Verano de olas de calor y noches tropicales en Tarragona: Vinebre roza el máximo histórico con 43,8º

El balance del verano meteorológico (junio, julio y agosto) elaborado por el Meteocat confirma lo que muchos vecinos de la provincia de Tarragona ya intuían: ha sido un verano excepcionalmente cálido, con noches tropicales generalizadas en la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre, y con máximas de calor extremo en el interior.

Noches tropicales en la costa tarraconense

Tarragona ciudad ha registrado 76 noches tropicales –temperaturas que no bajan de los 20ºC– entre junio y agosto. En otros puntos de la provincia, la persistencia del calor nocturno también ha sido destacada: Torredembarra sumó 69 noches, la Aldea 72, Amposta 74, los Alfacs 75, la Illa de Buda (Montsià) 80, el pantano de Riba-roja 68 o l’Ametlla de Mar 63. Estos valores sitúan a la demarcación de Tarragona entre las más afectadas de Catalunya por la falta de refresco nocturno, junto con Barcelona y el Empordà.

Aunque Barcelona ha batido el récord absoluto con 36 noches tórridas en el barrio del Raval –mínimas que no bajaron de los 25ºC–, la sensación de noches insoportables también se trasladó al litoral tarraconense, especialmente durante las dos olas de calor (finales de junio y mediados de agosto).

Máximas extremas en el interior: Vinebre y el Priorat

El calor diurno ha sido igualmente histórico en el interior de Tarragona. El 15 de agosto, Vinebre alcanzó los 43,8ºC, un registro que iguala la segunda temperatura más alta jamás medida en una estación del Meteocat (sólo por detrás de los 45,1ºC de Navata y Darnius-Boadella en julio de 2023). El municipio ebrense superó los 40ºC en 12 ocasiones, algo nunca visto allí ni en Catalunya en los últimos 24 años.

Otros puntos del interior tarraconense también sufrieron temperaturas extremas: Torroja del Priorat marcó 43ºC y Ascó llegó a 42,2ºC. En total, una cincuentena de estaciones del país superaron los 40ºC este verano, entre ellas varias de la demarcación.

Contexto catalán: récords en Barcelona y el Empordà

A escala catalana, el verano se ha situado entre los más cálidos del siglo: en dos de cada tres días las máximas superaron los 35ºC, y en 16 ocasiones se rebasaron los 40ºC, un hecho sin precedentes en las dos últimas décadas.

En Barcelona ciudad, el Raval vivió 88 noches tropicales (igualando el récord de 2022) y hasta 36 noches tórridas, nunca vistas en Catalunya. En el Empordà, Portbou registró la noche más cálida del verano (29,8ºC de mínima) y un total de 10 noches tórridas.

Precipitaciones abundantes en el interior

El verano también ha dejado lluvias superiores a la media de la última década en gran parte de Catalunya. En la provincia de Tarragona, destaca el caso de Valls, que con 390 litros por metro cuadrado vivió su verano más lluvioso en al menos diez años. En el Pirineo, estaciones como Lac Redon (446 l/m²) o Espot (422) marcaron récords históricos.

En una treintena de estaciones del Meteocat, la lluvia cayó uno de cada tres días de verano o más, un contraste marcado con los episodios de calor intenso.

Un verano de contrastes y récords

La provincia de Tarragona ha quedado reflejada en las estadísticas tanto por las noches tropicales generalizadas en la costa como por las temperaturas extremas del interior, con Vinebre como epicentro de la ola de calor. Los datos del Meteocat confirman que este verano se suma a la lista de los más cálidos y extremos de este siglo, en una tendencia que evidencia el impacto creciente del cambio climático en el Mediterráneo.