1.704 km por la artritis

Pedales solidarios. Un joven valenciano, Jorge Rodríguez, recorrerá toda la Via Augusta en bicicleta para sensibilizar a la población sobre esta enfermedad

18 marzo 2018 16:27 | Actualizado a 18 marzo 2018 16:36
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Visibilizar la artritis, una enfermedad a veces invisible y muy difícil de entender, incluso para el propio afectado, es el objetivo de un reto que llevará a un deportista a cubrir en bici los 1.704 kilómetros de la Via Augusta, la calzada romana que recorre el Mediterráneo desde Francia hasta Cádiz.

El reto, una iniciativa de la Asociación Valenciana de Afectados de Artritis (AVAAR), comenzará el próximo miércoles día 21 en Narbona (Francia) y concluirá diez días después en Cádiz, según explica la presidenta de la Asociación, Carmen Fondo.

El deportista Jorge Rodríguez Cortés, conocido en las redes sociales como @yeicotrainer, será el encargado de hacer realidad este desafío, en el que recorrerá en bicicleta el tramo que utilizaba el emperador Augusto para acceder a la Hispania Citerior o Hispania Tarraconensis, de la que Tarragona (Tarraco) fue capital.

Dos de las etapas atravesarán la demarcación de punta a punta con escala de una noche en Altafulla

Dos de las diez etapas transcurrirán por la demarcación. La segunda (el jueves 22) concluirá en Altafulla tras haber salido de Riudellots de la Selva (Barcelona). Serán 181 kilómetros. Al día siguiente, viernes, Rodríguez partirá de Altafulla, recorrerá toda la costa y dormirá en Torre de la Sal (Castellón). 179 kilómetros más.

La Vía Augusta atraviesa municipios como Gerunda (Girona), Tarraco (Tarragona), Dertosa (Tortosa), Saguntum (Sagunto), Valentia (Valencia), Saetabis (Xàtiva), Corduba (Córdoba), Oripoo (Dos Hermanas), Ugía (Utrera) o Portus Gaditanus (El Puerto de Santa María).

Con este reto, Jorge Rodríguez  intenta concienciar a la gente. «Estoy cansado de escuchar que no se puede cambiar el mundo. Quiero dejar el legado de que si se quiere, se puede», afirma.

Este deportista valenciano, entrenador personal, explica que tuvo un momento de inflexión en su vida e hizo el Camino de Santiago en busca de sí mismo. Era 2014. Fueron 1.200 kilómetros «en un bicicleta cutre, de esas de hipermercado.

Pesaba más que un muerto y además llevaba dos alforjas y una maleta con 30 kilos más. Recuerdo que la gente con la que me cruzaba me decía ‘¡Dónde vas con la casa a cuestas!’. Yo les respondía: ‘A encontrarme a mí mismo’». 

«Andaba un poco perdido por la vida. No sabía qué hacer. El viaje me inyectó toda esta esencia (solidaria) y me convencí de que debía intentar mejorar la vida de los que me rodean. Con pasión, positividad y energía», relata.

El viaje a Santiago coincidió con el nacimiento de la segunda hija de Jorge, Valeria. En casa dejó a su primogénita, Claudia, y a Vanesa, su mujer. Una frase de Vanesa fue la que le animó a subirse a la bici. «Me dijo: ‘cariño, a ti te estabiliza la inestabilidad’. Y es cierto. En cuanto veo estancamiento en algo, me saturo. Acabo un proyecto y necesito otro y otro y otro», explica.

Posteriormente, y por «satisfacción personal», caminó durante 24 horas seguidas por la espina bífida a finales de 2017. Fue su primer reto solidario.

Su objetivo, el mismo que el del reto de la Via Augusta: concienciar, mediante un esfuerzo físico, de la importancia de una enfermedad que incapacita al que la sufre.

«Las personas que sufren de espina bífida están postradas en silla de ruedas. Yo quería ser sus piernas, su vehículo, para difundir su problemática», explica. 

Parece difícil aguantar 24 horas seguidas en pie, sin parar ni para orinar ni, por supuesto, para dormir. Fue duro, pero Jorge tenía un ‘secreto’: «Desde pequeño siempre he sido un chaval muy activo, con mucha energía. Sólo necesito dormir cuatro o cinco horas al día», revela Jorge. Se alimentaba con azúcar, frutas, frutos secos, chocolate, algún café... Energía en estado puro. Rodeó Valencia y llegó hasta Sagunto. 100 kilómetros sin detenerse. 

Mientas caminaba y caminaba, Jorge sólo pensaba en «aportar algo a la sociedad. Me siento afortunado con la vida. Tengo salud y  mi familia también. Debo ayudar a quien lo necesita. Hay que aprovechar al máximo la vida dentro de tus posibilidades».

Cuerpo y mente

La presidenta de la Asociación Valenciana de Afectados de Artritis, Carmen Fondo, fue quien contactó con Jorge para proponerle algún tipo de reto. Jorge aceptó sin dudarlo. Quería demostrar su lema de vida: «El cuerpo consigue lo que la mente quiere». Es también su ‘marca’ comercial. Jorge tiene una empresa de asesoramiento deportivo y coaching.

La idea de recorrer la Via Augusta surgió a raíz de la decepción que se llevó un amigo de Jorge. Había presentado al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital un proyecto para rehabilitar y señalizar toda la Via Augusta para que «estuviera más cuidada». Al estilo del Camino de Santiago.

Rechazaron el proyecto. Jorge pretende así paliar esa ‘injusticia’ y dar a conocer el camino del que salían las legiones con base en Tarraco. «Quiero promocionar la Via Augusta. Forma parte de nuestra historia», explica.

Rodríguez recorrerá el camino escoltado por cinco personas: dos sanitarios, dos expertos en audiovisual que colgarán vídeos de cada etapa en el canal de youtube de @yeicotrainer y un triatleta, que también irá en bici parte del recorrido y será su «escudero».

La impulsora del proyecto, Carmen Fondo, enferma de artritis, relata que «cuando te dan brotes nadie puede hacer nada. He llegado a quedarme en la cama sin poder moverme, es un dolor generalizado y todo el cuerpo inflamado». Confiesa que cada vez que tenía que levantarse del sofá pedía a su marido que se fuera para que no la viera llorar.

Según dice en algunos afectados la enfermedad es visible, como en ella, que tiene una deformación en las manos y la rodilla izquierda desviada, pero en otros, no. 

Desde la Asociación reconocen que cada uno de sus miembros es «una incógnita» ya que sufren una enfermedad «difícil de entender», incluso para ellos mismos porque lidian con una dolencia «crónica, impredecible y dolorosa».

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