Tarragona

¿Cómo se fraguó el Festival Dixieland de Tarragona en 1994?

El exalcalde Joan Miquel Nadal y el exresponsable del evento Jordi Bertran desvelan al ‘Diari’ el proceso de creación. Comercio, restauración y sector cultural valoran el papel del certamen como un agente dinamizador de la economía local

¿Cómo se fraguó el Festival Dixieland de Tarragona en 1994?

¿Cómo se fraguó el Festival Dixieland de Tarragona en 1994?

Octavi Saumell
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El concierto en el Amfiteatre de Namina&The Barbarians puso ayer por la tarde el punto y final a la 30ª edición del Festival Dixieland, que desde el pasado jueves ha tomado las calles, locales y espacios patrimoniales de Tarragona a ritmo de jazz.

Desde 1994, el festival se ha convertido en una referencia del calendario cultural, consolidando el hecho de que tras Setmana Santa y Sant Jordi en Tarragona llega la hora del Dixie para dejar paso, con el verano ya en el horizonte, a Tarraco Viva.

«Es la banda sonora de la primavera tarraconense». Así de clara se muestra la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Tarragona, Sandra Ramos (PSC), quien al final del festival destacaba ayer «el éxito de fusionar escenarios con diferentes dixies, ya sea en el Amfiteatre, el Serrallo o en los mercadillos de la ciudad».

1994: el Metropol en obras

¿Cómo se fraguó el festival en los años noventa? El exalcalde Joan Miquel Nadal (CiU) lo desvela. «Era nuestra primera legislatura completa de cuatro años y habíamos iniciado la rehabilitación del Teatre Metropol. Por lo tanto, no teníamos espacios para programar espectáculos teatrales durante el invierno y pedí al área de Cultura que propusiera iniciativas para no dejar la programación tan vacía», recuerda el que fuera máximo responsable municipal entre 1989 y 2007.

«Una de las ideas fue un festival de dixieland que combinara la programación en un espacio cerrado para 500 personas (el auditorio de Caixa Tarragona, hoy de la Diputació), bares con encanto como Poetes o el Antiquari, los locales de las colles castelleres y, sobre todo, la calle», recuerda.

“Es la banda sonora de la primavera de Tarragona”Sandra Ramos, edil de Cultura de Tarragona

El primer responsable del Dixieland fue Jordi Bertran, hoy diputado en el Parlament por Junts. «Fue el primer festival de dixie de España. Había otros en Europa, pero aquí fuimos pioneros. Es un estilo de jazz que funciona con públicos muy amplios e intergeneracionales», sostiene.

Bertran destaca que, durante estos años, figuras de primer nivel han actuado en Tarragona, como Dianne Reeves, Dee Dee Bridgewater o Bebo Valdés. Sobre este último, Bertran recuerda que fue su manager quien lo ofreció. «Le dijimos que no teníamos presupuesto, pero nos contestó que vendría si le pagábamos solo los billetes de avión y se podía quedar con la taquilla del concierto en el Metropol. Fue un gran éxito», recuerda.

Àngel Òdena y Oriol Grau, primeros espadas del sector cultural de la ciudad, avalan la trayectoria del festival. «Está muy bien, lleva muchos años y ya es una cita importante dentro del calendario cultural. Además, sitúa a Tarragona en el mapa», indica el primero, mientras que el segundo defiende que es un evento que «Tarragona ya se ha hecho suyo», a la vez que pide dar pasos hacia adelante para «consolidar su continuidad tras unos años de intermitencia».

«Destino cultural atractivo»

¿El festival se traduce en una dinamización económica? Los agentes lo tienen claro: sí. «Genera un aumento significativo de visitantes y esto tiene una repercusión en sectores como la restauración y el comercio», indica el presidente de Pimec Tarragona, Jordi Ciuraneta, quien añade que el evento «posiciona a la ciudad como un destino cultural atractivo y promociona el territorio».

Desde la Associació de l’Hostaleria, Javier Escribano recalca que el evento «es una buena noticia», especialmente por el hecho de que se lleva a cabo «un fin de semana que no es de temporada alta», lo que repercute en una mayor facturación «especialmente por las tardes». Pese a ello, pide «un gran acto» para atraer «a más gente».

La Banda Unió Musical de tarragona ofreció ayer al mediodía un concierto vermut en la Plaça de les Cols.

La Banda Unió Musical de tarragona ofreció ayer al mediodía un concierto vermut en la Plaça de les Cols.Foto: Àngel Ullate

De manera parecida lo ve Xavier Jornet, de la Associació Hotelera. «Es una oferta que revitaliza culturalmente la ciudad, reforzándola como destino», indica, añadiendo que pese a que no genera «grandes volúmenes de reservas», sí que «comporta actividades interesantes para los visitantes». El comercio también aprueba la apuesta por el Dixie. «Está muy consolidado, es muy positivo. Nos permite tener una ciudad musicalmente dinámica», indica la presidenta de La Via T, Raquel Pizarro.

En el ámbito económico, la nota discordante es Xavier Rigau, de la Cepta. «Todo lo que fomente la actividad económica es positivo, pero el Ayuntamiento solo debería apoyar las iniciativas que preserven nuestras tradiciones», indica. Gustos para todos los sabores sobre un festival que impulsa y refuerza la Marca Tarragona desde hace ya tres décadas.

El concierto de Namina&The Barbarians, en el Amfiteatre, cerró ayer el festival.

El concierto de Namina&The Barbarians, en el Amfiteatre, cerró ayer el festival.Foto: Àngel Ullate

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