Rubén Carcellé :«Supe que me curaría desde que me diagnosticaron el cáncer»

Entrevista Al ebrense le detectaron cáncer de colon con 34 años y acaba de publicar una guía sobre esta enfermedad, cuya recaudación irá a la investigación

04 febrero 2021 15:10 | Actualizado a 04 febrero 2021 15:23
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

A Rubén Carcellé (Sant Carles de la Ràpita, 1985) le diagnosticaron cáncer de colon con 34 años, el pasado agosto. Durante su convalecencia, tras la operación, recopiló información sobre la enfermedad y escribió el libro Càncer de l’aparell digestiu: una guia completa. Los beneficios íntegros de la venta de los 100 primeros ejemplares –unos 500 euros– irán destinados a la investigación contra el cáncer.

¿Qué sintió cuando le diagnosticaron cáncer?

Es curioso, pero lo primero alivio. Fueron muchos meses de dolor sin causa aparente, pruebas médicas varias que iban saliendo bien, pero si desde el principio me hubieran hecho la colonoscopia, me hubiera ahorrado nueve meses. Digo alivio, pues, porque después de un largo proceso de incertidumbre y dolor por fin sabía lo que tenía y solo quedaba concentrarse en aguantar hasta la operación y empezar a recuperarme. Mis dos abuelos tuvieron cáncer, uno de colon y el otro de pulmón, y desde que soy pequeño sabía que tenía números.

¿Cómo lo afrontó?

Con serenidad y optimismo. Desde que me desperté de la sedación de la colonoscopia y me dijeron que tenía una lesión que probablemente era cáncer, supe que me iba a curar. No me entraba otra idea en la cabeza. Pero sí que tuve miedo de que me tocase vivir con una bolsa de colostomía, ya fuese permanente o temporal. Eso me impulsó a buscar una segunda opinión y a cambiar de hospital. Afortunadamente, acabé en buenas manos y pudieron extirparme el intestino haciendo una anastomosis, que es reconectar por dentro los extremos como quien cambia una tubería en mal estado. La operación fue el día de mi 35 cumpleaños. No pude tener mejor regalo.

¿Qué es lo peor de convivir con esta enfermedad?

Lo peor es el después. Al menos en mi caso. Perdí casi 20 kilos durante el proceso y mucha masa muscular. Me costó bastante esfuerzo volver a caminar y a hacer cosas normales. Y yo siempre he sido muy activo. Incluso los días de postoperatorio en el hospital me tenían que ayudar a comer porque no tenía fuerza. Pero poco a poco y con rehabilitación, pude volver a caminar, primero con un bastón, luego ya erguido. Y así paseos por dentro de casa hasta volver a salir a la calle cada día un trocito más. En diciembre me apunté a natación e hice mi primera salida en bicicleta. No podía ser más feliz.

Es para estarlo.

Pero algo malo es que después del cáncer sufres por cualquier cosa que te pasa: ¿será esta nueva peca cáncer? ¿Es normal este dolor de estómago tan fuerte? A todos nos pasa, así que lo que tienes que aprender es a relativizar estos pensamientos.

¿Ahora se toma la vida de otra manera?

Mis prioridades siguen siendo las mismas que antes: ser feliz. Ya era consciente de la necesidad de disfrutar del ahora y de las pequeñas cosas de la vida. Lo más simple: la gente que te llena, las cosas que te gustan, el amor, ver mundo y conocer otros horizontes. Este último punto no sé cómo va a cambiar a consecuencia de la pandemia, pero supongo que es algo que también vamos a superar todos. Sí que es cierto que ahora he perdido la capacidad de poder estar nervioso que tenía antes.

¿Por qué?

Como periodista de televisión, los nervios forman parte de mi profesión, especialmente en los directos. Pero ahora los nervios me sientan fatal, se me hincha el abdomen como nunca antes me había pasado. Pero eso no va a hacer que renuncie a lo que me gusta. Solo supongo que deberé aprender a vivir esos nervios de otra manera y adaptarme.

¿Cómo se encuentra ahora?

Bastante bien, aunque el hecho de vivir con apenas un trozo de intestino grueso ha hecho que tenga malestar gastrointestinal constante, aunque esto no es nada en comparación al dolor que sentía en agosto de 2020, antes de que me operasen. Debo tomar medicación dos veces al día, para intentar reducir la liquidez de las heces. Además se me ha quedado una diarrea permanente, muchas veces al día, que puede ir reduciéndose hasta dos años después de la operación.

Vaya.

Pero lo más importante es que al salir del quirófano pudieron eliminar el tumor que, aunque era un adenocarcinoma invasivo e infiltrante del tamaño de una pelota de tenis, no se extendió más allá. Por una cuestión genética, no necesité quimioterapia porque hubiera sido contraproducente.

¿Y qué le animó a escribir este libro?

Cuando me diagnosticaron la verdad es que yo tenía muy poca información. Palabras como «anastomosis» «tumor estenosante» o «colectomía subtotal» me parecían de otro idioma. Quería saber qué es un adenocarcinoma invasivo e infiltrante, o la estadificación TNM del cáncer. Así que empecé a recopilar información de muchas fuentes. Y pensé que si yo estaba así, seguramente muchas otras personas habrían pasado lo mismo, y ¿por qué no poner toda esa información junta en un solo libro que, además, reúna todos los cánceres del aparato digestivo? Pensé que con eso podría ayudar a otra gente.

Comentarios
Multimedia Diari