Caos en los pasillos del Hospital Joan XXIII

El personal sanitario denuncia la situación y asegura que amontonar material roto da una mala imagen del hospital y además dificulta el trabajo diario de médicos y enfermeras

25 julio 2019 07:00 | Actualizado a 25 julio 2019 08:04
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Enfado generalizado entre los trabajadores del Hospital Joan XXIII por el desorden de los últimos meses. El personal sanitario denuncia que las camas y los aparatos médicos estropeados, o que quedan obsoletos, son abandonados en medio de los pasillos del centro hospitalario. La situación preocupa a los médicos y enfermeras, que aseguran que este modus operandi perjudica gravemente la imagen del hospital y, además, dificulta el trabajo de los profesionales.

La problemática se extiende desde hace aproximadamente unos seis meses por diferentes puntos del centro hospitalario. La peor parte se la lleva la sexta planta, donde actualmente se atienden a los pacientes de la unidad de medicina interna, de hematología y de la Unitat d’Alta Intensitat de Cures. Esta última cuida de los enfermos que están más graves como para estar en planta, pero no lo suficiente como para ingresar en la unidad de intermedios. El material que ya no se utiliza queda acumulado en los pasillos. Se puede encontrar de todo: desde camas mecánicas que ya no funcionan, pasando por lámparas y mobiliario obsoleto, y acabando por aparatos médicos, como por ejemplo, los que se utilizan para tomar la presión o condensadores de oxígeno. También se pueden encontrar escobas y carritos con material de limpieza, mesas portátiles, armarios y sillas. Todo ello en un estado avanzado de deterioro.

Según explican las enfermeras, lo peor del asunto es que algunos de estos materiales han quedado abandonados justamente en las puertas de emergencia de algunas unidades, como por ejemplo de la UCI. «Si tuviéramos que correr por cualquier cosa, como por ejemplo un incendio, estaríamos atrapados, porque las camas y el mobiliario no nos permitirían abrir las puertas», asegura una enfermera del hospital.

El personal comenta que antes, cuando una cama o máquina se estropeaba o quedaba obsoleta, el supervisor de la planta elaboraba un parte, avisaba al departamento de electromedicina y éste decidía qué hacer con el material. O bien se tiraba o se arreglaba. «Nosotras, como enfermeras, podemos avisar. Pero si no nos hacen caso, no podemos hacer nada», explican. Desde hace seis meses, parece que esta comunicación no existe.

Mala imagen

Desde el sindicato de la CGT aseguran que esta problemática perjudica gravemente la imagen del hospital. «¿Qué deben pensar los pacientes que pasan por delante cuando ven el mobiliario acumulado de esta manera?», se preguntan desde el sindicato profesional.

Además, el personal asegura que esta manera de funcionar supone un problema en su día a día «porque cada vez tenemos menos material y en peores condiciones», asegura una auxiliar de enfermería, quien pone como ejemplo que «cuando se estropea un aparato para tomar la presión, tengo que esperarme a que la compañera deje de utilizarlo para poderlo coger yo. Y trabajar así es pesado e incómodo. Si arreglaran el material o compraran otro, esto no pasaría».

El hospital no quiere hablar

Según explica el sindicato CGT, «desde la dirección del hospital nos aseguran que están trabajando para solucionar el problema y buscando la manera de resolverlo. Llevamos así seis meses y ya no aguantamos más».

El Diari se ha puesto en contacto con la dirección del Hospital Joan XXIII, quien ha preferido no hacer ningún comentario al respecto. Fuentes cercanas al centro aseguran que no se trataría de un problema de gestión, sino de falta de espacio.

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