Ernest Urtasun: «El futuro de Tarragona pasa por la cultura, no por el Hard Rock»

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, participó el miércoles en el acto de constitución del Consorci del Patrimoni Romà de Tarragona, donde anunció una inversión de 20 millones de euros, por parte del Ministerio de Cultura, para la mejora y restauración del patrimonio arqueológico. Asimismo, anunció 20 millones para la nueva Biblioteca Provincial, que se ubicará en el edificio de Tabacalera.

¿Se está pagando una deuda histórica con Tarragona?

Creo que sí. Estamos saldando una deuda histórica que permitirá que Tarragona tenga las inversiones en materia cultural que merecía. Estamos hablando de una de las grandes capitales culturales, no solo de Catalunya, sino de toda España. El patrimonio que atesora Tarragona es único, y es cierto que había muchas deudas acumuladas, como la de este museo, la Necròpolis, también el consorcio que se anunció y, efectivamente, la biblioteca, que se aprobó hace 17 años y que teníamos que desbloquear.

¿Por qué hasta ahora no se habían hecho los deberes?

A veces no somos suficientemente conscientes de la necesidad y del papel central que juega la cultura en el desarrollo socioeconómico de un país y de una ciudad. Tarragona es la segunda área metropolitana de Catalunya, con un potencial inmenso, y a veces no valoramos el papel de la cultura. Estamos más centrados en proyectos como el Hard Rock, que parecía que iba a ser la solución para todos los problemas, cuando en realidad tenemos un patrimonio cultural e histórico que podría ser el motor. El futuro de Tarragona pasa por poner en valor su cultura, no por proyectos como el Hard Rock.

Invertiremos prácticamente 20 millones de euros, lo que supone unos 4 millones de euros al año durante los próximos cuatro años

¿Y eso ha cambiado ahora?

Sinceramente, creo que, con las inversiones que hemos anunciado esta semana, pondremos la cultura en el centro del desarrollo económico, social y cultural de la segunda área metropolitana de Catalunya. Y eso es importante.

¿El Estado no quiere o no puede entrar a formar parte del consorcio del patrimonio?

El Estado estará presente en el consorcio. Aquí, cada administración juega su papel. Habrá un consorcio donde las administraciones, en este caso, la Generalitat y el Ajutament de Tarragona, decidirán los grandes proyectos, y el Ministerio, a través de las grandes inversiones que realizará, participará en el consorcio con esas aportaciones. Invertiremos prácticamente 20 millones de euros, lo que supone unos 4 millones de euros al año durante los próximos cuatro años. Y una vez constituido el consorcio, estas inversiones se canalizarán a través del mismo. Es una participación e implicación muy importante.

Según su punto de vista, ¿el Arquebisbat debe formar parte del consorcio?

La forma del consorcio es algo que decidirá la Generalitat y el Ayuntamiento.

¿Cree que esto supondrá un punto de inflexión en el patrimonio de la ciudad?

Creo que sí. Estamos dando pasos importantes. En primer lugar, quiero poner en valor las inversiones, la renovación de este museo fundamental, la museografía, la Necròpolis… Creo que, ante todo, hay un cambio significativo en la protección y puesta en valor del patrimonio. Y la creación del consorcio aportará una estabilización institucional a estas inversiones y a esta protección, lo cual es un paso positivo. Estamos abriendo una nueva etapa y las cosas van en la buena dirección.

¿Cree que hay una base sólida para evitar fisuras?

Existe una voluntad política muy firme por parte de todas las administraciones. Ha habido una colaboración muy buena entre todas las partes implicadas en este proyecto, lo cual es importante. También es cierto que lo que estamos construyendo aportará estabilidad, más allá de los posibles cambios políticos que puedan darse. El hecho de contar con un consorcio lo garantiza. Al final, todavía estaré bastante tiempo al frente del Ministerio de Cultura. Tengo la voluntad incluso de afrontar otro mandato porque estoy seguro de que podemos ganar las próximas elecciones.

¿La biblioteca provincial es la gran apuesta del Ministerio en Tarragona?

Es una de las grandes apuestas. La biblioteca que teníamos no estaba a la altura de una ciudad como Tarragona. Todo el mundo lo sabe: la superficie era claramente insuficiente. La voluntad del Ministerio de Cultura es contar con grandes bibliotecas públicas del Estado en todas las capitales de provincia, y aunque Tarragona no es un caso único en España, sí es cierto que no tiene la biblioteca que le corresponde.

