Música, fútbol y dibujos con alma

Los tres perfiles de hoy se centran en un futbolista que impulsa un proyecto de integración a través del deporte, una artista que ha sabido dibujar toques de humor en medio de la pandemia y ha rendido un homenaje a los sanitarios en forma de libro y un DJ que alivió con su música los oscuros días del confinamiento.

Marc Bartra. Deportista con corazón

Maneja el balón con maestría. Y tiene un gran corazón. El exjugador azulgrana Marc Bartra, actualmente en el Betis, ha impulsado una sección de fútbol inclusivo en el Club Marc Bartra, que tiene sedes en Sant Jaume dels Domenys, Banyeres del Penedès y Vilafranca del Penedès. Era una ilusión del jugador natural de Sant Jaume. Su hermano Èric es el coordinador deportivo. Pero hay mucha más gente implicada en el proyecto y sin los cuales no sería posible: Laura Giné, como coordinadora del Marc Bartra Inclusive, y los seis entrenadores/as: Marc Garcia, Tània Moreno, Marina Retili, Maria Ferrer, Gerard Oliva y Clàudia Sans.

El propio Marc Bartra confesó que el equipo de fútbol base que creó en 2018 para que los niños y niñas del Baix Penedès disfrutasen con el deporte era un sueño. Pero ahora dice, emocionado, que «el sueño se ha superado: tenemos un equipo inclusivo porque ellos y ellas también merecen disfrutar de su pasión por este deporte».

El Marc Bartra Inclusive entrena cada lunes con su veintena de jugadores de entre 7 y 23 años. Son chicos y chicas con diferente diversidad funcional. Comparten entrenamiento con chavales de otras categorías de la entidad. Laura Giné explica que el equipo «aporta felicidad, aprendizaje, motivación, vínculo...». 

El campo del Sant Jaume es el del Marc Bartra Inclusive, donde se juega a algo más que a fútbol. Donde las carreras, los goles y los abrazos unen a todo un equipo.

Ana Jiménez ‘Mercrominah’. Homenaje hecho libro

La lead artist y viñetista tarraconense Ana Jiménez, más conocida como ‘Mercrominah’, ha sufrido este año, como tantas otras personas, la pérdida de un ser querido en plena pandemia. Ana ha hecho de tripas corazón y ha sacado un segundo libro, ‘Pandemiah’, a modo de duelo para afrontar la etapa más dura de su vida.

«Es un libro dedicado a mi padre y a todos los que han fallecido durante esta pandemia, ya que me ha tocado vivirlo muy de cerca. Mi padre murió en abril. Estaba ingresado con una enfermedad muy avanzada cuando empezó la locura del Covid. De hecho, el día que tuve en mis manos mi anterior libro publicado, ‘Traumitas’, por primera vez, me enteré de que su enfermedad no tenía cura. Llevaba muchos meses trabajando en ese libro y la celebración se me atragantó. No he podido disfrutar de ninguno de los dos libros, porque tampoco me ha apetecido. Pero tengo muchos años para celebrarlo y cuando esta pesadilla termine, montaré una buena fiesta», dice Ana.

Mercrominah lanza un mensaje pleno de lucidez: «La gente necesita empezar a ser más sincera en las redes sociales, dejarse de filtros y de colgar fotos aparentando ser feliz cuando no lo están. Reírse de sus traumas y compartirlos con los demás. Así se darán cuenta de que todos tenemos los mismos problemas. Si a la gente le va bien tener una libreta con un mensaje positivo me parece genial, pero en el fondo lo que necesitan es hablar más de los problemas y decir públicamente «¡pues estoy jodida hoy!».

Jay Ciru. El DJ del confinamiento

Su faceta de DJ polifacético le abrió las puertas de la popularidad durante el confinamiento. Los vídeos del reusense Javier Ciru alcanzaron casi las 500.000 reproducciones en las redes.

Curiosamente a Javier -Jay- Ciru (1980) el inesperado y eterno confinamiento le cambió la vida para bien. Las sesiones desde el balcón de su casa, en el barrio de Mas Iglesias, no solo deleitaron los oídos de los vecinos sino que su música alcanzó cualquier rincón del planeta. La polivalencia que exhibió para todos los públicos llegó a la gente. Desde música ochentera hasta el ‘Cumpleaños feliz’ completaron el amplio repertorio. 

Sus vídeos en las redes rozaron las 500.000 reproducciones, un auténtico hito inimaginable para este músico de vocación y de pasión.

Javier, ya hijo adoptivo de Reus, aunque nacido en La Pineda, aprovechó el proceso de la pandemia para mostrar otras facetas que nadie había descubierto antes en él. Toca el keytar con elegancia, compone canciones y hasta hace de vocalista. 
Dos temas propios ya han visto la luz. El primero, ‘Respira’, es una canción homenaje a los resistentes a la pandemia. El segundo, ‘El color de la vida’, desprende optimismo y frescura.

La profesión de artista la heredó de los genes familiares, sobre todo de su padre, Javier, con buenas manos para tocar la guitarra. Javier y Margarita, su madre, le regalaron un piano Casio para Reyes. Fue el primer instrumento con el que jugueteó. De los 9 a los 18 años pasó por el Conservatori de Música de Vila-seca para perfeccionar y entender mejor la música con más método.