10.000 números de un renovado 'Diari de Tarragona'

‘Diari de Tarragona es un histórico título periodístico, el periódico que con mayor permanencia ha salido a la calle desde el año 1808. Al recuperar esta cabecera, Diari de Tarragona incorpora una nueva maquetación y un estilo más ágil y moderno...». Así explicaba este rotativo el cambio de imagen que daría inicio a su última época. De aquel salto hacia el futuro, hacia la modernidad, hace hoy más de 28 años y 10.000 números. No son tantos como los días transcurridos desde el 1 de junio de 1986 porque, aparte de que la prensa ‘libra’ tres días al año (Viernes Santo, Sant Esteve y año nuevo), no fue hasta comienzos de los 90 cuando el Diari comenzó a publicarse los lunes. Durante décadas la prensa no salía en el primer día de la semana.

En estas casi tres décadas, el Diari ha sido testimonio fiel del devenir de nuestras ciudades, pueblos y comarcas pero siempre con la vista puesta en propocionar también al lector la mejor información del resto de Catalunya, del Estado español y del mundo.

La apuesta por las noticias de proximidad sin olvidar lo que sucede más allá de nuestros límites territoriales ha sido una constante en este rotativo. Nunca se ha conformado con ser un diario ‘complementario’ sino que siempre ha tenido vocación de dar un servicio completo a sus miles de lectores.

Aunque su última etapa data de hace 30 años, la historia de nuestro rotativo se remonta a hace más de dos siglos. Nació en plena Guerra de la Independencia –o Guerra del Francès–, el 1 de noviembre de 1808. En su primer número reproducía la emocionante carta que un soldado español dirigía a su familia. Desde la cuna, el Diari vivía al filo de la actualidad y tocaba la fibra sensible del lector, sin sensacionalismos y con escrupuloso respeto. Resistió a la coyuntura bélica hasta mayo de 1811. Desapareció pocos días antes de que Tarragona cayera en manos napoleónicas tras un duro y sangriento asedio.

Los valientes periodistas de comienzos del siglo XIX respondieron hasta el último momento al heroísmo de los ciudadanos tarraconenses, en premio del cual se otorgaría a Tarragona la capitalidad provincial. Después de que huyeran los franceses en 1813 –tras asolar Tarragona– el diario reapareció. Pero tan solo durante seis meses.

Fue en marzo de 1820 cuando el Diari apareció de nuevo. Fue una época difícil por lo que el rotativo, cual Guadiana, cerró, resurgió, volvió a cerrar, volvió a renacer... Hasta 1853, cuando la normalidad volvió a la cabecera.

La prensa de la época mimaba su aspecto mercantil (anuncios e información económica y portuaria) y social (artículos sobre la vida ciudadana) pero sobre todo política. Así, hasta la proclamación de la II República en 1931, el diario fue liberal, conservador, revolucionario, monárquico... En 1872 se fusionó con El Tarraconense y se rebautizó como Diario de Tarragona de avisos y anuncios.

Durante la etapa republicana, el diario apostó por la legalidad vigente y dio preferencia al catalán como lengua de publicación. Durante la Guerra Civil sobrevivió como pudo a la censura hasta que fue incautado por la CNT en 1937. Cuando las tropas nacionales entraron en Tarragona, pasó a manos del nuevo Régimen.

La modernización del periódico llegó de manos de su privatización. El 15 de mayo de 1984 lo adquirió Promicsa (Promotora Mediterránea de Información y Comunicación). Fue un gran cambio que se plasmó en mejores medios materiales.

Hoy, 206 años después, el rotativo referente de Tarragona y decano de la prensa estatal, sigue al pie del cañón.

En la imagen, la portada del 1 de junio de 1986: Dos políticos de ‘raza’, de aquellos con carisma y de los que ya no hay, compartían la portada del primer número de la nueva cabecera en plena campaña electoral para las generales de 1986: el socialista Felipe González y Manuel Fraga, de Alianza Popular. España jugaba el Mundial de México. Cayó en cuartos.