Sucesos

El preso fallecido en la cárcel de Tarragona había matado a su pareja rociándola con gasolina

El interno cumplía una pena de 22 años por asesinato de su pareja en La Bisbal del Penedès. Taponó la ventilación de la puerta con toallas para retrasar el detector de humos. Cuando se dio la alerta, había perecido por intoxicación de humo

Una de las celdas de la cárcel de Tarragona.Foto: L.M.

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El interno que ha muerto esta madrugada de lunes en su celda del Centro Penitenciario de Mas d’Enric –la cárcel de Tarragona–. Tenía 41 años y llevaba 7 meses (de los 22 años impuestos) de condena por asesinato.

La hipótesis principal de la investigación es que se ha quitado la vida y las primeras pruebas del escenario del crimen así lo certificarían, según ha podido saber el Diari.

La noticia de la muerte del preso se ha conocido de madrugada, una vez los funcionarios de la guardia de noche han abierto la celda del módulo 5 y han visto cómo la humareda del colchón ha dejado el espacio sin aire respirable.

Los internos del módulo han empezado a golpear las puertas al oler el humo. Y para ventilar la estancia, los gurdias se los ha llevado al patio del módulo durante el tiempo que se ha requerido para ventilar la celda.

La víctima había colocado toallas en la parte inferior de la puerta de la celda para dar mayor estanqueidad al habitáculo y provocar que el humo no saliera al pasillo y provocara que saltara la alarma. Por ello, el pitido de la alarma de incendios saltó tarde y, cuando los funcionarios corrieron hasta la celda y la abrieron, se encontraron sin vida al interno.

¿Quién era el preso que se había quitado aparentemente la vida? El preso que había provocado un incendio a su colchón (están fabricados de material ignífugo para evitar que haya llamas en las celdas, pero ello no impide que se genere humo tóxico) cumplía condena por un crimen machista. hace cuatro años en una urbanización de La Bisbal del Penedès.

El preso roció de gasolina a su pareja, de 37 años, en una casa de la urbanización Can Gordei. La mujer, todavía con vida, fue atendida por el SEM y trasladada al hospital de la Vall d’Hebron con quemaduras importantes de tercer grado por todo el cuerpo.

Mossos asumió el caso y lo que aparentaba un suicidio terminó desembocando en un asesinato y en una detención. La misma víctima, antes de morir días más tarde en el hospital, acusó a su pareja de rociarla con gasolina y prenderle fuego.

El juicio se celebró en febrero de 2023 y el jurado popular declaró culpable de asesinato al hombre. En su declaración, el acusado reconoció la autoría de los hechos. De hecho, la víctima sufrió quemaduras de tercer grado en el 96% de su cuerpo, que le causaron la muerte.

En la lectura del veredicto, el jurado afirmó que el trastorno de personalidad no especificado y el trastorno por dependencia al alcohol, la cocaína y el cannabis –diagnosticados previamente a los hechos– no afectaron su capacidad de razonamiento ni tampoco la capacidad de discernir entre aquello «bueno y doliente» a la hora de actuar.

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