Tarragona ‘se juega’ construir un gran centro tecnológico en La Canonja
El gobierno del alcalde Roc Muñoz modificará el POUM para levantar, en el solar del antiguo Vicente Ferrer, el edificio que investigará cómo descarbonizar la industria. El Govern, por su parte, prepara su plan de descarbonización sin hablar, de momento, con el territorio

El Ayuntamiento considera que este solar, por su cercanía con la industria, es el mejor punto para ubicar el equipamiento.
La Canonja quiere albergar a toda costa el futuro centro que investigará vías para facilitar la descarbonización de la industria de Catalunya. Es un proyecto que está comandado por el Institut Català d’Investigació Química (ICIQ) con el apoyo de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y Eurecat, e incluye, además del centro, la construcción de cuatro plantas piloto para testear tecnologías que permitan la captura y posterior uso de dióxido de carbono (CO2).
El plan de las plantas piloto –diseñadas para integrarse en sectores como el químico, el cementero o el siderúrgico– ya está en marcha, y el ICIQ quiere completarlo con la construcción del centro para aunar a todo el personal investigador.
La Canonja ofreció en su momento los terrenos del antiguo local Vicente Ferrer –de 11.500 metros cuadrados y que requerirían de una inversión públicoprovada entre ocho y doce millones– y ahora promoverá una modificación del Pla General d’Ordenació Urbanística Municipal (POUM) para que el solar pueda tener los usos correctos y así construir el equipamiento.
Todo ello mientras el Govern de la Generalitat de Catalunya prepara su propio plan de descarbonización para el que, al menos de momento, no ha dado detalles ni ha hablado con el ICIQ. Únicamente menciona en su plan de gobierno el objetivo de «generar nuevos modelos de colaboración públicoprivada como el Centre de Recerca en Descarbonització».
Lo confirma al Diari el arquitecto municipal de La Canonja, Miquel Orellana: «De momento, el Ayuntamiento no tiene noticias de la Generalitat. Nosotros, en su día, cuando se inició la demolición del Vicente Ferrer, dijimos a la Generalitat que se ponía a disposición el solar, pero aún no tenemos feedback». No obstante, Orellana puntualiza que «tal y como está ahora, ese terreno no podría albergar el centro».
«Creemos que se trata de una oportunidad que no debería dejarse pasar», Miquel Orellana, arquitecto municipal de La Canonja
El motivo es que son necesarios unos trámites urbanísticos que incluyen una modificación puntual del POUM, cuyo documento ya está redactado, que se aprobará inicialmente «pronto» y que podría tener la luz verde definitiva entre nueve y doce meses después. Esto permitiría implantar una actividad de este tipo en el solar.
En la N-340
Desde el Ayuntamiento de La Canonja ponen en valor la ubicación de este espacio, que toca a la N-340 y está muy cerca del polígono petroquímico sur: «Es un punto que deberá unir Tarragona con Vila-seca y que está a las puertas de La Canonja y de la industria química. Creemos que se trata de una oportunidad que no debería dejarse pasar porque es un lugar significativo y específico para captar una actividad como esta», explica Orellana.
Por eso, lo que está haciendo actualmente el gobierno municipal de Roc Muñoz es ir por faena para que si, llegado el punto, la Generalitat responde y da luz verde al levantamiento del equipamiento, el Ayuntamiento de La Canonja ya haya llevado a cabo los trámites necesarios y, por lo tanto, el Govern pueda disponer del terreno inmediatamente.
Sin noticias del Govern
La particularidad es que, de momento, el Govern no se pronuncia. En su visita a la Cambra de Comerç de Tarragona del pasado mes de abril, la consellera de Economia i Finances, Alícia Romero, explicó en su conferencia que el Ejecutivo de Salvador Illa estaba preparando un plan para la descarbonización de la industria catalana.
«No tenemos muy claros cuáles son los planes del Govern», Júlia Viladoms, responsable de proyectos de descarbonización del ICIQ
Se trata de una hoja de ruta que incluye a varios departamentos, pero de la que el Govern prefiere no dar más detalles y se limita a comunicar que «se está trabajando en ello». De hecho, desde el ICIQ, la responsable de proyectos de descarbonización, Júlia Viladoms, certifica que la Generalitat tampoco se ha comunicado con ellos y que «todo está un poco en el aire. No tenemos muy claros cuáles son los planes del Govern; sabemos que hay una estrategia, pero no han hablado con nosotros», afirma.
¿Cómo está el proyecto?
De momento, el Institut está a la espera de evaluar y aprobar el diseño de las cuatro plantas piloto –dos para testear tecnologías de captura de CO2, una de uso y una de captura y uso–. Posteriormente, se buscarán empresas para construir la primera (la de uso) ya que, con el dinero que el Ejecutivo ha destinado a la iniciativa (cinco millones en los presupuestos de 2023), es lo máximo que se puede hacer de momento.
Sin embargo, el ICIQ está esperando la asignación de 22 millones de fondos europeos que permitirían la construcción de las otras tres plantas. Este año llegaría un anticipo de un 30%: unos seis millones y medio, que servirían para construir dos plantas más.
Por otro lado, el Govern se comprometió a, desde 2023, ofrecer una financiación plurianual de cinco millones al año hasta llegar a los veinte. No obstante, al existir la posibilidad de obtener fondos europeos, el ICIQ ya no recibirá este dinero, que podría destinarse al centro físico que se levantaría en La Canonja si el Govern así lo decide.