Tarragona

Infraestructuras

Así se ha cocinado el giro de guión que ha situado la estación del Camp de Tarragona en el centro

Dos nombres han cogido el protagonismo en los últimos tiempos. Por un lado, el alcalde de Tarragona y vicepresidente de la Diputació, Rubén Viñuales, y, por el otro, el conseller de Presidència de la Generalitat, Albert Dalmau

El aparcamiento es uno de los principales problemas de la estación

El aparcamiento es uno de los principales problemas de la estaciónÀngel Ullate

Núria Riu

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La estación del Camp de Tarragona se ha situado de nuevo en el centro. Después de casi veinte años en los que ha permanecido en el olvido absoluto, con tan solo los alcaldes afectados y la Cambra de Comerç de Tarragona velando por su futuro, estas últimas semanas se ha generado un nuevo interés, que podría desencallar algunos de los temas pendientes desde su entrada en funcionamiento, el 19 de diciembre de 2006.

Dos son los nombres protagonistas que han desencadenado la reacción. En primer lugar, el alcalde de Tarragona y vicepresidente de la Diputació, Rubén Viñuales; y, en segundo lugar, el conseller de Presidència de la Generalitat, Albert Dalmau, que ha visto que el Govern autonómico no puede seguir ignorando una estación con más de 1,3 millones de viajeros al año, que es una de las principales puertas de entrada de los turistas al territorio.

Viñuales daba los primeros pasos este verano, consciente de que más del 50% de los usuarios de esta terminal son de Tarragona ciudad, y de que estos no pueden seguir con los problemas de movilidad y aparcamiento que afectan a la estación, mientras los Regionals siguen sufriendo los retrasos y las afectaciones provocadas por las obras.

Hay un segundo factor. Y es que, si ahora se ha abierto el debate sobre el área metropolitana y se quiere construir un futuro en el que los límites territoriales no sean un impedimento, no podía seguirse ignorando un equipamiento que debería ser uno de los ejemplos más claros de esta visión metropolitana.

Así es que Viñuales no se quedó quieto y envió una carta a la consellera de Territori para ponerse manos a la obra. Una primera reunión de carácter político daba paso a otras de contenido más técnico, en las que además de los ayuntamientos de Tarragona y La Secuita también se sumaba la Diputació, que hasta el momento también se había puesto de perfil delante del problema.

El segundo actor en entrar en escena fue Albert Dalmau. Este intervino cuando el Diari de Tarragona publicó en portada la fotografía de los coches quemados en el vial de acceso. Dalmau, que siempre se ha dedicado a la gestión, estalló y movilizó tanto a la consellera de Interior, Núria Parlón, como a Adif, para que los coches pudieran ser retirados.

El pasado 3 de octubre, el mismo conseller Dalmau se desplazó, procedente de La Ràpita, de forma improvisada hasta la estación, y se reunió con el alcalde de La Secuita.

El encuentro sirvió para que la Generalitat acabara de tomar conciencia de la problemática. A finales de la semana, Adif retiró los coches y, estos días, tiene que procederse a la limpieza y descontaminación del vertedero, junto a la carretera. También se ha forzado a que este mismo miércoles se celebre una nueva reunión, con el conjunto de las partes, en la que se espera que baje el secretario de Infraestructuras de la Mobilitat, Manel Nadal, además de representantes de Adif.

El objetivo es poner los puntos sobre las íes y que se desencalle la construcción del vial de 1,5 kilómetros desde la carretera de El Catllar a la estación, lo que permitirá habilitar la rotonda que bloquea el parking low cost. Algo se mueve en la estación de Camp de Tarragona y los vientos son favorables.

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