Tarragona

Protección a la infancia

De Nador a Tarragona en busca de un futuro mejor: "Tuve que venir escondido debajo de un camión"

Cada día llega a la provincia un menor solo no acompañado procedente del extranjero. El 99% de todos los que acaban en Catalunya lo hace al margen del reparto entre autonomías y atraviesa un camino lleno de obstáculos

Un efectivo de la Cruz roja con dos menores no acompañadosEFE/Gelmert Finol

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Ahmed (nombre ficticio para preservar la identidad del testimonio) nació en el año 1999 en Nador (Marruecos). Vino a España en el 2017, en la época que empezaba a haber una mayor afluencia migratoria de menores por la frontera sur. Fue uno de los 1.438 que vino hasta Catalunya ese año. 

La mayoría lo hacen al margen del reparto migratorio establecido entre Estado y autonomías. De hecho, fue el caso del 99% en 2024: tan solo 31 de los 2.643 menores no acompañados llegados hasta la autonomía catalana venían del reparto de Canarias y Ceuta.

Ahmed cruzó la frontera en Melilla, y dejó a su familia en Nador, aunque a día de hoy mantiene contacto a diario

Ahmed cruzó la frontera en Melilla, y dejó a su familia en Nador, aunque a día de hoy mantiene contacto a diario. "No lo hice por venir a España o a Catalunya, yo lo que quería era llegar a Europa para prosperar personalmente", admite, y añade que "eso en Marruecos es imposible; mi padre ha estado toda la vida trabajando allí y no ha podido".

Para entrar, se escondió debajo de un camión de feriantes, ya que era la feria de Melilla en esa época, que cruzó la frontera. No era la primera vez. Lo había intentado ya en el pasado y en todas y cada una de esas ocasiones había fracasado

"No lo hice por venir a España o a Catalunya, yo lo que quería era llegar a Europa para prosperar personalmente"

Algunas de esas veces, incluso, terminaron con castigos policiales, según cuenta: "Una vez llegué al barco, pero me sacaron, me querían meter en un centro de allí pero me escapé, nos daban palizas y nos soltaban por ahí... Eran tiempos complicados, y supongo que la gente de allí también debía de estar cansada". 

Normalmente, para entrar a España, se reunía un grupo de menores, y en ocasiones algún mayor, para hacerlo a la vez. Ahmed iba con cuatro amigos, de los cuales tan solo pasaron dos.

En barco de Melilla a Málaga

Esta vez, finalmente, pudo entrar a un barco escondido debajo del camión y llegó hasta el puerto de Málaga. "En el barco, conocí a una familia y les expliqué que había entrado escondido", narra. Una familia que le pagó un billete de autobús para que fuera desde allí hasta Girona, donde él tenía un grupo de amigos: "Me dieron el dinero, pero me recomendaron que no fuera inmediatamente". Se quedó en Málaga dos días.

Pudo entrar a un barco escondido debajo del camión y llegó hasta el puerto de Málaga

Finalmente, partió hacia Girona y, cuando llegó, sus amigos le recomendaron que fuera a los Mossos d'Esquadra para que le hicieran las pruebas que certificarían que era menor de edad. Fuentes del sistema de protección explican que, en muchas ocasiones, hay menores no acompañados que llegan al sur de España, se hacen pasar por mayores de edad y, cuando consiguen llegar a Catalunya, desvelan que en realidad son menores.

Después de certificar su edad, Ahmed entró en un centro de acogida (Mas Garriga, en Juià (Girona)) y estuvo en él durante unos meses. Posteriormente, lo enviaron a otro centro en Deltebre. En esos espacios, su vida era como la de cualquier otro adolescente.

"Al principio, sí que pensé en irme a otro lugar, pero ahora me siento bien aquí"

Al cumplir la mayoría de edad, lo destinaron a un piso gestionado por la entidad Esplai Blanquerna. Catalunya es una de las autonomías cuyas ayudas a los menores no acompañados se alargan hasta los 21 años, prorrogables hasta los 23. De hecho, de las 6.584 personas que actualmente están en el sistema de protección a la infancia, 4.338 (un 65,9%) se encuentran en situación de prórroga asistencial. En Tarragona, el dato es de 58,3%.

La adaptación a Tarragona

"Al llegar aquí, tuve que elegir un camino, y eso hice", afirma Ahmed. Se ha formado en ámbitos como el culinario, ha hecho de monitor, de mediador y de personal de seguridad. Actualmente, trabaja durante los fines de semana como portero de discoteca y, entre semana, es mediador y monitor en la entidad Esplai Blanquerna, que tiene diversos programas sociales.

