Menos impuestos o contratos temporales: los trabajadores del campo se rebelan

Las 20 claves del conflicto

20 marzo 2022 16:56 | Actualizado a 20 marzo 2022 17:53
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El campo se ha unido de una forma nunca antes vista para defender sus derechos y exigir su protagonismo en la agenda política. Unas 400.000 personas se han echado a la calle este domingo en Madrid para reclamar lo que aseguran que les pertenece.

Pese a ser nueve organizaciones de ámbitos del mundo rural muy diferentes, se han puesto de acuerdo en un mismo manifiesto con 20 puntos en los que reflejan su malestar con las políticas del Gobierno. Ante todo, exigen "respeto" a un sector que ocupa el 84% del territorio nacional y que es el "verdadero guardián del medio ambiente" y de lucha contra la despoblación.

  1. Adecuados servicios sociales y sanitarios en el mundo rural y desarrollo de planes educativos, formativos y de empleo que permitan el mantenimiento de la España rural.
  2. Plan de choque ante el incremento de los costes de producción agrarios y aplicación de la Ley de Cadena Alimentaria para garantizar que los precios cubren los costes de producción.
  3. Una PAC y un Plan Estratégico más justos que aborden la pérdida de renta de las explotaciones agrícolas y ganaderas.
  4. Controlar que las importaciones cumplen las normativas vigentes en la UE.
  5. Condiciones de contratación que permitan la temporalidad y estacionalidad intrínsecas del sector agrario.
  6. Desarrollo de seguros agrarios que se puedan asumir por las explotaciones.
  7. Planes hidrológicos adaptados al futuro del sector que aseguren el riego, con más inversiones para la modernización de regadíos, así como un reparto más justo entre las explotaciones.
  8. Reducción de las tarifas eléctricas, aplicación de la doble potencia e IVA reducido para suministros de riego.
  9. Inversión en obras hidráulicas de regulación para reforzar la lucha contra el cambio climático y mitigar sus efectos, como las inundaciones y las sequías.
  10. Planes para la incorporación de jóvenes agricultores.
  11. Retirada del lobo del LESPRES y desarrollo de planes de gestión sostenible de la especie.
  12. Retirada de la iniciativa legislativa de la Ley de Protección y Derechos de los Animales para no impedir el desarrollo de actividades del mundo rural. Retirada también del Real Decreto de Núcleos Zoológicos, así como la modificación del Código Penal que pretende hacer extensible el maltrato animal a todos los animales vertebrados.
  13. Recuperación de la caza sostenible de especies migratorias, el silvestrismo y la caza en los Parques Nacionales.
  14. La defensa de la caza ante las políticas ecoanimalistas de Europa para que no se prohíba el plomo sin una alternativa viable y la intención de acabar con la caza de especies como la perdiz, codorniz o zorzal.
  15. Promoción y defensa de la actividad cinegética en España como un sector estratégico.
  16. Defensa y promoción de la actividad derivada de la ganadería de bravo como Patrimonio Cultural.
  17. Regulación fiscal reducida (10%) para la venta del toro bravo como producto cultural. Bonificación de un 35% y un 15% de la factura del gasóleo y plásticos y fertilizantes en el IRPF.
  18. Protección, desarrollo y difusión de las razas puras, con especial atención a las razas autóctonas españolas, como valor de nuestro patrimonio genético y cultural.
  19. Plan de promoción del agroturismo generando riqueza al mundo rural pero respetando la actividad propia de quien realiza la actividad agraria.
  20. Respeto al mundo rural, que el campo sea un mundo para vivir dignamente y que sea comprendido desde el mundo urbano.
La manifestación

Fue un grito de auxilio en una manifestación sin precedentes. Decenas de miles de personas -más de 100.000, según las primeras estimaciones de Delegación y 400.000 según los convocantes- inundaron este domingo el centro de Madrid en la que fue la mayor protesta del mundo rural de la historia de España. Una marea de gentes de lo más ecléctica.

Personas de muy variada clase social pero con un denominador común: su orgullo de ser de campo. Esa muchedumbre movilizada por la plataforma '20Mrural' tomó el corazón de la capital de España para reclamar de los poderes públicos y de la ciudadanía ayuda -que no "caridad" ni "limosnas"- para poder seguir con su modo de vida.

