30 días han bastado para echar a los okupas

El chalet de Boscos ya está vacío

20 noviembre 2021 16:40 | Actualizado a 20 noviembre 2021 16:57
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«Boscos ha recuperado por fin la tranquilidad habitual». Estas son las palabras de Carles Blasi, un vecino de esta urbanización de Llevant, quien celebra que, «después de un mes de lucha», ya no haya okupas en el chalet de la calle Oreneta. La historia se remonta al pasado 17 de octubre, cuando tres jóvenes entraron de madrugada en una vivienda vacía de la urbanización. A partir de entonces, los vecinos se organizaron a través de WhatsApp y se comprometieron a no descansar hasta «no echar de la casa y del barrio a los okupas».

Tras 30 días de manifestaciones, discusiones y reuniones, el chalet vuelve a estar vacío y la entidad bancaria propietaria del inmueble ha tapiado la puerta de entrada. Para los vecinos, «el triunfo es solo nuestro», ya que consideran que el Ayuntamiento les ha dado la espalda en todo el proceso.

Lo curioso del asunto es que los tres jóvenes no fueron los únicos okupas del lugar. Cuando estos, cansados de enfrentarse día tras día a los vecinos, decidieron irse, se afincó en el inmueble una pareja. «Intentamos hablar con ellos, convenciéndoles de que Boscos no podía convertirse en un punto de delincuencia», explica Blasi. Los vecinos detectaron que, en los días siguientes, se acercaban hasta el lugar varias personas en moto y en coche. «Pasó lo que nos pensábamos que pasaría. Desvalijaron la vivienda, la destrozaron. Se llevaron todo lo que pudieron: desde el cableado hasta los radiadores. Supongo que para venderlo», explica Blasi.

Los vecinos acabaron llamando a la Guàrdia Urbana, quien, al ver que no había nadie en su interior, decidió acordonar el inmueble. El BBVA, propietario del chalet, se comprometió a tomar medidas si a lo largo del fin de semana no accedía nadie. Y así fue. Los vecinos estuvieron pendientes y, finalmente, a principios de esta semana, la entidad bancaria tapió la puerta de entrada con planchas de hierro, lo que hace imposible el acceso al interior de la vivienda.

«La presión que hemos ejercido día tras día ha sido la responsable de que los okupas hayan acabado cediendo y la pesadilla haya terminado», opina Blasi, quien añade que «esta actuación es también un mensaje hacia aquellas personas que piensen en ocupar alguna vivienda en Boscos. Nos encontrarán enfrente, dispuestos a todo». Los vecinos, a lo largo de este último mes, han argumentado que «no queremos ocupaciones conflictivas, que lleven intrínsecos temas de drogas y de inseguridad».

Blasi, en representación de los vecinos, insiste en qué la urbanización no se ha sentido respaldada por el gobierno municipal. Cabe recordar el tenso episodio que se vivió hace unas semanas en medio de un pleno municipal, cuando los vecinos de Boscos exigieron soluciones al alcalde de Tarragona, Pau Ricomà.

Protestas: cada día a las 20 h

Cada día, a las ocho de la tarde, delante de la vivienda en cuestión, para mostrar el rechazo a los okupas. Esta ha sido la consigna de los vecinos durante el último mes. Los primeros días de protesta no faltó a la cita la policía. Y es que la tensión que se respiraba en el ambiente era palpable. En alguna ocasión, incluso, ambos bandos llegaron a las manos. Tras 30 días de duro enfrentamiento, los vecinos de Boscos aseguran ahora haber recuperado la normalidad.

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