Adicciones que vuelven por Navidad

Hábitos. En estas fechas nos vemos abrumados por impactos publicitarios que nos hacen recaer en malas costumbres

27 diciembre 2018 19:55 | Actualizado a 31 diciembre 2018 13:39
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Luces de colores, anuncios influyentes y engañosos, impactos publicitarios a todas horas, noches de fiesta, comidas de celebración. Que la Navidad es una época para los niños es falso. Ese barco ya zarpó hace tiempo y la sociedad de consumo apunta a los adultos para atraparlos en sus redes. Todos estos hábitos, más que consolidados, dan pie a recaídas en adicciones. Sobre todo en unas propias de estos días, las compras.

La demanda de información sobre tratamientos para la adicción a las compras ha aumentado un 5% en dos años. Según CC Adicciones, centro especializado en el tratamiento de adicciones en Roda de Berà, es en Navidad cuando las recaídas de los adictos se incrementan entre un 4 y un 5%. Se debe a la enorme cantidad de estímulos de gran impacto que reciben (la decoración de las tiendas, las calles, la música, etc.).

A diferencia de otras, la adicción a las compras pasa más inadvertida. Cuesta que el propio paciente, su entorno o los profesionales de la salud, la detecten al no generar tanto efectos adversos a nivel orgánico como las sustancias psicoactivas. Además, existe la aceptación social de celebrar con grandes excesos estas fiestas, tanto de consumo como de compras exageradas. 

Un fenómeno emergente

La adicción a las compras es una trastorno relativamente nuevo, propia del siglo XXI. Es más habitual en países desarrollados, donde la sociedad se organiza entorno a un sistema consumista. Es una de las adicciones asociadas a un comportamiento que no está relacionado con el consumo de ninguna sustancia, sino en trastornos en la conducta. Esta patología en muchos casos está relacionada con otras dificultades del paciente, como pueden ser otras adicciones o problemas psicológicos. Lo que suele comenzar como una conducta ocasional aumenta de tal manera que se convierte en patológica. 

Además, la adicción a las compras aún no está reconocida en las clasificaciones internacionales de enfermedades, debido a su juventud y al hecho de que rompe con el concepto clásico de adicción, vinculado a sustancias como el alcohol y otras drogas. Llegan las compras de Navidad y el consumo, en ocasiones, desenfrenado. Durante todo el mes, incluso antes con el Black Friday, hemos sido bombardeados con propuestas de compra de productos y servicios. El gasto familiar se incrementa notablemente, ya que la llegada de estas fechas ya es, inevitablemente, un sinónimo de consumo. 

No por querer regalar ya somos adictos. Se debe distinguir entre la compra compulsiva, que se da en adictos a ellas, y las adquisiciones excesivas que se realizan en periodos concretos como Navidad o época de rebajas. Quién más quién menos se ha planteado redactar una lista de buenos propósitos para el año nuevo, si es que no lo ha hecho. También son utilizadas por personas adictas como excusa para dar largas a su intención de cambio conductual bajo el autoengaño: «El 1 de enero voy a cambiar».

«El adicto tiene una dependencia, una necesidad de comprar que no puede controlar. Y es más probable que incurra en compras compulsivas en estas fechas, debido a que es más fácil que su conducta pase desapercibida o que sea más fácil de justificar», explica la psicóloga Sandra Anguita de CC Adicciones.

Es una patología que se da tanto en hombres como en mujeres, pero estas son casi el 80 % de los casos. En las mujeres suele estar relacionada con la compra de ropa o productos de belleza y en los hombres con la de aparatos electrónicos, coches o material informático.
Según Anguita: «Quienes la padecen sienten euforia al comprar algún objeto. Tienen ansiedad por adquirirlo. Pero, posteriormente, una vez adquirido, y a veces de manera inmediata, sienten culpa y caen en depresión por haber pagado. Es una conducta que perjudica su economía, su ámbito social y personal, ya que muchas veces llegan a pedir dinero a sus amigos o familiares». 

Fran Prados, director de CC Adicciones, define el perfil más frecuente de un adicto a las compras como «una mujer de clase media, media alta, a partir de 35 años de edad, que gasta mucho dinero, acumula muchos productos -principalmente ropa y complementos de moda-, que tiene problemas familiares y laborales debido a su conducta adictiva». 

Por otro lado, no sólo se disparan las adicciones a las compras. Según Prados: «Suben todas las adicciones. Si en verano hay un repunte de las recaídas, en Navidad se triplican. Vivimos en una sociedad que, por desgracia, el consumo de ciertas sustancias está bien visto para estas fechas, ya sea alcohol o drogas. Esto lo aprovecha el adicto, pues esta permisibilidad disfraza el consumo y la enfermedad, pero luego continúa».

En el caso de la ludopatía, una de las adicciones que más crecen y preocupan de los últimos años, Prados apunta que «aunque haya un parón de la competición, como en el fútbol, el jugador apuesta siempre. Si no apuesta en casa, lo hará fuera y se irá a una casa de apuestas para, por ejemplo, jugar en una carrera de caballos. Por lo que en este sentido, el número de recaídas tampoco baja».

Comidas adictivas

Acerca de las comidas navideñas, los alimentos que predominan en las mesas también suelen ser adictivos. Rosa Baró, dietista y nutricionista de la clínica Alomar de Reus, explica que «los alimentos que tienen un sabor dulce, salado o crujiente más extremo, son los más adictivos. Por ejemplo los snacks, las patatas chips y los postres, ya sean neulas, bombones, galletas o pasteles». 

«Estos gustos los tenemos más adaptados a los extremos que otros. Entonces cuanto más dulce, salado o crujiente, más adictivos son. Nos aportan mucha energía y al cerebro le gusta, aunque en realidad no nos hace falta tanta. La idea es que en estas fechas navideñas una persona coma las cantidades habituales. Pero pasamos muchas horas alrededor de la mesa y se sobrepasa la sensación de estar lleno», apunta nuestra nutricionista.     

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