Adolescente y terapeuta sexual, nada puede ir mal...

#seriesenvena
‘Sex Education’.
Netflix está que se sale y parece que se ha especializado en crear series juveniles de éxito para todos los públicos

25 enero 2019 18:30 | Actualizado a 25 enero 2019 19:06
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La vida de Otis (Asa Buttferfield) podría pasar por la de un joven cualquiera de dieciséis años que va al instituto de su pueblo y que tiene en su mejor amigo Eric (Ncuti Gatwa) todo el apoyo que necesita para intentar superar la difícil época de la adolescencia.

Pero claro, si tu madre es una terapeuta sexual (Gillian Anderson) totalmente desinhibida y sin ningún tipo de tapujo a la hora de hablar de sexo, ya sea con sus pacientes o con su propio hijo, pues la cosa como que se complica un poco.

Sex Education es una serie juvenil que gusta a todo tipo de público, no necesariamente adolescente

 

Si a eso le sumamos que Otis arrastra una serie de traumas que le impiden, precisamente, afrontar cualquier tipo de tema sexual pues la vida de nuestro protagonista se embrolla por momentos.

Juventud, divino tesoro
Netflix ha vuelto a dar en el clavo con Sex Education, su nueva serie juvenil que ha estrenado recientemente y que está compuesta en su primera temporada por ocho capítulos.

Han logrado crear una comedia juvenil que consigue enganchar a todo tipo de público, no necesariamente adolescente. ¿Y cómo lo han conseguido? Pues aunque parezca fácil, no lo es.
Para empezar, la ambientación es ambigua. Aunque la trama se desarrolla en un instituto inglés hay detalles que son propios de un instituto yanki, con sus taquillas en los pasillos, las chaquetas de los deportistas o el baile de fin de curso y esto nos crea un ambiente propio y difícil de definir.

 

Sex Education es una serie amable que trata los problemas sexuales propios de la adolescencia, o no, de forma que al espectador se le hace agradable y con un humor  descarado muy inglés y es ahí donde se diferencia de una serie norteamericana.

Las aventuras y desventuras de Otis en su iniciación sexual y la relación tan particular que tiene con su madre van a dar pie a situaciones realmente rocambolescas y que casi siempre van a provocar una sonrisa y alguna que otra carcajada.

¿Cómo ha llegado hasta aquí?
Pero claro, lo que ya termina de desmontarnos la vida es que un chico como Otis, cuya experiencia sexual es prácticamente nula, termine convirtiéndose en el terapeuta sexual de su instituto.

Hasta aquí le lleva Maeve (Emma McKey), la chica rebelde del colegio, que ya tiene un largo recorrido en lo que a sexo se refiere y que por cuestiones varias termina haciéndose inseparable de Otis. Ella es la que le alienta a que aproveche todo lo que escucha de su madre en la consulta que esta tiene en su casa para llevarlo a la práctica y crear un gabinete de terapia sexual clandestino en el instituto para ayudar a todos los chicos y chicas que estudian con ellos y que tienen problemas de los más diversos. Las consultas de Otis dan para mucho...

Sonrisas y lágrimas
Si hay algo que hay que reconocerle a Sex Education es que es una serie actual, que trata temas como el acoso escolar, el aborto, la homofobia y la violencia que esta genera o el abandono familiar con extrema sensibilidad.

Es una serie básicamente de comedia pero que cuando se introduce en el drama lo hace a conciencia, buscando sensibilizar al espectador en estos temas que aunque sean los adolescentes quienes los sufren no dejan de ser comunes para el resto de la sociedad.

 

El personaje de Eric, el inseparable amigo de Otis, es un ejemplo de todo esto. Para mí es el mejor de la serie. Eric es abiertamente gay y no se esconde, pero sufre en carne propia el rechazo, el acoso y la violencia que por su condición recibe injustamente. Vivimos en un sociedad en que desgraciadamente esto sucede. Pero no por ello deja de ser un tipo optimista y que no deja de buscar su verdadera identidad. Y cuando la encuentra nos provoca una sonrisa y ganas de ponernos de pie a aplaudirle.

Y esto es lo que ha conseguido Netflix, crear una serie de adolescentes que trata con cariño a todos sus personajes y que consigue que nos paremos a reflexionar sobre más de una tema.

Seguramente más de uno llegará a ella por el reclamo de Gillian Anderson (Expediente X) pero esta serie va mucho más allá. Aunque la verdad es que los diálogos de madre e hijo son desternillantes esta serie es súper recomendable por muchas más cosas. Vamos a pasar un rato divertido con los líos de Otis, vamos a sufrir y reír a partes iguales con Eric, entenderemos porqué Maeve es así y para los más maduritos es un retorno agradable a la adolescencia.

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