Fue una marcha ruidosa, pero no festiva, porque la zozobra por un futuro más que incierto lo copó todo. Los gritos contra el Gobierno, que fueron muchos, también se mezclaron con peticiones desesperadas. Un "SOS" para no dejar "morir el mundo rural", "asfixiado" desde hace años en algunos casos, y meses en otros, por el aumento del coste de los carburantes, de la electricidad, de las materias primas y por la sequía. También en las últimas semanas y días por el incremento de precios del cereal para las bestias por la invasión de Ucrania y la huelga de los transportistas, que impide sacar a los mercados la producción del mundo rural.

El objetivo de los convocantes de que conseguir una protesta masiva y transversal se consiguió sobradamente. Pocas manifestaciones en España han concitado la respuesta de tantos colectivos como los que se vieron este domingo sobre el asfalto del Paseo de la Castellana: agricultores, ganaderos, regantes, pescadores, cazadores, gentes del mundo del toro, pequeños empresarios de turismo rural, apicultores...

Diferentes profesiones y diferentes orígenes, porque este domingo en la principal arteria de Madrid fue imposible no encontrar la bandera de una comunidad autónoma, aunque predominaron las enseñas nacionales y los estandartes de los gigantes sindicales del campo, COAG, ASAJA y UPA.

En tractores

A bordo de 45 tractores, de varias carretas, de burros o a caballo, rodeados de gallinas, vacas u ovejas y tras el lema 'El Mundo Rural despierta' las consignas, gritos y pancartas fueron tan variadas como los colectivos que participaron en esta marcha histórica. Aunque la plataforma '20Mrural' insistió en su carácter apolítico, lo cierto es que fue visible la presencia de conocidos rostros de la oposición como los 'populares' Cuca Gamarra, Fernando López Miras o Esteban González Pons; el líder de Vox, Santiago Abascal (que vuelve a las calles tras la concentración de su partido el sábado en Madrid para protestar por la carestía de precios) ; o Edmundo Bal, de Ciudadanos.

'Marea naranja' Las críticas y ataques al Gobierno también se vieron y se escucharon por doquier. "Sánchez traidor", "Gobierno de lobos, pueblo de Borregos", "fuera los ministros que atacan el campo", "Podemita y ecologista de salón, vente a vivir al pueblo como vivo yo" ... Particularmente duros con el Ejecutivo socialista fueron sobre todo los cazadores.

La 'marea naranja', el color elegido por el colectivo cinegético, tuvo entre "ceja y ceja" la 'Ley de bienestar animal' y "las restricciones al mundo de la caza", que "amenazan con acabar para siempre con miles de puesto de trabajo en un medio rural que ya está en coma". Las voces contra los partidos que apoyan la prohibición de la caza del lobo también se dejaron oír fuerte, casi tanto como la de los profesionales que viven del toro de lidia, que tampoco ahorraron embestidas a los dos partidos del Ejecutivo central.

Pero más allá de reivindicaciones más o menos políticas, los mensajes fueron gritos desesperados de gentes que no ven la forma de salvar su modo de vida si no cambian las cosas, las leyes y la forma de mirar a la economías del campo. "Ganaderos contra las cuerdas", "Nos están matando de hambre", "En defensa del olivar y sus socios", "Soy mundo rural y soy tauromaquia", "La supervivencia del campo es de todos"... Un esqueleto sobre el que colgaba un cartel con la leyenda "Agricultor español, SOS" y una esquela que anunciaba la "Muerte de don Mundo Rural tras 10.000 años de vida", resumía gráficamente la inquietud que se respiraba.

Llamadas de atención de unos trabajadores que dejaron también claro en la gran ciudad que no quieren que los urbanitas les regalen nada porque, como recordaba una de las pancartas más recurrentes, "Si el campo muere, la ciudad no come". "Queremos soluciones, no subvenciones" o "Por un mundo rural vivo y sin limosnas", fueron otros los carteles y lemas que se dejaron ver y oír por todo el recorrido.

Esos poco más de 4 kilómetros que separan la Plaza del Emperador Carlos V, frente al Ministerio de Agricultura en Atocha, hasta la Fuente de San Juan de la Cruz, a las puertas del Ministerio de Transición Ecológica, estuvieron llenos de colorido, pero el ambiente no fue festivo en ningún momento. La zozobra de los manifestantes, como el cielo plomizo que este domingo lució Madrid, se impuso a las tamborradas y el constante ruido de los cencerros que acompañaron la marcha desde el inicio.

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