Los pescadores de Tarragona podrán capturar un 10% menos de gamba roja que el año pasado
Los topes de cuotas para cada embarcación se fijan dependiendo de las capturas de los últimos tres años

Actualmente hay unas cuatro embarcaciones que van a la gamba en Tarragona.
Los pescadores podrán pescar un 10% menos de gamba roja que el año pasado. Se trata de una de las restricciones que imponen desde las administraciones –tanto la europea como la española– y que sigue hiriendo de muerte a un sector del arrastre que ya no puede más.
Andreu Domènech, armador de una de las cuatro embarcaciones que captura gamba roja actualmente en Tarragona, nos explica que este año podrá pescar un máximo de 5.300 kilos de esta especie, una cantidad menor que en los últimos años, y mucho menor que hace unos diez años. El tope de capturas implica una reducción muy importante de los ingresos para un negocio que vive de esto.
Las cuotas para pescar gamba roja se pusieron en marcha en el año 2022. Desde entonces, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación establece la asignación de un límite individual por buque de las capturas de gamba roja en el Mediterráneo.
Para concretar las cantidades y los topes individuales, se hará teniendo en cuenta las capturas de los tres últimos años de cada embarcación. La administración ha hecho una media desde 2022 y ha restado el 10%. El resultado es lo que puede pescar cada buque.
La medida no gusta a los pescadores de Tarragona, ya que éste es el territorio donde más vedas biológicas se hacen. «Es totalmente injusto. El puerto de Tarragona es uno de los que más para de toda España. Lo hacemos voluntariamente para contribuir al descanso del mar. Sin embargo, esto nos perjudica porque los topes se determinan en función de lo que hemos pescado en los últimos años», explica un pescador.
Esto explicaría que en otros puertos de Catalunya –en la zona de L’Empordà–, algunas embarcaciones pueden llegar a pescar hasta 15.000 kilos al año. En Tarragona, la cifra va entorno a los 5.300 kilos.
Además, Domènech asegura que los últimos tres años no han sido muy satisfactorios para el sector. «Las restricciones y los temporales nos han perjudicado mucho. Ha sido una temporada muy floja», y añade que «esta orden es totalmente injusta para nosotros porque se basan en el histórico de los últimos tres años».
Otra de las quejas del sector es que las cuotas se dan a conocer tarde. En este caso, la publicación al BOE por parte del Ministerio ha sido en mayo. El año pasado, en junio. Esta demora hace que los pescadores no puedan plantearse bien el año y que se encuentren que, a partir de noviembre, cuando la gamba sube de precio por la llegada de la Navidad, ya no puedan salir a faenar porque se les ha terminado el cupo. «La mala gestión de las administraciones no nos permite hacer una planificación», asegura Domènech.
«Quieren acabar con el sector»
Los pescadores aseguran que la finalidad de Europa y de las administraciones en general es «acabar con el sector», y añaden que «quieren hacerlo poco a poco. Quieren matarnos de forma lenta».
El objetivo, según explican desde el Ministerio, es garantizar el cumplimiento del plan plurianual que se marca desde Europa para preservar la regeneración del mar.