¡Larga vida a la cocina marinera!

Antonio Martínez y Fanni Rom decidieron aparcarlo todo y recuperar el restaurante Gami, convirtiéndose en la tercera generación al frente

16 octubre 2021 10:41 | Actualizado a 22 octubre 2021 10:32

Fanni Rom y Antonio Martínez, en la sala del restaurante. FOTO: Alba Mariné

Un articulo de Francesc Torrente

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Si hay un lugar en el que miran con lupa cada nuevo restaurante que abre ese es Cambrils. Capital gastronómica de la Costa Daurada, gracias a ilustres restauradores que consagraron su vida a ello y que a día de hoy son espejo de una nueva camada de profesionales que aprietan y empujan desde atrás, empecinados en que esto siga así. Y una de las ‘caras nuevas’ es la que forman Antonio Martínez y Fanni Rom, hijos de dos maestros de la gastronomia cambrilense, que decidieron aparcarlo todo y recuperar el restaurante Gami, convirtiéndose en la tercera generación al frente.

Con poco más de dos años abiertos han tenido que hacer frente a toda una pandemia que hubiera hundido a cualquier empresa en sus inicios, pero estos dos fenómenos decidieron seguir adelante y aguantaron el tipo. Y la primera decisión que tomaron fue la de mantener el rumbo del Gami. Apostaron por seguir la línea histórica, con una carta que hacía hincapié en la cocina tradicional marinera, con sus arroces, suquets y una gran variedad de pescados del día cocinados al gusto del cliente.

Y, ¿por qué no? También se muestran atrevidos en los entrantes, donde Antonio tira de imaginación y sorprende con platos innovadores que aunque sin salir de la línea del restaurante nos saca una sonrisa cuando leemos la carta. El Gami dispone de una bodega con más de setenta referencias y equilibrada en precio, donde los vinos de la dominación tienen un papel destacado y se cumplen las expectativas de los exigentes amantes del vino. Los golosos también estan de suerte porque el surtido de postres és amplio y elaborado en las mismas cocinas del restaurante.

Hay que resaltar también la decoración del restaurante donde los motivos marineros se mezclan con la madera y unos grandes ventanales iluminan los tres pequeños comedores. Por último mencionar que una terraza rodea el perímetro del restaurante donde las mesas guardan suficiente espacio entre ellas.

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