Argumenta que el racismo ha estado presente desde que llegó hasta ahora: "He abierto una barbería, además de mi trabajo habitual, y escucho ciertos comentarios... Creo que hay falta de información y desconocimiento", remarca.

Entre enero y mayo de 2025, han llegado a las comarcas de Tarragona 159 menores no acompañados

Por encima de todo, afirma que se ha enamorado de las Terres de l'Ebre: "Al principio, sí que pensé en irme a otro lugar, pero ahora me siento bien aquí y no me planteo irme", asegura.

Menos llegadas

Entre enero y mayo de 2025, han llegado a las comarcas de Tarragona 159 menores no acompañados. Es un dato inferior al del año pasado, cuando, a estas alturas, era de 206. El dato en el conjunto de Catalunya es de 955 en los primeros cinco meses del año. El perfil se mantiene: la inmensa mayoría (93,2%) son hombres de países subsaharianos (45,1%) o Marruecos (33,8%).

Montse Soria, Fundació Pere Tarrés: "Es difícil la coordinación con los municipios y con las comunidades de vecinos por las reticencias a ubicar estos servicios"

La coordinadora de Programes de Joventut de la Fundació Pere Tarrés, Montse Soria, expone que "la llegada se produce por diferentes vías: por las Canarias, desde Ceuta, Melilla, jóvenes algerianos que llegan por Almería, e incluso algunos que vienen desde otra comunidad autónoma o de otro país europeo".

En el caso de que los menores lleguen en el marco del reparto fijado por el Estado (tan solo un 1% el año pasado en Catalunya) las condiciones son mejores, ya que se habilita un avión y se recopilan todos los datos de los infantes. Eso permite prever cuántas plazas van a necesitarse y actuar de antemano.

Sin embargo, las llegadas que se producen al margen de ese circuito (el 99%) desactivan cualquier planificación. "El principal obstáculo que eso genera es la saturación del sistema de protección [ya tensionado] dado el volumen de llegadas de jóvenes", admite Soria. En el momento en el que esos jóvenes llegan a Catalunya, la responsabilidad de la atención ya es de la Generalitat, e incumplirla no solo va contra la ley, sino que también contradice los derechos humanos.

Falta de plazas

Para Jordi Sàlvia, director técnico de la Federació d'Entitats amb Projectes i Pisos Assistits (FEPA), "los procesos migratiorios serán estructurales, por lo tanto, debe hacerse una política más de planificación que de resolver la urgencia".

La creación de las plazas no es siempre fácil de gestionar para el Departament

Pero la creación de las plazas no es siempre cosa fácil: "Es difícil la coordinación con los municipios y con las comunidades de vecinos por las reticencias a ubicar estos servicios, pero el trabajo en red y la dimensión comunitaria ayudan a romper barreras", indica Soria.

Por eso, especifica que es un reto "la coordinación entre comunidades autónomas, países de la Unión Europea y también la interdepartamental en Catalunya". "Es necesaria una correcta dimensión de los dispositivos de primera acogida para dar una buena atención", añade.

Jordi Sàlvia, FEPA: "Debe hacerse una política más de planificación que de resolver la urgencia"

El circuito desde la llegada

Desde Drets Socials explican que el circuito habitual de atención cuando el sistema detecta la presencia de un joven menor de edad migrante solo (algunos lo notifican ellos mismos en comisaría) comienza por una primera atención humanitaria en el DAI, el Dispositiu d’Atenció Immediata durante 24 a 48 horas, donde reciben atención de las necesidades más básicas.

A continuación son atendidos en el Servei de Protecció d’Emergència (en los servicios territoriales de Tarragona hay tres, con un centenar de plazas), un servicio temporal donde se llevan a cabo otras actuaciones como, por ejemplo, el acompañamiento en tareas de documentación o la definición de un programa de acogida lingüística o proyecto formativo inicial.

En este recurso pasan pocos meses, pues posteriormente son derivados a un recurso del sistema de protección a la infancia de acuerdo con la situación del joven, ya sea un servicio ordinario, un servicio específico para jóvenes migrados solos (en Tarragona hay seis con unas 80 plazas) u otros servicios para jóvenes tutelados y extutelados como pisos para la inserción laboral; todo en función de la edad y maduración del joven.