Un estudio de arquitectos de Tarragona destaca entre el talento emergente de Catalunya

La sensibilidad por el medioambiente, los retos sociales y culturales y la memoria de los puestos constituyen el ADN de NUA Arquitectures, un estudio que, aunque todavía puede considerarse emergente, se ha hecho un hueco dentro de la nueva oleada de arquitectos que busca responder a los retos del presente y del futuro de forma innovadora.

Estos días, el equipo participa en la Biennal d’Arquitectura Jove que se celebra en Barcelona. El certamen, impulsado por el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC), exhibe y debate la arquitectura y el urbanismo impulsados por jóvenes talentos, de menos de 40 años.

El proyecto de Arnau Tiñena, Maria Rius y Ferran Tiñena ha conseguido colarse en la convocatoria después de ganar el premio de la Associació de Joves Arquitectes de Catalunya (AJAC) en la categoría de rehabilitación. Este es el único de la demarcación que ha sido galardonado, imponiéndose entre el total de 32 propuestas que competían en esta categoría.

«Buscamos proyectos que tengan carácter e identidad, teniendo en cuenta la memoria y que se arraiguen al sitio, entendiendo la cultura y las lógicas del paisaje local», argumenta Arnau Tiñena. Esto es lo que hicieron cuando les llegó el encargo para recuperar un edificio abandonado cerca del puerto deportivo de Salou.

Antiguamente, el inmueble fue una residencia geriátrica hasta que quedó vacío y registró problemas de ocupas. Finalmente, lo compró un promotor que fue a buscar el equipo de NUA Arquitectures para transformarlo en un aparthotel con 27 viviendas.

«Salou está muy masificado por lo que nos planteamos cómo podíamos repensar el tema del turismo de la costa», expone Tiñena. Lo que querían era impulsar un diseño que «se identificara con el sitio» y que estuviera «arraigado con el turismo local». Así que el equipo se puso a investigar y retrocedió en el tiempo hasta la década de los 60, cuando Salou todavía era un municipio de pescadores, que se convirtió en el lugar de veraneo de la burguesía reusense.

«Nos inspiramos en la arquitectura modernista y novecentista para intentar hacer una gran casa que nos recordase a este primer turismo de Salou, más tranquilo y arraigado al territorio», argumenta este joven profesional. De esta forma, un edificio que no tenía ningún elemento distintivo ganó una identidad, tanto a partir del diseño como por los materiales, que fue reconocida por el jurado de los premios de la Associació de Joves Arquitectes de Catalunya.

Este mismo proyecto también fue reconocido en 2023 dentro de la Biennal Alejandro de la Sota y quedó finalista en un concurso nacional de obras realizadas con cerámica. También ha formado parte de una exposición de proyectos catalanes que ha itinerado por España y Europa, y estuvo entre los proyectos finalistas de la Triennal de Arquitectura de Lisboa. Estas distinciones se suman a un extenso palmares, tanto a nivel nacional como internacional.