El turismo no cree que el intenso calor disuada a los visitantes internacionales

El domingo la temperatura en la ciudad de Tarragona alcanzó los 36,5ºC lo que, si tenemos en cuenta las condiciones de humedad, significa que la sensación térmica superó los 40ºC. Esto hizo que desde el Ajuntament de Tarragona se activara el Pla d’Emergències Municipal y que se cerrara el acceso al Amfiteatre y al Passeig Arqueològic en las horas de más calor.

Es la primera vez que a nivel municipal se toma esta decisión, que está contemplada en el plan cuando se superan los 35,5ºC, y que ya adoptan otras grandes ciudades como Atenas, que en julio cerró el acceso a la Acrópolis. Agosto y calor son indisociables. Sin embargo, ¿las alertas cada vez más frecuentes por las intensas temperaturas disuadirán la llegada de turistas extranjeros?

«La verdad es que no lo creo. Al menos, a corto plazo. Otra cosa es que tengas que adaptarte y tengan que generarse más espacios con sombra en la ciudad, pero no tan solo para el turismo sino por nosotros mismos», asegura el presidente de la Associació Hotelera de Tarragona Ciutat, Xavier Jornet.

Jornet expone que, en cuanto a las alertas por intenso calor, España va un paso por delante respecto a otros países europeos. «Aquí los espacios ya están adaptados, mientras que hay países como Alemania, que también alcanzan los treinta y pico en verano, que seguramente lo tendrán más difícil», argumenta.

Las piscinas y la playa actúan como refugio climático en las horas de más calor. Por este motivo, la preocupación estos días ha sido «acumular reservas tanto de agua como de hielo para evitar que no falte», afirma el presidente de la Associació de Campings de Tarragona Ciutat, Roger Trillas.

Trillas asegura que, ante las alertas de los organismos competentes, se ha extremado la precaución. No obstante, manifiesta que «de momento la situación no es alarmante» y que estos días no ha habido anulación de reservas «más allá de las habituales».

No repetir

Algunos expertos alertan de que la situación prolongada de altas temperaturas sí que tendría una incidencia entre los visitantes extranjeros a la hora de decidir su destinación. Sobre todo, entre los turistas recurrentes, es decir, los que repiten, que se lo pensarían dos veces tras una experiencia climatológica tórrida.

Así lo muestra un estudio de CaixaBank Research del autor David Heymann, según el cual «la exposición a olas de calor extrema reduce la propensión a regresar, especialmente entre los británicos y estadounidenses». Este último es un mercado que en el caso de Tarragona no tiene un peso significativo, pero sí lo tiene el Reino Unido, que se encuentra en el top 5 en cuanto a los clientes de camping.

Folch: "Si tenemos las temperatura de Egipto, ¿cuántos campings hay allí?"

La fidelización ha sido durante años la clave del éxito del sector turístico español, ya que los datos muestran que los turistas que repiten gastan más por día y tienen estancias más largas. Ahora, esta podría estar en entredicho.

Para el profesor de la Universitat Rovira i Virgili Jaume Folch, el turismo necesita «un cambio de modelo». «El turismo no puede restar inmóvil y si los ecosistemas cambian, los clientes también. No puedes seguir igual porque si cada vez más tenemos las temperaturas de Egipto, ¿cuántos campings hay allí?», argumenta.

El investigador del Centre de Tecnologia Ambiental, Alimentària i Toxicològica (Tecnotax) denuncia que «seguimos con el modelo de los años sesenta y setenta», mientras que las iniciativas que se basen en la conservación del ecosistema «son inexistentes». «Cómo puede ser que en cinco años tan solo hayamos conseguido proteger un kilómetro de playa en todo el litoral tarraconense, mientras no se toman medidas por la pesca recreativa o las embarcaciones que fondean encima de la posidonia», lamenta Folch.