Togas, birretes, laudatio... El ABC del acto universitario más solemne
La URV de Tarragona despliega todo su ceremonial académico para investir a María Jesús Montoro, referente en derecho ambiental, como doctora honoris causa. Así es el protocolo de un acto que tiene origen medieval

María Jesús Montoro, doctora ‘honoris causa’ y su madrina en el acto.
La imponente fila de 120 doctores, cada uno ataviado con las togas y birretes de los colores de su rama del conocimiento, ya hablaba de la dimensión de la ceremonia. Hoy al mediodía, la Universitat Rovira i Virgili ha investido como doctora honoris causa a María Jesús Montoro Chiner, referente del derecho ambiental. Es el máximo honor que entrega la universidad, pero también un acto cargado de simbolismos.
El propio nombre, honoris causa, proviene del latín y significa «por razón o causa de honor». La URV tiene su propio protocolo para el acto, aunque la estructura, a grandes rasgos, es la misma en todas las universidades y tiene orígenes medievales.
En la universidad tarraconense, la elección del doctor o doctora comienza con la propuesta por parte de la facultad o departamento correspondiente, y una comisión es la encargada de evaluar los méritos. La decisión final, eso sí, la tiene el Consell de Govern. Se conceden uno o, excepcionalmente, dos títulos de estas características cada año.
En el caso de María Jesús Montoro Chiner, la propuesta surgió de la Facultat de Dret, pero la impulsaron una veintena de entidades universitarias.
Pero, volviendo al principio, la entrada de la comitiva académica ha sido la primera parte del acto y tiene no pocos intríngulis que conoce bien Marta Ballesté, jefa de protocolo de la universidad.
El ‘vestido académico’
Lo primero es el ‘vestido académico’. Las piezas principales son la toga, prenda exterior de color negro. Sobre ella va la ‘muceta’, que se coloca sobre los hombros y que es del color que corresponde a la rama del conocimiento. El rojo es el de derecho, el amarillo oro de medicina, el lila de psicología, el azul claro de ciencias de la educación... El negro se reserva al rector.
En la cabeza se porta el birrete, cuyo color también tiene relación con la rama de los estudios. Llevarlo es un honor reservado a los doctores y deben tenerlo puesto mientras se encuentran de pie.
La investidura de Montoro —explica Ballesté— ha supuesto todo un reto, teniendo en cuenta que ha habido doctores de otros países como Italia y Portugal y de otras partes del Estado, para quienes se ha debido alquilar la indumentaria acorde con la estatura y medida de cada uno. La universidad tiene sus propios vestidos para el equipo rectoral, y algunos decanos tienen sus propios trajes, pero lo de hoy ha sido algo excepcional. El orden de entrada a la sala también sigue unas normas en función de los méritos universitarios y las responsabilidades que ejerce cada uno.

Marta Ballesté, jefa de protocolo de la URV, preparando las togas.
La persona a ser investida entra la última, acompañada por su padrino. En este caso ha sido madrina: la profesora Lucía Casado, quien se ha encargado de pronunciar la laudatio, en la que ha explicado los innumerables méritos de la homenajeada. Ha recordado que es referente en derecho público, en derecho administrativo y en derecho ambiental, no solo en España y en Cataluña, sino también en otros países europeos, como Alemania e Italia. Ha destacado que «siempre ha aplicado el filtro de la razón, entendiendo que el derecho se tiene que adaptar a la realidad social».
Después ha llegado el momento de la investidura como tal. Aquí ha sido el rector, Josep Pallarès Marzal, el encargado de entregar los ‘atributos’ a la homenajeada: el título que la acredita; la medalla (es dorada y por un lado tiene el escudo de la URV y por otro el de la Generalitat); el birrete (rojo, en este caso); el libro de la ciencia y la sabiduría, «que muestra que, por grande que sea su talento, debe mostrar reverencia y respeto por los maestros que la han precedido», ha anunciado Pallarès; el anillo, que se entregaba antiguamente en esta ceremonia porque se usaba para sellar los dictámenes; y los guantes blancos, «símbolos de la pureza que deben conservar sus manos». Esta parte ha concluido con un abrazo fraternal por parte del rector.
El discurso de una pionera
Ha sido entonces cuando ha comenzado el discurso de aceptación. María Jesús Montoro ha utilizado los libros que la han acompañado en su vida como hilo conductor. «Con los libros aprendí a ser independiente, hasta de mí misma», ha recordado.
María Jesús Montoro fue la primera mujer catedrática de derecho administrativo en España y abrió camino para que hoy ya sean 34 mujeres frente a 91 hombres. «Me alegra observar cómo las circunstancias van a mejor, pero conocí otros tiempos en que las leyes ignoraban a las mujeres y la academia optó por arrinconarlas», ha dicho.
La ya doctora honoris causa (número 55 de la URV) ha reiterado la necesidad de una visión ética y ambiental del desarrollo jurídico y ha subrayado la relevancia de derechos fundamentales como la salud, el medio ambiente y las libertades digitales, para señalar que «solo con lucha y esfuerzo se construyen y defienden los derechos».
El acto ha finalizado con las palabras del rector y del presidente del Consell Social, Josep Poblet, y con la interpretación en latín del Gaudeamus Igitur, el himno universitario por excelencia, también el de la URV. En castellano, las primeras estrofas dicen: «Alegrémonos, pues, mientras seamos jóvenes. Tras la divertida juventud, tras la incómoda vejez, nos recibirá la tierra».
Llegada de la comitiva académica formada por 120 doctores de distintas disciplinas y procedencias. Foto: Àngel Ullate

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Momento del abrazo fraternal entre el rector y la nueva doctora honoris causa.

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