Mònica Bellido: «La inclusión real debe hacerse desde el respeto»

Entrevista. Durante veinte años se ha dedicado a la enseñanza de niños y niñas de 0 a 3 años. A raíz de la maternidad tomó la decisión de realizar una pausa para dedicarse a la crianza de su hijo

20 agosto 2021 18:40 | Actualizado a 21 agosto 2021 06:37
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Mònica Bellido Mor (Reus, 1978) estudió Educación Infantil y durante veinte años ha desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la enseñanza de niños y niñas de 0 a 3 años. Pero hace 10 años, su vida profesional y personal dio un giro de 180 grados. Tomó la decisión de hacer un paréntesis para dedicarse a la crianza de su hijo diagnosticado de un Trastorno del Espectro Autista (TEA). Desde entonces ha dado el dos cientos por cien para mejorar la calidad de vida de las personas con condición autista. Así, después de colaborar con diferentes asociaciones del territorio, en 2019 creó la Associació Supera’t Reus y, desde entonces, también coordina un casal adaptado para infantes y jóvenes con TEA y otros trastornos del neurodesarrollo.

Dedicarse a la enseñanza, ¿qué le aporta a nivel personal?

Siento pasión por mi trabajo y devoción por la enseñanza. Disfruto mucho. Por ello, poder ver la evolución de los infantes, en la etapa de 0 a 3 años, me aporta mucha satisfacción personal. Es un período de acompañamiento porque, por ejemplo, entran sin saber caminar y se marchan andando, e incluso hablando. Seguir el proceso es muy gratificante.

También es testigo de la evolución de las familias.

Sí, ya que crecen los niños y niñas y también crecen las familias. Además, la relación con todos ellos es muy bonita.

A raíz de la maternidad tomó la decisión de realizar un paréntesis.

La pausa fue para dedicarme a la crianza de mi hijo. Entonces, él tenía unas necesidades específicas que debía cubrir, y me resultaba difícil compaginar este aspecto con mi vida profesional. No me sentía cómoda no estando ni en un lugar ni en otro. Así que decidí dedicarme a cubrir las necesidades específicas que mi hijo requería y a apoyarle.

Se cerró una puerta, pero se abrió una ventana de posibilidades y oportunidades.

Aproveché el momento para estudiar sobre la diversidad funcional y sobre cómo trabajar con infantes y jóvenes con Trastorno del Espectro Autista, para atenderles y ayudarles en sus necesidades. Aunque en estos años el esfuerzo ha sido doblemente mayor, la recompensa es inmensa.

¿Cómo afrontó el diagnóstico de su hijo?

Aunque llevaba muchos años trabajando en el ámbito de la educación y con el Equip d’Assessorament i Orientació Psicopedagògica, cuando eres tú quien recibe el diagnóstico es duro, ya que el ser humano no está preparado para que se le gire la vida de golpe. Es un cambio importante, y nadie quiere dejar atrás lo que entendemos como ‘normalidad’.

Desde entonces, no ha dejado de trabajar.

Debes aceptar el diagnóstico y no queda otra opción que ponerse a trabajar para acompañar a tu hijo en su desarrollo y evolución como persona. Desde el Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil nos dieron mucho apoyo y nos indicaron los pasos a seguir.

Las asociaciones son un pilar fundamental para las familias.

Cada vez hay más organizaciones que trabajan con las instituciones y otros organismos conjuntamente para apoyar a todos los familiares.

En 2019 impulsó la Associació Supera’t Reus.

Aunque formé parte de otras entidades del territorio, hace dos años surgió la oportunidad de crear el proyecto con la psicóloga Míriam Torre Martín y el apoyo del CN Reus Ploms. En todo este tiempo, hemos crecido mucho gracias al trabajo y el esfuerzo que día a día realizamos.

Cada vez hay más diagnósticos del Trastorno del Espectro Autista, incluso en adultos.

Los diagnósticos son más precoces lo que permite empezar a trabajar con los niños y niñas, sobre todo en la etapa de 3 a 10 años.

Este verano ha habido en la ciudad dos casales para niños con TEA. ¿El deporte es un recurso terapéutico imprescindible?

Para toda la población, el deporte y la actividad física aportan múltiples beneficios de salud mental y física. Pero en el caso de los niños y niñas con TEA, a través de deporte conseguimos mejorar socialización, es decir, trabajamos aquellas carencias comunicativas y sociales que existen dentro de los Trastornos de Espectro Autista, como la frustración, el respeto, la tolerancia, saber ganar, perder, etc.

También se fomenta la inclusión.

La inclusión no es estar en un lugar, sino formar parte e interaccionar con el resto del grupo, es decir, requiere integrarse y hacer actividades conjuntas entre todos los niños y niñas. Por ejemplo, este verano se han realizado en el CN Reus Ploms diferentes partidos de waterpolo con la sección de natación y salvamento, y hemos participado. Al final, la inclusión real debe hacerse desde el respeto.

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