Alquileres, despidos, custodias... La mediación gana adeptos pese a la Covid

Las solicitudes que llegan al colegio de abogados subieron un 12% el año pasado a pesar del confinamiento. Los interesados reciben ya información por teléfono o WhatsApp

21 enero 2021 19:20 | Actualizado a 22 enero 2021 07:04
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«Cuando estábamos en pleno confinamiento ya comenzamos a recibir llamadas de particulares que habían tenido que cerrar sus negocios y que no podían hacer frente al alquiler», cuenta Maria José Bertomeu, presidenta de la Comisión de Mediación del Il·lustre Col·legi de l’Advocacia de Tarragona, ICAT.

Ese es uno de los conflictos típicos que está generando la pandemia y que podría encontrar en la mediación una solución más rápida, efectiva y económica, que esperar a la resolución de un juicio.

Y es que, pese a que el Servicio de Orientación a la Mediación que presta el colegio permaneció cerrado poco más de un mes (entre el 14 de marzo y el 17 de abril) el año pasado las solicitudes de información que recibió crecieron un 12% respecto al 2019 y pasaron de 118 a 132. Además, entre quienes pidieron información un 74% decidió ir a mediación (el año anterior había sido el 70%). Las cifras se daban a conocer en el marco del Día Internacional de la Mediación que se celebraba ayer.

Por teléfono y WhatsApp

Bartomeu cuenta que con la Covid también han notado un incremento de los conflictos: «Nos pasamos más horas en casa y esto hace que se incrementen los conflictos vecinales o en el seno de la familia».

Pero, explica que, «paradójicamente, el contexto de la pandemia ha sido favorable para la mediación, porque el hecho de hacer las consultas telefónicamente las facilita, puesto que los usuarios potenciales pueden hacerlas sin tenerse que desplazar».

Bertomeu, quien ejerce desde hace años como mediadora, explica que, como los interesados dicen en qué momento y por qué vía quieren contactar, «la asistencia es casi del 100%». Esta primera sesión, en la que se ofrece toda la información sobre el funcionamiento de la mediación ahora se hace por teléfono o por WhatsApp, según decida cada persona. También se estudia cada caso porque no todos los conflictos son susceptibles de pasar por esta vía. Quedan excluidos, por ejemplo, los casos de violencia de género.

Para poder recurrir a un proceso de mediación las partes involucradas deben estar de acuerdo. En ese caso, y debido a la pandemia, las sesiones también se pueden hacer a través de internet con una plataforma que permita mantener la confidencialidad de los participantes. De hecho el 70% de las mediaciones que se realizaron el año pasado en Catalunya fueron telemáticas.

No obstante, explica la abogada, esto obliga a que las personas tengan un ordenador o un teléfono con conexión a internet y un mínimo de manejo de los mismos, por lo que hay quien necesitan que la mediación sea presencial. En este caso también se han comenzado a realizar siguiendo todas las medidas de seguridad.

Un precio fijo

Valga destacar que, para acudir a mediación, también se puede recurrir a la justicia gratuita en caso de que a las personas les corresponda porque no tienen los medios económicos. Si no fuera así, el precio de cada sesión está fijado en 40 euros por la Generalitat. Eso no quita que también existan mediadores que se puedan contratar de manera privada. De hecho muchas grandes empresas ya acuden a servicios de mediación para dirimir conflictos entre ellas.

Obligatoria en casos de familia

El avance de la mediación, reconoce la abogada, está siendo lento, pero hay aspectos que hacen pensar que seguirá en aumento, como el crecimiento de la conflictividad que acompaña a la pandemia (Despidos, ERTE..). Además, desde finales del año pasado, con una modificación del Código Civil en Catalunya es obligatorio acudir a una sesión informativa de mediación en los procedimientos de familia como divorcios, separaciones, patria potestad, custodia y tutela de los hijos.

Con esta modificación el Departament de Justícia calculaba que se triplicarán las reuniones informativas sobre las ventajas de los acuerdos extrajudiciales frente a la vía de los tribunales.

En la actualidad el proceso para resolver un litigio familiar a través de la justicia puede prolongarse dos años, dependiendo de la congestión del juzgado, mientras que la mediación podría reducir este plazo a dos meses con un máximo de seis sesiones.

Queda, no obstante, mucho camino por recorrer en cuanto a la cultura de la mediación, explica Bertomeu. Cree que sería conveniente difundir que un 70% de los casos se resuelven con un acuerdo entre las partes y un 87% se resuelve antes de los tres meses.

Los acuerdos que resultan de la mediación suelen ser, además, más fáciles de cumplir por las partes porque son una especie de ‘traje a medida’ realizado por los mismos interesados.

La función del mediador, una figura imparcial, siempre es crear un clima favorable para los consensos. Un caso típico sería, señala la abogada, una disputa entre hermanos por una herencia. En esos casos buena parte de la solución comienza porque se restaura la comunicación que se había roto.

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