Marina Lozano: «Las caries prevalecen más conforme avanza la evolución»

Entrevista. La profesora asociada a la URV e investigadora del IPHES-CERCA infiere, a partir del desgaste dental, la dieta que llevaban los homininos e incluso el inicio de la división del trabajo por géneros

05 enero 2022 19:00 | Actualizado a 06 enero 2022 10:52
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Marina Lozano es doctora en Historia, profesora asociada a la Universitat Rovira i Virgili (URV) e investigadora en el Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA). Su trayectoria científica está centrada en el estudio de restos humanos, principalmente a partir del desgaste de los dientes pertenecientes a los homininos, a través de los cuales puede inferir desde la dieta que ingerían, hasta el uso de los dientes como herramientas e incluso la organización social y la división del trabajo por géneros.

¿Cuánta información aporta un pequeño diente de hace millones de años?

Muchísima. Por un lado, sobre los usos paramasticatorios, es decir, si se utilizaron como una herramienta, ya que eso deja unas marcas y puedes inferir para qué los usaban los homininos. Y por otra parte, a partir de los restos de dentadura hallados es posible deducir la dieta que llevaban, así como las patologías bucodentales que padecían. Básicamente, son las ramas en las que estoy especializada.

¿Dientes como herramientas?

Nosotros también los utilizamos, aunque no somos conscientes. Por ejemplo, cuando aguantamos una horquilla antes de peinarnos o cuando sujetamos un bolígrafo. Los homininos hacían lo mismo, pero con otros objetos, como podía ser una piel.

¿Qué técnicas utiliza?

Sabemos que los homininos sujetaban pieles entre los dientes. Entonces, con una mano las tensaban, mientras que con las herramientas líticas las cortaban. En ese proceso, si se repetía habitualmente, era probable que de vez en cuando se dieran golpes, que dejaban unos pequeños cortes en los dientes, muy visibles en un microscopio electrónico de barrido. Con esas marcas y otras que quedan si se utilizan para hacer otras actividades, podemos saber si trabajaban piel o fibras. Esto es lo que se conoce como usos culturales de la dentición y aporta mucha información.

¿A quienes pertenecían los dientes más antiguos que ha estudiado?

Desde homininos como el Homo antecessor, una especie extinta de hace un millón de años, a otros más modernos, de la Edad del Bronce, de hace unos 3.000 años. Y se puede constatar una evolución, una diferencia cultural entre las diferentes especies. Y, por supuesto, también aportan datos sobre patologías.

¿Caries?

En los neandertales y preneandertales las caries son muy extrañas. Sí que hemos encontrado cálculo dental, lo que se conoce como sarro, pero las caries se vuelven más prevalentes conforme avanza la evolución. Cuando de cazador recolector pasamos a un modo de vida agrícola, la dieta cambia y se empiezan a consumir muchos más hidratos de carbono en una dieta más blanda. Entonces es más fácil que encontremos caries. Podríamos decir que las caries, desde el momento en el que aparecen en la evolución, ya se quedan entre nosotros. Es como una epidemia. Y actualmente, casi todo el mundo las tiene. Están muy relacionadas con la dieta, con lo que ingerimos y también con la falta de higiene.

¿Nuestros antepasados tenían hábitos más saludables que nosotros?

En general, en la actualidad son comidas más procesadas, con más azúcares y muchos almidones. No necesitamos prácticamente masticar, por lo que todo ello nos está provocando, no solo caries, sino problemas de malformación y de malposicionamiento dental, que muchas veces tienen su origen en una dieta demasiado blanda para la que cada vez se necesita menos la utilización de los dientes. Lo he podido estudiar en casi un millón de años de evolución y constatar que existen estas diferencias, así como otras más culturales.

¿Por ejemplo?

En relación a lo que explicaba anteriormente de sujetar con los dientes pieles o fibras, esto en un principio lo llevaban a cabo todos los miembros del grupo. Sin embargo, conforme avanza el tiempo, por ejemplo en las sociedades de la Edad del Bronce, ya no son todos los miembros de la comunidad los que los utilizan, sino únicamente unos cuantos. Es decir, que ya aparece la especialización del trabajo. E incluso en algunas poblaciones he llegado a ver que para ciertas tareas son solo las mujeres las que hacen uso de los dientes como herramienta. Es un reflejo de cómo hemos ido cambiando.

¿En qué momento?

La sorpresa saltó al estudiar muestras neolíticas y de la Edad del Bronce, ya que no en todas las poblaciones utilizaban los dientes como una herramienta y en algunas, solo unos pocos miembros lo hacían. Por ejemplo, en una de las últimas publicaciones analizamos unos individuos de la cultura de El Argar, y ahí nos dimos cuenta de que, de más de 200 individuos, solo seis habían utilizado los dientes como herramientas y además, siempre eran mujeres.

¿La división del trabajo por géneros?

Sí. Había unos individuos específicamente en ese grupo que se dedicaban a preparar hilos con los dientes, lo que les ocasionaba un gran desgaste y todas las muestras pertenecían a mujeres. Esto constata una organización social compleja y división del trabajo, también por género. Asimismo, otro dato muy interesante es que entre esas seis mujeres se encontraba una adulta, ya mayor, con los dientes desgastadísimos y también una adolescente, que empezaba ya a tener las marcas. Con todo ello puedes inferir que se dedicaban desde jóvenes a ese quehacer. Por eso he podido llegar a especializarme. Sin embargo, antes de poder afirmar esto, han pasado años de trabajo y de muchos análisis.

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