Altas capacidades, otro ritmo de aprendizaje

En casa. El confinamiento ha permitido a estos jóvenes aumentar conocimientos a su ritmo, según sus necesidades

21 junio 2020 18:05 | Actualizado a 21 junio 2020 19:40
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«Prefiero estudiar en casa. Voy a mi ritmo y me organizo como me interesa», comenta Genís. «En casa mejor. Nadie te distrae, estás más concentrado y puedes organizar tu tiempo», corrobora Oriol.

Genís Aragonès, de 15 años y Oriol, de 12, son dos jóvenes que han encontrado en el confinamiento espacios para seguir aprendiendo de forma más o menos autodidacta aquellas materias que les interesan, una vez acabadas las tareas requeridas por los centros escolares.

La asociación Athena ha sido estos días un lugar de encuentro para las familias

Ambos pertenecen a familias miembros de la Associació per les Altes Capacitats de Tarragona i les Terres de l’Ebre (Athena), que desde su creación, en julio de 2018, ya suma 65.

«Muchos de los miembros no han echado de menos el colegio. Han tenido todo lo que han necesitado, que es un ordenador para poder seguir las clases y les ha ayudado mucho el poder trabajar sin presión, sin horarios. Se han interesado por cosas nuevas. Otro tema es el de las familias que no disponen de este necesario soporte tecnológico», manifiesta Mònica Casellas, pedagoga, logopeda y presidenta de Athena, así como madre de Oriol.

«En este tiempo casi han aprendido más que en el colegio», subraya, por su parte, Beatriz Jiménez, madre de tres niños, dos de ellos con altas capacidades. «Ellos están en el curso que por edad cronológica les toca estar y de alguna manera el colegio les frena. En casa, si te piden herramientas, se las das, aunque sean de otro nivel. Lo van trabajando y asimilando», dice Beatriz.

Justamente, el tratamiento de las materias ha sido dispar dependiendo de los centros e incluso del propio profesorado. «Nuestra crítica es que no todos los colegios han actuado del mismo modo», continúa Beatriz. «En el nuestro se decidió no avanzar y cuando llevas tres meses con los mismos ejercicios, se aburren. No ya los niños con altas capacidades. Todos». En el otro lado, Oriol, que estudia primero de la ESO, ha podido mantener la aceleración de inglés de segundo curso, pactada previamente con el centro.

Tanto Oriol como Genís Aragonès prefieren seguir estudiando en casa. Beatriz asegura que si les preguntara a sus hijos, coincidirían.

Inquietudes

«He aprendido a valorar las cosas que tienes». Esta frase, Trending topic tras la irrupción de la Covid-19, impacta en boca de Oriol, un niño de 12 años. Como bien dice el divulgador científico Marc Boada, «son muy singulares, incatalogables en un grupo».

No obstante, tienen tendencia a ser más maduros, a preocuparse por los problemas que les rodean y no solo les interesa la ciencia. Es un mito. También resaltan por su creatividad. Es el caso de Genís, de Deltebre, quien a pesar de sus preferencias por la informática y las matemáticas, ha aprovechado estos días para «aprender unas cuantas canciones más con el piano y la guitarra».

Mientras, Oriol destaca en el dibujo creativo, la pintura y todo lo que tiene que ver con las artes plásticas. «También tengo bastantes conocimientos sobre el mundo animal», detalla.

Asimismo, el dibujo técnico ha sido el refugio de Pablo, el mayor de Beatriz y Sergio. En cuanto a la preocupación por el entorno, tanto Genís como Oriol explican que han seguido con detalle el devenir de la pandemia, hecho que llevó a este último a una cierta intranquilidad durante los días más duros del encierro. «Me he sentido asustado por no saber qué pasaría  en las siguientes semanas  del estado de alarma y un poco a la expectativa por el futuro», comenta. 

La escuela no ha aprovechado esta crisis para reinventarse. Para pasar al siguiente escalón (Sergio Lou)

¿Y qué ha ocurrido con los amigos? ¿Los han echado de menos? ¿Tienen estos chicos y chicas pocas habilidades sociales? « Otro mito»,  responde Beatriz. «Los nuestros son muy sociales». Y tanto Genís como Oriol aseguran haber tenido contacto con sus amigos. «Bastante», dice Genís. «Por las redes sociales», en el caso de Oriol.

Lo que sí ha habido es contacto entre los miembros de Athena. «Hemos hecho alguna tertulia virtual, en la que cada familia exponía cómo estaba viviendo el confinamiento y también una psicóloga dio una charla sobre los efectos emocionales», apunta Mònica Casellas.

No todos destacan en ciencia. También en arte y en creatividad. Y no todos tienen pocas habilidades sociales. Son mitos

«El de Athena es un grupo muy participativo en el que se aportan ideas sobre temáticas concretas, se comparten materias y eso nos ayuda a encontrar material para darles en casa lo que no encuentran fuera», indica Beatriz. Un compartir experiencias que, como en el caso de otros padres y madres, a Beatriz y Sergio les ayudó a comprender un poco mejor lo que les ocurría a sus hijos.

Este trimestre excepcional ha vuelto a poner sobre la mesa las necesidades de estos estudiantes.

En cualquier caso, este trimestre excepcional ha vuelto a poner sobre la mesa las necesidades de estos estudiantes. « La escuela no ha aprovechado esta crisis para reinventarse. Qué menos que una llamada o un mail para preguntar por las familias, para saber si necesitan material. No han aprovechado para pasar al siguiente escalón, que sería el individualizar un poquito los conocimientos porque cada  niño es diferente. Unos avanzan más rápido y otros más lentos. Y aquí se tiende a universalizar», reivindica Lou. Un interés que, destaca, queda en manos de los profesores a título individual.

Lou lo compara con su propia profesión, la de preparador físico. «Cada persona es diferente tanto física como psicológica y motivacionalmente. En el colegio también». 

 

Divulgación
El gancho Marc Boada

«Durante el confinamiento, los chicos y chicas de Athena tenían ganas de más y les sugerí algunas actividades. De hecho, durante esos días inicié mi propio canal de YouTube donde cuelgo experimentos para que hagan en casa o los profesores, el próximo curso en las aulas, si así lo desean». El canal es https://www.youtube.com/user/MarcBoadaFerrer y su propietario, el popular divulgador científico.

Marc Boada (Terrassa, 1963) viaja por toda Catalunya con su maleta de motivación y es asiduo de las tierras tarraconenses, «voy a menudo y tengo mucho vínculo con el Priorat».

Asimismo, colabora con la Associació per les Altes Capacitats (Athena). «Es muy familiar y me tratan con una exquisitez extraordinaria». Boada asegura que los niños y niñas con altas capacidades son su público natural, por el interés que manifiestan por la ciencia. En los talleres, Boada lleva consigo «objetos alucinantes, raros, curiosos, que hacen pensar. Después desarrollamos un tema y una parte práctica».

En este sentido, comenta que sus experimentos no son recetas cerradas. «Intento que sigan haciendo algunas pesquisas por su cuenta y que tengan un componente estético, que inventen cosas».

En esa línea, en estos días de encierro les ha propuesto que buscaran por casa tantos elementos químicos como fuera posible en estado puro, una actividad «que puede parecer relativamente simple, pero que tiene mucho ingenio» en una manera de fomentar vocaciones en esta ciencia.

«Me han presentado unos trabajos muy guapos por lo que en lugar de dar solo un premio entregaré cinco», revela. Será la excusa perfecta para el reencuentro con los miembros de Athena.

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