La nueva tendencia residencial

Las evidencias post pandemia, nos demuestran que tal y como están concebidas las residencias de personas mayores han quedado obsoletas y ya no tienen ningún sentido

05 noviembre 2021 19:35 | Actualizado a 05 noviembre 2021 19:36
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La crisis sanitaria que ha generado la llegada de una nueva enfermedad ha golpeado duramente a todos los segmentos sociales, generacionales y económicos, pero, sin duda, el colectivo más afectado con diferencia ha sido el de las personas mayores y, sobre todo, aquellas que optaron por vivir en una residencia sociosanitaria con independencia de la titularidad en su gestión. La situación de desamparo normativo y sanitario fue dramática y, de momento, en los geriátricos de Cataluña ya alcanza la cifra de 9241 muertes registradas sin que haya voluntad política de investigar y depurar responsabilidades. 

Las evidencias post pandemia, nos demuestran que tal y como están concebidas las residencias de personas mayores han quedado obsoletas y ya no tienen ningún sentido. Nos enfrentamos a un cambio cultural y de tendencias urbanísticas que deben dar respuesta a una sociedad cada vez más longeva donde la enfermedad se cronifica y donde el amparo y protección de la familia es débil y, en muchos casos, inexistente.

Por lo tanto, seguirá aumentando la demanda, pero debemos ser mucho más exigentes desde el punto de vista social y normativo respecto a las instalaciones, el estilo de vida al que aspiramos y la formación del personal que cuidará de nosotros cuando seamos mayores.
Los centros residenciales deben dotarse de espacios físicos abiertos o accesos a espacios públicos que puedan, llegado el caso, ser independientes; plantear soluciones habitacionales adecuadas para vivir en aislamiento con dotaciones tecnológicas adecuadas, espacios gamificados tanto internos como externos para facilitar el ejercicio diario ante cualquier circunstancia; habilitar áreas clínicas equipadas para recibir adecuadamente y con garantías y con accesos inmediatos y cercanos; flexibilizar las estructuras e infraestructuras para adaptarse a los cambios de forma rápida y eficaz; introducir herramientas tecnológicas fáciles y baratas para la atención social, humana, médica y asistencial.

Una nueva tendencia de espacio residencial para mayores está irrumpiendo en el mercado: senior living o retirement living. Mientras en otras partes del mundo como Estados Unidos o Dinamarca ya cuentan con espacios así, este concepto se encuentra en una etapa muy incipiente en España. Aquí gozamos de los espacios idóneos para que esto ocurra. Tenemos un clima envidiable y nuestro estilo de vida atrae a diferentes culturas y nacionalidades que se sentirían atraídos por disfrutar de la última etapa vital cerca del Mediterráneo.

El aspecto clave de este tipo de viviendas es generar una comunidad que ofrezca zonas comunes, servicios y actividades adicionales para los usuarios. Un público autosuficiente, al que aspiramos todos, que no solamente busca un hogar sino que también quiere integración social y compartir experiencias y hobbies.

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