Ejercicio físico, calidad de vida

Realizar deporte de forma habitual es una de las claves para evitar enfermedades derivadas del sedentarismo

05 noviembre 2021 19:29 | Actualizado a 05 noviembre 2021 19:32
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Resulta muy importante realizar algún tipo de actividad física para favorecer la movilidad y evitar enfermedades provocadas por el sendentarismo. En el caso de la tercera edad, buena parte de ello dependen su buena salud, autonomía e independencia. El médico geriatra y vocal médico sénior del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona, Miquel Domènech Mestre, aporta más de luz en el asunto, resolviendo dudas de diferentes ámbitos:

Beneficios del ejercicio físico

Sabemos que si una función del cuerpo no se realiza, tiende a atrofiarse, con lo que, para volver a estar como antes, va a suponer un considerable esfuerzo. 

Con la edad se produce una alteración de los órganos y tejidos del cuerpo y uno de los más importantes es en el tejido óseo y muscular. Esta alteración puede agravarse si además la persona mayor sufre otras enfermedades. 

Aquí hablamos de un término que es poco conocido: la sarcopenia, que significa una pérdida de la masa y fuerza muscular  asociada al envejecimiento. Puede provocar lo que los geriatras llamamos «síndromes geriátricos», como caídas frecuentes, fracturas de cadera, dolor, una alteración en la regulación de la temperatura corporal, más discapacidad... En general, una mayor fragilidad y vulnerabilidad para afrontar los problemas y enfermedades. Se ha comprobado que los beneficios del ejercicio físico en las personas mayores son muy notables: la velocidad de la marcha es mayor, así como la facilidad para subir y bajar escaleras, tienen una menor frecuencia de caídas y una mejora en otros aspectos como la tensión arterial, la diabetes, la respiración y la función cardíaca. En definitiva, viven más años, con una calidad de vida mejor y mayor independencia funcional. 

¿Cuánta actividad es necesaria?

La práctica del ejercicio físico debe formar parte de la rutina habitual, adaptarla a cada persona según sus posibilidades y medios, fácil de hacer y que no suponga un gran sacrificio.
Se recomienda tener una rutina adaptada a nuestras posibilidades y ante la duda, seguir las instrucciones que nuestro equipo de atención primaria nos indique según nuestro estado de salud. La periodicidad puede variar de 20 a 60 minutos diarios según el tipo de ejercicio que hagamos.

Las actividades adecuadas

Hay varios tipos de ejercicios que han demostrado ser muy eficaces en persones mayores:

  • Ejercicios de resistencia: sesiones de 20 a 60 minutos 3 veces por semana en varias repeticiones de 10 a 15 veces. Se pueden hacer con cintas elásticas, levantando pesas, con pesos en los tobillos y levantando las piernas estando sentado o estirado.
  • Ejercicios aeróbicos: pueden hacerse a diario o 3 veces por semana: pasear con una marcha activa, ‘aquagym’, bicicleta estática...
  • Ejercicios de equilibrio y elasticidad: hacer varias repeticiones de apoyarse en el respaldo de una silla y levantar las piernas hacia atrás, hacia los costados, flexiones contra una pared.
En general se pueden hacer en casa, no cuestan dinero y son muy efectivas si se adquiere una rutina. Aunque también pueden realizarse en un centro de día, centro cívico o casal, cercano a casa.

El impacto de la Covid-19

La pandemia ha afectado especialmente con una notable morbi-mortalidad a las personas mayores, sobre todo  las ingresadas en centros residenciales. Ha sido muy negativo, no solo porque muchas de ellas o sus cuidadores han enfermado y padecido las consecuencias de la enfermedad, sino que el aislamiento y la nula socialización han contribuido a empeorar su estado general físico y anímico. Los centros y las actividades que habitualmente efectuaban se suspendieron y los centros de atención primaria, bloqueados asistencialmente por la pandemia.

Como sociedad debemos realizar una profunda reflexión sobre las consecuencias que  la pandemia ha tenido en el colectivo más frágil, cómo hemos protegido a nuestros mayores y qué protocolos hemos aplicado hacia ellos, teniendo en cuenta que su opinión no ha sido consultada.
Cómo adaptar el ejercicio físico a la rutina diaria

Culturalmente las actividades físicas son poco habituales en nuestros mayores. Sin duda, en las próximas generaciones veremos un cambio significativo. Pese a todo, cada vez más las campañas de sensibilización dirigidas a este colectivo son más eficaces. Los diferentes colectivos profesionales (equipos de atención primaria, servicios  sociales, de ocio y culturales) en contacto estrecho con las personas mayores deben ser un foco de promoción  proactivo.

No olvidemos que el ejercicio físico, junto con una  alimentación equilibrada y una actividad cultural que enriquezca nuestra mente, son la fórmula para un envejecimiento saludable.
 

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