Alejandro dará el paso

La inminente marcha de Xavier Garcia Albiol de la presidencia del Partit Popular Català ha situado a Alejandro Fernández en «pole position» para liderar la formación conservadora a partir del próximo mes de noviembre. El tarraconense ya es, desde hace casi dos años, el portavoz parlamentario de los populares en el Parlament de Catalunya –por esto dejó el Ayuntamiento de Tarragona tras 13 años como concejal– y, en las últimas elecciones primarias, fue el hombre de confianza de Pablo Casado en Catalunya. Las fuentes consultadas por este periódico lo tienen claro: Alejandro ya se ha decidido: dará el paso.    

Todo esto hace que, ya desde el primer momento, su nombre haya aparecido como favorito para relevar al futuro candidato popular a la alcaldía de Badalona. «Es un gran orador, cree en lo que dice y confía mucho en su equipo», afirma la exconcejal reusense, Montserrat Duch. Su opinión es avalada por la torrense Núria Gómez. «Es un líder nato. Estamos muy ilusionados, ya que vemos que es una posibilidad muy real. Es el mejor candidato», indica la portavoz del PP en Torredembarra.  

«Él tiene un proyecto propio»
Mañana se reunirá la junta directiva del PP Català, en un encuentro en el que también tomará parte el propio Pablo Casado. En esta reunión se fijará la convocatoria del congreso para escoger el nuevo presidente del partido, un evento que podría llevarse a cabo el fin de semana del 10 y 11 de noviembre. 

Fernández, surgido de Nuevas Generaciones y presidente provincial del partido en Tarragona, parte como rival a batir en la batalla por la presidencia. En caso de ser así, sería el primer presidente –y posterior candidato a la presidencia de la Generalitat– que no es del área metropolitana de Barcelona. Pese a todo ello, el panorama no se prevé que sea tan fácil para el tarraconense, con orígenes asturianos, ya que podrían aparecer más candidatos. 

La primera es Dolors Montserrat, quien el pasado mes de julio apoyó a María Dolores de Cospedal. Tras el pacto entre la exministra y Casado, la de Sant Sadurní d’Anoia pasó a ser la portavoz de los populares en el Congreso de los Diputados, convirtiéndose en una persona de la máxima confianza para el aparato del partido. «No sé si Montserrat dejará Madrid por Barcelona. La vemos muy consolidada allí», recalca Núria Gómez. Pese a ello, el overbooking que hay en la candidatura por Barcelona en el Congreso –con pesos pesados como Alicia Sánchez Camacho, Jorge Fernández Díaz o José Luis Ayllón– podría ser un factor que jugara a favor para que Montserrat volviera a Catalunya, ya que dejaría espacio libre. Su nombre siempre está en las quinielas.  

Otra de las posibilidades es Andrea Levy, que comparte grupo parlamentario con Albiol y Fernández. Levy forma parte del núcleo duro de confianza de Casado, ya que el nuevo máximo dirigente popular le otorgó el cargo de Vicesecretaria de Estudios y Programas. En este sentido, cabe recalcar que en la estructura interna del PP, la barcelonesa está por encima de Alejandro Fernández, quien es el secretario de Estudios, que depende orgánicamente de la diputada. «Levy tiene apoyo de pesos pesados de Madrid, y el premio que le han dado a Fernández es poca cosa», afirma un exalto cargo, quien califica al tarraconense como «el mejor candidato y el preferido entre las bases».    

Pese a ello, uno de los factores que podría jugar en contra de Fernández, aparte del hecho de que en las elecciones del pasado 21 de diciembre estuviera a punto de quedarse fuera del Parlament, es el hecho de que «no es vasallo de Madrid», según afirma un experimentado miembro del PP, quien reconoce que el exconcejal de Tarragona «tiene una personalidad parecida a la que tenían Aleix Vidal Quadras o Josep Piqué». En este sentido, destaca que Alejandro «tiene un proyecto propio y no se dedicaría a hacer sólo lo que le dijeran desde Madrid, como han hecho tradicionalmente casi todos los presidentes del partido en Catalunya y como sí que harían Montserrat y Levy», sin descartar aún la opción de un Enric Millo. El exdelegado del Gobierno, tras su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría, «se ha quedado sin nada porque nadie se fía de él por su pasado nacionalista». La batalla está servida.