Los tarraconenses que internacionalizan la ‘calçotada’

David y Alba viajaron a Holanda en busca de una nueva vida. Un mes y medio después, hacen feliz a la gente con las Happy Onion

27 abril 2021 05:30 | Actualizado a 27 abril 2021 11:13
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David Hurtado y Alba Serra emprendieron hace poco más de un mes una aventura que les quedará marcada de por vida. Un cúmulo de circunstancias y de casualidades ha hecho que esta pareja de tarraconenses se hayan visto inmersos de pleno en la internacionalización de la tradicional calçotada de Valls. Ahora, con la puesta en marcha de una tienda de calçots en Eindhoven, Alba y David se dedican a dar a conocer y a ofrecer esta experiencia gastronómica por todo el mundo. Conozcamos la historia.

David Hurtado es un joven arquitecto de 27 años. Alba Serra, de 25, es maestra de educación infantil. Decidieron cambiar su vida y buscar nuevas vivencias fuera de su ciudad. Tenían claro el destino: Enschede (Holanda). Emprendían el viaje el pasado 15 de marzo y, al llegar, encontraron en Facebook un grupo llamado Catalans per Holanda. Fue en esta plataforma donde les llamó la atención el anuncio de un joven que pedía ayuda para cocinar calçots. La pareja se puso en contacto con el emprendedor. Se trata de Julià Delos, un joven de Mataró, ingeniero eléctrico y doctorado en Philips, en Eindhoven.

Delos es el fundador de la startup neerlandesa La Calçotada, la empresa que pretende extender la tradición de comer calçots con salsa de romesco por toda Holanda. Todo empezó cuando celebró su cumpleaños haciendo una calçotada y vio el potencial que tenía una experiencia como esa. Decidió poner en marcha una página web para dar a conocer el producto y comercializarlo.

La startup ha evolucionado hasta una tienda de calçots –Pop up Store–, única en el mundo, y que abrió sus puertas hace tan solo dos semanas en el barrio de Strip-S de Eindhoven, en una antigua fábrica de la Philips. Además, un payes holandés, amigo de Delos, ha plantado 100.000 calçots, que ahora buscan su destino.

Barbacoas vegetarianas

«Julià necesitaba ayuda porque había muchas comandas. Alba y yo decidimos unirnos a su proyecto», explica David, quien le ha ayudado en el diseño de la tienda física. Venden packs con todo lo necesario para hacer una calçotada, en los que no faltan las Happy Onion –así llaman a los calçots–, la salsa de romesco, el porró de vino y un manual de instrucciones para vivir la experiencia gastronómica en toda su esplendor.

«A la mayoría de la gente le encanta. Pensar que aquí son mucho de hacer barbacoas y el tema del veganismo también se lleva. Es el combo perfecto», explica David. Además, la intención de la startup es también que los catalanes repartidos por Europa puedan reconectar con esta tradición.

La filosofía de la empresa es «hacer feliz a la gente con los calçots». De lo que no hay ninguna duda es que la experiencia de David y Alba en busca de una nueva vida empieza bien.

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