Un hombre que mantenía una relación sentimental con una menor –que se inició cuando ella tenía 15 años y él, diez años más– la instó a que grabara en vídeo las relaciones sexuales que ambos mantenían. A pesar de que ella inicialmente se opuso, finalmente accedió por la presión ejercida por él.
Ahora, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona ha condenado al procesado a tres años de prisión y seis de libertad vigilada, además de pagar una indemnización a la víctima de 3.000 euros. El fiscal pedía ocho años de prisión.
Los magistrados han dado más credibilidad a la versión ofrecida por la joven, quien aseguró en todo momento que la idea de las grabaciones fue del hombre, lo que este negaba.
Los hechos
El acusado –que actualmente tiene 36 años– inició una relación sentimental a finales de 2016 con una joven, cuando ella tenía 15 años. La había conocido a través de las redes sociales. La relación duró aproximadamente un año, manteniendo relaciones sexuales consentidas por ambas partes.
A los pocos meses de iniciar la relación, el acusado sugirió a la víctima grabar en vídeo las relaciones sexuales que mantenían. Ella inicialmente se negó, si bien como consecuencia de la insistencia y la ascendencia que el acusado tenía sobre la menor, ella acabó accediendo.
El acusado, con conocimiento de que la víctima era menor de edad –por aquel entonces tenía 17 años–, «y conocedor también de la ilicitud de su conducta», comenzó a grabar las relaciones sexuales. Hay constancia de al menos tres vídeos y dos fotografías.
Sufrió depresión
Como consecuencia de los hechos, la menor sufrió depresión, ansiedad y flashbacks repetidos, que dificultaron su vida diaria durante al menos cuatro años después de los mismos.
Durante el juicio, tanto el acusado como la denunciante reconocieron los grabaciones, aunque hubo divergencias sobre de quién fue la idea.
Ella explicó que primero el acusado le insistía en que se grabara a sí misma tocándose y que ella decía que no, pero seguía insistiendo y al final lo hizo en algunas ocasiones. Y añadió que cuando mantenían relaciones sexuales, «él insistía en que quería grabarlas y ella le decía que no quería·», pero que a pesar de ello se grabaron una media docena de veces «y que siempre era el acusado quien proponía realizar las grabaciones, que ella nunca quiso hacerlo y no lo propuso ninguna vez».
La edad
Por su parte, el acusado manifestó ignorar la edad que tenía la menor, que ella le dijo que tenía 19 años. La menor, pero, declaró que se lo dijo y además estaba puesto en la aplicación de citas en la que se conocieron. Él negó haber convencido o insistido a la joven para grabar los actos sexuales, pero que tampoco la intentó disuadir, y «que era ella quien le convenció».
La Fiscalía consideraba que había un abuso de relación de confianza basada no solo en la relación amistosa entre el acusado y la joven, sino teniendo en cuenta qué tipo de relación tenían. Pero los magistrados no creen que ello respondiera «a un ardiz o situación buscada de propósito por el acusado».