Abreboca desde el aire: las avionetas de Repsol surcan el cielo de Tarragona

A vista de pájaro. Un vuelo en helicóptero permitió ver de cerca las acrobacias del equipo Bravo 3 Repsol. Esta tarde, a las seis, sus piruetas serán visibles desde la ciudad

11 mayo 2019 09:25 | Actualizado a 13 mayo 2019 12:08
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Que justo antes de subir a un helicóptero te pidan el nombre y el teléfono de alguien para avisar en caso de accidente no es que tranquilice mucho. Y tampoco es que cause gracia que te hagan subirte a la balanza para pesarte delante de otros; pero la seguridad es lo primero, nos advierten.

Eran las normas para subir al helicóptero que había fletado Repsol para poder ver, desde el cielo, el ensayo general de la exhibición aérea que tendrá lugar esta tarde a las seis. Como luego nos dirían los pilotos que hoy se encargarán de las acrobacias, Cástor Fantoba y Juan Velarde, Tarragona y su fachada marítima ofrecen un marco incomparable.

Acrobacias imposibles
Si desde tierra las piruetas son impresionantes, desde el aire toman otra dimensión y la sensación de peligro está todavía más presente. Pero Velarde, que igual que Fantoba, volará por séptima vez hoy sobre la ciudad (los mismos siete años que lleva la exhibición) lo deja claro: «Todo el equipo se toma la seguridad muy en serio, estamos obsesionados con la seguridad. Como en todo deporte de motor hay ciertos riesgos, pero si nuestras vidas corrieran peligro no lo haríamos».

Otra pregunta inevitable, entre tanto giro es: ¿Cómo volver a saber dónde está arriba o abajo? Fantoba responde que es tan simple como que «nunca dejamos de saberlo y tampoco es verdad que perdamos la conciencia... Para ello tenemos muchas horas de entrenamiento».  

Equipo de élite
Ambos aviadores son pilotos de líneas comerciales. Es muy difícil, aseguran, encontrar patrocinios para dedicarse exclusivamente a la aviación deportiva porque implica unos costes muy altos. Patrocinios como el de Repsol, dicen, son los que les permiten participar en exhibiciones y competiciones de manera continuada.

Fantoba, quien además tiene una academia de vuelo acrobático, cuenta que si con estos aviones «toca hacer lo más espectacular posible, en los vuelos comerciales de lo que se trata es que sea todo lo aburrido que se pueda. La gente que sube a un avión quiere los menores sobresaltos».

...Y mañana bicicletada. 
La exhibición aérea es la antesala de la 29 Bicicletada Popular de Tarragona, a la que ya hay apuntadas 2.000 personas. Esta tarde habrá un stand en el Balcó del Mediterrani

Los pilotos se encuentran entre la élite mundial. Después de una década de trayectoria como equipo (se creó en 2009), hoy son una formación muy conocida en todo el mundo y, actualmente, la única formación de Sukhoi en activo. De hecho, pilotan aviones Sukhoi 26 construidos en fibra de carbono, titanio y con motores de más de 400 caballos de potencia.

Para hoy prometen «un programa de vuelo diferente al de cualquier otra exhibición, puesto que incluye dos aviones de altas prestaciones, en formación cerrada combinada con figuras de estilo libre y de gran espectacularidad».

Ambos pilotos coinciden, además, en que Tarragona y su fachada marítima son un entono perfecto para disfrutar del vuelo, ya que está en un alto  y es de los pocos sitios en los que se puede ver a los aviones tanto desde abajo como desde arriba. «El tiempo va a acompañar, nos lo vamos a pasar bien», dice Velarde que vuela desde los 15 años. Además, todos los movimientos que realizarán serán comentados desde tierra por Anselmo Gámez, el tercer miembro del equipo.

La exhibición aérea será, un año más, la antesala de la bicicletada que celebra mañana su 29 edición. Los interesados en apuntarse todavía podrán hacerlo en un stand que se ubicará esta tarde en el Balcó del Mediterrani. 

La mejor Tarragona
El vuelo, además de dar para presenciar las acrobacias, también sirve para ver Tarragona, literalmente, desde otra perspectiva. Desde el cielo la ciudad es bonita, pacífica y todo adquiere otras dimensiones. Se ve claramente cómo sobresale la Catedral; el gran surco que marca la Rambla Nova o las enormes dimensiones del Puerto. 

Desde el aire también se descubre mejor la arquitectura de edificios particulares como la Residencia de La Mercè o el preventorio de La Savinosa. Es, además, la oportunidad de cotillear un poco y  de alucinar con más de un chalet de La Móra y su respectiva piscina o de ver a los niños jugando en el patio de una escuela muy cerca del cementerio. Y hay que reconocerlo: ver tu casa desde el cielo, también es de las cosas que llaman la atención... Está claro, nada como tomar distancia para ver mejor las cosas.
 

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