¿Alguien se acuerda de la N-340?

Las bonificaciones que está implantando el Ejecutivo son una nueva vía para favorecer a algunos territorios

23 junio 2017 08:14 | Actualizado a 23 junio 2017 08:21
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La N-340 ha caído de la agenda informativa. Entre todos nos hemos olvidado de que aún no se ha presentado una solución digna para acabar con todos los problemas asociados a una carretera sobrepasada en todos los sentidos. Y, como acostumbra a pasar, qui dia passa any empeny.

Hace tan solo un año, el tema estaba candente. La elevada siniestralidad, con 45 víctimas en el periodo de 2012 a 2015, disparó todas las alarmas. Los transportistas fueron situados en el centro de la diana. Y estos fueron los primeros en liderar unas movilizaciones en las que se sumaron tantos vecinos del Ebre como los del Tarragonès y Baix Penedès, que constituyeron el Pacte de Berà. ¿En qué ha quedado todo esto? ¿Qué efectos han tenido las marchas lentas y los más de 120 cortes de carretera para exigir una solución definitiva?

Está claro que este ‘parche’ que se inventó el Gobierno, con once rotondas y 66 kilómetros de línea continua, ha conseguido frenar la sangría de muertes. El torniquete ha tenido sus efectos, y cualquier solución que evite un solo accidente bienvenida sea. Pero, ¿de verdad que una carretera catalogada como nacional debe ser relegada a una caravana de vehículos?

De momento esta será la estampa de este verano. Y sobre lo que pasará a partir de septiembre, vaya usted a saber. Encima de la mesa, o en algún cajón, está la propuesta de desviar los camiones por la autopista, a partir de un sistema de bonificaciones. Esta es la solución del Ministerio de Fomento, hasta la liberalización de la AP-7 en 2019, y que cuenta con el beneplácito de la Generalitat.

En octubre del año pasado, el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez Pomar, afirmó en L’Hospitalet de l’Infant que Fomento estaba a punto de cerrar un acuerdo con Abertis para desviar los camiones. Nunca más se supo.

En la línea de desviar los vehículos pesados iba también la propuesta que en febrero del año pasado la administración catalana hacía llegar al ministro de Fomento, sin que haya habido respuesta alguna desde Madrid. 

De hecho, en los Presupuestos Generales del Estado para este ejercicio hay una partida de 4,3 millones de euros para sufragar estas bonificaciones. Sin embargo, el Ejecutivo no ha dado ningún paso adelante ni informa sobre qué previsiones tiene sobre el respecto. 

El diputado de Podemos en Madrid y alcalde de Altafulla, Fèlix Alonso, preguntó esta misma semana al secretario de Estado de Infraestructuras sobre el asunto. La única respuesta es que se está trabajando en ello.  

Con bonificaciones del 75% incluso los transportistas podrían mostrarse a favor

Pero esta calma chicha no durará mucho más tiempo. La tormenta se desatará cuando se presente esta propuesta. Y lo hará porque en la asignación de las bonificaciones, el Ejecutivo ha encontrado una nueva vía para favorecer algunos territorios respecto a otros.

Hace unos días, el Gobierno de La Rioja suscribió un acuerdo con el Ministerio de Fomento, y los camiones que se desvían de la N-232 a la AP-68 tienen el 75% del peaje pagado. Es el mismo porcentaje que se aplica en la AP-2 en el tramo de Fraga a Alfajarín, mientras que en la N-II, en Girona, el descuento es del 35 ó 50% en función del desplazamiento. El mismo porcentaje que se está negociando en el caso de la N-340.

Con estas cifras incluso las empresas de transporte estarían dispuestas a hablarlo. Lo afirmaba el director general de la Feat, Josep Lluís Aymat: «Es que, con una bonificación del 75%, los transportistas ya verían una efectividad y una ventaja. Mientras tanto, tan solo ven más costes».

Que vengan cualquier tarde de verano a L’Arboç o L’Ametlla de Mar y que saquen sus conclusiones

El Govern convocará en los próximos días a los alcaldes del Pacte de Berà. Falta por ver si la administración catalana mantendrá la misma postura que el Gobierno sobre este tema, como ha hecho hasta el momento, o la N-340 pasará a convertirse en una nueva disputa entre ambas administraciones. De momento, ya han empezado a calentar el ambiente con posturas contrarias a la viñeta. De verdad, que vengan cualquier tarde de verano a L’Arboç o L’Ametlla de Mar y que saquen sus conclusiones.

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