Lluís Argilaguet: «Tenemos que fabricar productos más específicos»

Lluís Argilaguet, director global de Producción del Negocio de Cloro Alcalino Vinilo, Óxido de Propileno y Propilenglicol de Dow, lleva 37 años en la empresa. Fue el encargado el miércoles de pronunciar una conferencia durante el acto de entrega del Premi Dow.

Dow y otras empresas del sector petroquímico de Tarragona vienen alertando de los peligros de pérdida de competitividad. ¿Realmente es así?

Si. Lo que está pasando en Europa es que estamos en medio de una batalla entre Estados Unidos y los países asiáticos –principalmente China-. Y la industria europea tiene las de perder por los costes energéticos y el mercado de escala. Nosotros no somos suficientemente competitivos, principalmente por el coste de energía, la falta de volumen y las sobrerregularizaciones. Nos encontramos compitiendo con dos regiones muy potentes y tenemos las de perder si no actuamos pronto.

¿Ser más competitivos pasa por una rebaja del precio de la energía?

El problema es que en Europa tenemos que reinventarnos. La industria tiene que intentar producir materiales más complicados de producir, donde los productos asiáticos no tengan ventaja. Tenemos que conseguir que los costes energéticos sean razonables. Ahora, la energía en Europa es demasiada cara. Tenemos que conseguir que los costes derivados de algunas normativas que nos hemos autoimpuesto en Europa sean revisadas, de manera que podamos aplicarlas de manera más eficiente

Como por ejemplo...

El más fácil es el de las tasas de CO2. En el mundo hay 400 millones de americanos, 1.200 de chinos y 1.400 de la India, que no están condicionados por las tasas de CO2. Mientras, en Europa, que somos 400, sí.

¿Quiere decir que tenemos que abandonar nuestros ideales de reducción de CO2?

No, de ningún modo. Pero tenemos que revisar las expectativas de manera que no impacte de manera negativa en el tejido empresarial y económico.

Desde hace unos años las empresas apuestan por la descarbonización y la circularidad. ¿Cómo lo afronta Dow?

Dow está muy comprometida. En Canadá estamos construyendo un polígono petroquímico con carbón cero, donde no se va a emitir CO2 a la atmósfera. Y en Tarragona, con la AEQT, tenemos una hoja de ruta que apuesta por la electrificación y el uso de tecnologías puente.

Desde el inicio de su mandato, el presidente Trump ha puesto énfasis en los aranceles. ¿Están afectando al sector químico y especialmente a Dow?

Estos vaivenes afectan a la economía de todas las empresas del mundo. En Dow preferimos un sistema comercial global basado en normas acordadas de manera multilateral. En cambio, pensamos que una escalada de medidas arancelarias puede intensificar las tensiones comerciales, perjudicar la economía global y afectar todavía más la competitividad y la economía de muchos países, también en Europa.

¿Se puede o se está revirtiendo esta situación por parte de las empresas?

Las empresas siempre operamos con las leyes vigentes. Lo único que podemos hacer es operar de la manera más eficiente, operar en cada país con los parámetros económicos más favorables para la compañía. Evidentemente, cada situación arancelaria modifica los beneficios de las empresas, por lo que hay que estar continuamente monitorizando para tomar la decisiones más oportunas.

Desde Dow y también desde la AEQT se está remarcando la importancia que desde Tarragona se produzcan productos muy especializados. ¿Comparte esta previsión?

Básicamente, nosotros en Europa o en Tarragona, y no solo Dow, es muy difícil competir con las fábricas asiáticas por su volumen, que se han construido en los últimos 15 o 20 años. Lo que tenemos que hacer es producir nuestras fábricas con gente más preparada y tecnología más avanzada para hacer productos más específicos, con más valor añadido.

Desde Dow, ¿por dónde pasaría esta innovación de producto?

En Tarragona tenemos un centro de innovación de plásticos avanzados, Pack Studios, donde conseguimos mezclas de moléculas bastante especializadas, que tienen más valor añadido. Lo que pasa es que estos productos, a la hora de fabricarlos en las plantas, necesitan procesos más técnicos y son más complejos de producir. Pero con buenos equipos humanos y tecnología los podemos fabricar. Y nos pone en ventaja frente al volumen que viene de fuera.