¿Qué han hecho?

Hemos elegido la ubicación que todo el mundo quería: el Ayuntamiento y los parlamentarios con los que hemos dialogado. Por eso, creo que Tabacalera es el espacio que nos proporciona los metros cuadrados necesarios y, además, la capacidad de convertirse en un gran nuevo equipamiento.

¿Cuáles son los siguientes pasos?

Nos imaginamos una biblioteca del siglo XXI. Un gran espacio ciudadano de encuentro, de diálogo y de reflexión

Como Ministerio de Cultura, hemos tomado la decisión sobre la ubicación. Ahora, el Ayuntamiento debe ceder el terreno y, a partir de ahí, comenzaremos a redactar el proyecto. Queremos avanzar con rapidez esta inversión, porque soy plenamente consciente de que es una demanda histórica.

En su anterior visita, no se pronunció del todo sobre la ubicación. ¿Qué les ha hecho decantarse por Tabacalera?

En mi anterior visita, me centré en anunciar lo que estábamos haciendo en este museo: la finalización de las obras y la museografía. En cuanto a la biblioteca, aún estábamos valorando cuáles eran los espacios más adecuados. Esta es la segunda vez que vengo a Tarragona en pocos meses. Creo que el Ministerio de Cultura está cumpliendo con Tarragona, y espero que siga siendo así durante mucho tiempo.

¿Qué modelo de biblioteca se plantea?

Me gusta decir que las bibliotecas son los grandes palacios del pueblo en una ciudad. Ya no es solo un lugar al que uno acude a buscar un libro, sino un gran espacio de encuentro, de diálogo y de reflexión. Yo que soy padre, es un lugar fundamental para la educación de los niños y niñas. Es el tipo de bibliotecas que estamos impulsando desde el Ministerio de Cultura. Por eso también Tabacalera era la ubicación adecuada. Nos imaginamos una biblioteca del siglo XXI que sea un gran espacio ciudadano, porque, además, somos conscientes de que en Tabacalera sucederán muchas más cosas, por lo tanto, la biblioteca estará en un marco en el que pasarán muchas cosas.

¿Qué calendario manejan? ¿Esos 20 millones deberán aparecer en los próximos presupuestos?

El próximo paso debe darlo el Ayuntamiento, que debe cedernos los terrenos. Una vez los tengamos, la siguiente acción del Ministerio será redactar el proyecto, y espero poder hacerlo lo antes posible. No daremos un calendario hasta que no tengamos el proyecto.

El Museo de la Necrópolis lleva 30 años cerrado y el MNAT otros siete. ¿Puede entender que haya cierta desconfianza respecto a estas inversiones?

Puedo entenderlo, pero también puedo decir que las obras de la Necrópolis ya se están ejecutando. Y, mientras tanto, estamos trabajando en la museografía. Comprendo el escepticismo, porque son muchos años arrastrando esta situación y con el museo cerrado, etc. Pero lo cierto es que las obras ya están en marcha.

¿Las obras avanzan según lo previsto?

Sí, las obras avanzan y, si no me equivoco, está previsto que terminen en junio del próximo año. Después, vendrá la instalación museográfica. Puedo garantizar a la ciudadanía que la Necrópolis avanza a buen ritmo.

Es una de las necrópolis más importantes de Europa.

Creo que, en cierto modo, estamos corrigiendo una anomalía. ¿Cómo podía ser que una ciudad como Tarragona tuviera un patrimonio de este nivel que no estuviera a la altura, que no fuera accesible ni visitable? Creo que con todo esto estamos cumpliendo, y estoy muy satisfecho.

¿Habrá nuevas fases después?

Sé que hay prevista una segunda fase, pero déjeme terminar la primera. Como ministro de Cultura, soy plenamente consciente de que la Necròpolis requiere una segunda fase.

Titularidad estatal, gestión de la Generalitat. ¿Habría que empezar a hablar de corregir esta anomalía?

Ni el museo, ni la Necrópolis, ni la biblioteca tienen marcha atrás

Lo importante es que haya una buena cooperación institucional, y que la gestión esté lo más cerca posible del territorio, con unas estructuras ágiles. Me adaptaré a lo que deseen la Generalitat y el Ayuntamiento.

