Abuelos, padres y niños despidieron el año de narices

El personaje popular que tiene tantas narices como días le quedan al año dijo adiós al 2017

01 enero 2018 14:17 | Actualizado a 01 enero 2018 14:19
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L’Home dels Nassos’ volvió a salir  del Pla de la Seu como lleva haciendo cada 31 de diceimbre. Acompañado por los pajes y montado en su carro apareció delante de la Catedral de Tarragona saludando a los tarraconeneses, pequeños y grandes, que estaban esperándolo para seguirle hasta la Plaça de la Font.

Josep acompañó a su nieto Biel, aunque confesó que viene a este popular acto desde hace ya muchos años. «Me parece que es una tradición muy bonita que tenemos en Tarragona», añadía. 

Los niños, entusiasmados cuando veían pasar el carruaje de ‘L’Home dels Nassos’ tan elegante, iban corriendo en busca de los caramelos que les tiraba. Además, a lo largo de todo el recorrido, los músicos interpretaron la canción compuesta por Montse Blay, con la colaboración de Joan Moliner, ambos profesores de L’Aula de Música Tradicional i Popular El Tecler. 

La canción que tocaba la comparsa tenía un estribillo muy pegadizo que todos aquellos que iban acompañando a este personaje canturreaban: «L’Home dels Nassos, per Tarragona va pessejant, l’Home dels Nassos diu que l’any s’està acabant». 

Laia ha vivido esta tradición desde que era muy pequeña y este año fue con su hija de pocos meses. «Me hace mucha ilusión poder venir a un acto como este al que yo venía cuando era niña y al que hoy vengo con mi hija», comentaba. 

Al ser domingo, la afluencia fue mucho mayor que en años anteriores. Muchos padres y madres pudieron acompañar a sus hijos ya que no trabajaban ese día. Anna era una de ellas, que se mostraba muy contenta por poder acompañar por primera vez a su hijo Joan a la tradicional paseada de ‘L’Home dels Nassos’. «Siempre han venido mi marido o mis padres con mi hijo y este año he querido aprovechar la ocasión para acompañarle yo y revivir la ilusión que me hacía ver a ‘LHome dels Nassos’ por las calles de Tarragona», explicaba. 

Una vez llegó al Ayuntamiento, este extravagante personaje quiso dirigirse a todos los tarraconenses para avisarles de que al año ya le quedaban pocas horas. También aprovechó la ocasión para desearles a todos una buena entrada de año.

Leyenda y tradición 

La mañana del 31 de diciembre, mientras se desayuna, muchos padres explican a sus hijos e hijas que hoy, si se fijan, pueden ver por la calle un personaje que tiene tantas narices como días tiene el año. Los niños no entienden este juego de palabras y se les hace creer que este día pueden ver un ser terrible, una especie de monstruo de 365 narices. Incrédulos, los niños se pasan la mañana buscando este personaje y a menudo se les pregunta si ya han visto a ‘L’Home dels Nassos’, en un intento por alargar el engaño.

Según algunos estudiosos, como Joan Amades, ‘L’Home dels Nassos’ es una leyenda que ha subsistido por la tradición oral, de un antiguo dios precristiano desaparecido que vivía en la cepa de un árbol, el Árbol de las Narices.

En los últimos años, sin embargo, ‘L’Home dels Nassos’ ha pasado de ser un personaje del imaginario popular, un personaje de la fantasía y sin presencia corpulenta, utilizado para jugar con los niños, a ser representado a través de un cabezudo que este día se pasea por las calles repartiendo caramelos.

Esta tradición se sigue haciendo en muchas ciudades, como Barcelona o Palma de Mallorca.

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