Metabolismo del Hospital Universitario Sant Joan de Reus, corresponde al colesterol. En la actualidad, el colesterol alto es un problema que afecta al 56% de la población mayor de 25 años en España. Por esta razón, coincidiendo con el Día Mundial Contra el Colesterol –que se celebra cada 19 de septiembre– los profesionales de la salud y la alimentación recuerdan las causas y las consecuencias de tener unos niveles elevados. «Los humanos estamos hechos de colesterol y no podemos vivir sin su existencia. Esto conlleva que todas las células de nuestro organismo pueden producir colesterol y que no se puede modificar, sino que se elimina prácticamente inmodificable a través de la bilis», explica Lluís Masana. Aunque estas cuestiones puedan no despertar nuestro interés, no deberíamos subestimar los efectos que el colesterol puede tener en nuestro organismo. Justamente –dice el doctor– «este colesterol que no puede ser destruido por nuestro organismo, cuando se deposita en lugares inapropiados, como las arterias del corazón, se acumula en forma de residuo provocando arterioesclerosis».

Bueno y malo

Entonces, ¿la clave está en favorecer la circulación del colesterol por el organismo y evitar, así, que se acumule? «Lo primero es que la cantidad que circule por la sangre sea la adecuada para evitar que el exceso produzca arterioesclerosis», aclara el doctor.

En este sentido, los valores dependerán del tipo de colesterol y de cómo se transporta a través de lipoproteínas. «El colesterol malo –LDL– es el que viaja desde el hígado hasta todos los tejidos y que, en exceso, puede depositarse en las arterias; mientras que por el contrario el colesterol bueno –HDL– viaja desde las células hasta el hígado para eliminarlo», describe el especialista.

«Las estatinas, en dosis adecuadas, pueden reducir el colesterol a la mitad»

Por ello, la evidencia científica corrobora que «cuanto más bajos sean los niveles de colesterol LDL mucho mejor, para evitar su acumulación en las arterias que lleva a su inflamación, hasta el punto de taponarlas y provocar alteraciones tan severas como los ictus en el cerebro, alteraciones en la circulación en las piernas, o los infartos de miocardio, anginas de pecho...».

Asimismo, en cuanto a los valores recomendados «si no hay factores de riesgo, los niveles del colesterol malo deben estar por debajo de 130 mg/dL, mientras que en pacientes que son diabéticos o que ya han tenido un accidente cardiovascular se recomienda 55 mg/dL», detalla el Dr. Masana. Él mismo hace referencia a que «cada estudio que ha conseguido bajar los niveles de colesterol LDL ha mantenido los beneficios en cuanto a la disminución de padecer enfermedades cardíacas». En esta misma línea, el doctor recuerda que «el colesterol es un factor etiológico, es decir, es una causa de la enfermedad, pero la probabilidad de padecer arterioesclerosis aumenta si la persona es además fumadora, hipertensa, diabética, sedentaria, etc.».

Bajo control

Uno de los problemas del colesterol es que no presenta síntomas, por ello es «imperativo» hacer controles analíticos de forma, más o menos, habitual. «A los 20 años, todos deberíamos conocer nuestros valores de colesterol, por ejemplo incluyendo su determinación en análisis rutinarios durante la infancia. Después se deben hacer controles periódicos según los niveles», recomienda el doctor Masana.

En cambio, cuando se trata de formas genéticas, como la Hipercolesterolemia Familiar, «detectar la enfermedad en la infancia es primordial, ya que se calcula que 1 de cada 250 niños la padece». Al respecto, el especialista sigue explicando que «las elevaciones de colesterol pueden deberse a muchos factores y, aunque siempre hay una cierta predisposición genética asociada a factores ambientales –como seguir una alimentación inadecuada, no hacer ejercicio–, cuando nos referimos a la Hipercolesterolemia Familiar debemos saber que existe un trastorno genético, ya que las personas nacen con la mitad de las sustancias que desechan el colesterol de la sangre».

«Los humanos estamos hechos de colesterol y no podemos vivir sin su existencia»

En este sentido, acumular colesterol desde el nacimiento conlleva que haya un incremento de padecer enfermedades cardiovasculares a edades más tempranas y de que se aceleren las complicaciones, como la posibilidad de padecer un infarto, entre diez y quince años antes de lo habitual.

Asimismo, el especialista del Hospital de Reus recuerda que «durante la pandemia, los controles habituales del colesterol se han visto alterados, el acceso a análisis de control y a las prescripciones de medicamentos se vio limitado y la gente ha ganado peso por la inactividad, tienen los niveles de azúcar, presión y colesterol descompensados,… por lo que suponemos que más adelante veremos consecuencias». Dice que «durante la primera ola las personas que acudían al hospital con infarto de miocardio se redujo en un 40%, ya que se quedaban en su casa padeciendo el infarto. Y ahora los cardiólogos están viendo las consecuencias de un infarto no tratado en el momento oportuno y con complicaciones que hace años que no se veían».

Un cambio de estilo de vida es el primer paso para controlar el colesterol. «No es lo mismo tener colesterol y fumar, o ser diabético, que tener solo colesterol», asegura el Dr. Masana, quien señala que «una dieta adecuada disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares».

«El colesterol malo –LDL– es el que viaja desde el hígado hasta todos los tejidos a través de lipoproteínas y que, en exceso, puede depositarse en las arterias»

En cuanto a los beneficios de las leches fermentadas suplementadas con fitoesteroles, que desplazan el colesterol que sería absorbido en el intestino, el doctor asegura que «contribuyen a reducir la absorción del colesterol en un 10%». Pero este porcentaje no es suficiente en personas propensas a enfermedades cardiovasculares, ya que el objetivo es bajar al máximo los niveles para reducir la posibilidad de repetir una lesión cardiovascular.

En este sentido, «los medicamentos como las estatinas, en dosis adecuadas, pueden reducir el colesterol a la mitad, ya que reducen la producción de colesterol en el hígado».

En cuanto al futuro de los tratamientos, «existen inyecciones subcutáneas –dos al mes– para controlar el colesterol y en breve plazo se espera que sea una inyección cada seis meses, con la que se conseguirá reducir a la mitad los niveles de colesterol».

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