¿2026 debe ser el año del museo?

Esperamos que sí. Esa es la voluntad.

¿Esto ya no tiene marcha atrás?

Ya no hay marcha atrás. Ni el museo, ni la Necrópolis, ni la biblioteca.

¿Los compromisos negociados con Junts per Catalunya, sobre la biblioteca y el consorcio allanan el camino para reducir la jornada laboral?

Son diálogos que mantenemos con los grupos parlamentarios en Madrid y que tienen que ver con el diálogo en materia cultural. La reducción de jornada es una cuestión que corresponde al Ministerio de Trabajo. En este caso, además, creo que todos estábamos de acuerdo.

¿El plan de derechos culturales supondrá un cambio en las políticas culturales del país?

Sí, supondrá un giro. Mire, le pondré un ejemplo para explicar en qué consiste. La cultura siempre se había entendido como una herramienta para fomentar el consumo cultural. Queremos que se entienda como un derecho de ciudadanía y que los ciudadanos sean actores, y no solo consumidores, sino también protagonistas de la creación cultural. Que quien quiera crear, pueda hacerlo, y que existan espacios para ello. Para darle un ejemplo muy concreto de este cambio de mentalidad, le hablaré del Bono Cultural.

Adelante.

El Bono Cultural ha sido una herramienta muy útil, pero a partir del año que viene incorporará una serie de modificaciones para que también pueda utilizarse en procesos de creación cultural. Hasta ahora, servía para comprar un libro o ir al cine. El presupuesto del próximo año permitirá, por ejemplo, utilizarlo para hacer un curso de pintura, para comprar un instrumento o para cualquier actividad que implique crear cultura. Es un cambio de paradigma muy importante.

¿No ha llegado el momento de dejar atrás la lógica de las ayudas universales por edad y empezar a hablar de renta económica?

Lo haremos con el Bono Cultural. Hay una cuestión que nos preocupa, que es que no está llegando a los sectores más desfavorecidos del país. Los jóvenes de entornos más humildes no acceden a esta ayuda porque no tienen la información necesaria. Esa será una de las novedades del año que viene: establecer acuerdos con entidades del tercer sector que nos ayuden a llegar a esos segmentos de población a los que ahora no llegamos. Actualmente, estamos en un 65 % de acceso. El salto que debemos dar es llegar a los jóvenes de las capas más desfavorecidas.

¿Qué papel cree que debe jugar Tarragona?

Tarragona juega un papel fundamental en la economía del país. Si observamos, por ejemplo, nuestro sistema de transporte marítimo, los puertos de Tarragona y Barcelona están prácticamente interconectados. Además, hay una industria clave, como la química, que está en un proceso de transformación. Y, evidentemente, Tarragona es también una gran capital turística. Eso genera tensiones en cuestiones como la vivienda, de las que somos perfectamente conscientes. Tarragona es un motor económico fundamental para el país. ¿Qué puedo aportar? Reforzar toda esta vertiente cultural de la ciudad, que es precisamente lo que estamos impulsando. Tarragona se convertirá en una de las grandes capitales culturales de Catalunya y de España.

¿Cree que En Comú Podem debería haber entrado en el gobierno municipal de Tarragona?

Esa es una decisión que corresponde a mi compañero y amigo Jordi Collado, que es una persona extraordinaria.

Como buen amigo, ¿qué le recomendó?

Tengo que decir algo sobre Jordi Collado. Creo que es de las personas que mejor conocen esta ciudad. Hablo muy a menudo con él para saber también hacia dónde orientar las inversiones y la actividad del Ministerio de Cultura.

¿Qué objetivos se marcan de cara al 2027?

Creo que Jordi Collado representa a una izquierda que quiere y conoce profundamente esta ciudad. Por eso, intentamos apoyar a Tarragona desde todas las vertientes posibles.

¿Qué hacemos con el Hard Rock?

El Hard Rock es un proyecto del pasado, que no tiene cabida. Si antes hablábamos de la cultura como el gran motor de desarrollo económico que debe tener Tarragona, el Hard Rock representa justo lo contrario. Es un modelo de monocultivo turístico que no es el que queremos.