Ana Santos, la concejala que nunca aparecía sola en las fotos

Feminista y con carácter, estuvo trabajando hasta el último momento. La campaña contra la violencia machista, Respecta’m, fue uno de los hitos de su mandato 

11 abril 2019 07:24 | Actualizado a 11 abril 2019 07:30
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Parece una simple anécdota, pero por mucho que se empeñaron en el departamento de documentación del Diari, resultó casi imposible encontrar fotos en las que Ana Santos apareciera sola. Aunque, pensándolo bien, tal vez no fuera casualidad, sino un reflejo de esa tendencia suya a preferir el protagonismo colectivo al personal, una tendencia, dicho sea de paso, poco común entre los políticos. Pero atención, eso no quiere decir que fuera persona de esconderse; al contrario, se trataba de una mujer con demasiada personalidad para eso. Era «de las que siempre van de cara», recordaba ayer una amiga suya. 

Compañeros del Ayuntamiento de Tarragona confirman que estuvo trabajando casi hasta el último momento y que se mantenía en contacto con los técnicos de la conselleria de Polítiques d’Igualtat i Serveis a la Persona, al frente de la cual estaba desde 2015. Su teléfono permanecía encendido para lo que hiciera falta. 

«Tenía mucha fuerza», es de las frases que más repetían quienes ayer hablaban de ella. Tal vez por eso, a pesar de que estaba luchando contra el cáncer, a muchos su fallecimiento les pilló de sorpresa. De hecho, no sólo trabajaba, sino que tenía planes e iba de sexta en la lista de su partido, el PSC, de cara a las próximas elecciones municipales.

Puso en marcha el Respecta’m
Enamorada del lenguaje y activista por la igualdad de género, una de las primeras cosas que hizo al llegar al ayuntamiento fue preguntar por qué sólo se usaba el término ‘tinent d’ alcalde’ (teniente de alcalde) en masculino. Ella, claro está, llevó con orgullo el título de ‘tinenta’.
Pero tal vez la iniciativa por la que más será recordada su etapa al frente de la concejalía es el proyecto ‘Respecta’m’ contra las violencias machistas. Lo que comenzó como una campaña dirigida expresamente a evitar el acoso en las fiestas populares se ha extendido a las escuelas y al ámbito laboral y es un ejemplo de buenas prácticas del cual ya han tomado nota otros municipios. 

Su última publicación en las redes sociales, de hecho, fue un vídeo de la campaña en el que hablaban mujeres deportistas y entrenadoras.
También durante este mandato se puso en marcha el Servei d’Atenció Integral a les Diversitats Sexuals y de Génere de la ciudad de Tarragona, un tipo de servicio que hasta ahora no existía en la ciudad. 

Abogada de formación, en su vida profesional se dedicó al mundo editorial

Y en el área de Serveis Socials también estuvo al frente de la reorganización del Institut Municipal de Serveis Socials.

Una fuerza positiva
También deja un buen recuerdo en distintas entidades de la ciudad. Pitu Boronat, director de Comunicació i Relacions Institucionals de DOW y uno de los impulsores de la peña Festa per a Tothom, en la que personas con y sin discapacidad forman parte de una colla festiva, explica que «Ana era pura energía positiva, nos daba apoyo y fuerza. Si había alguna dificultad siempre buscaba la manera de darle la vuelta... Y creía en el liderazgo colectivo, dándole su espacio a cada uno». 

El año pasado fue un año especial para la colla porque se bautizó a la geganta Frida, inspirada en Frida Kahlo, y la primera que puede ser llevada por personas con movilidad reducida. Santos fue la madrina proyecto. 

Además estuvo muy ligada al mundo de la cultura. Dionisio de la Varga, presidente de la Cooperativa Obrera Tarraconense, de la cual ella era secretaria del consejo, recuerda  que no quiso desvincularse de la entidad cuando comenzó su mandato como concejal. «Tuvimos una relación intensa y buena, es de esas personas que no estaban por protagonismo, sino para trabajar y colaborar. Siempre hablaba claro, pero a la vez era una persona muy conciliadora. Es una gran pérdida para todos». Mari Carmen Puig, de la Associació de Veïns del Port, de la cual era socia, cuenta que sus abuelos ya vivían en la calle Apodaca, donde se crió ella. Tuvieron alguna discrepancia por temas del barrio, de esas que van incluidas en el cargo, «pero era un encanto de persona, una buena amiga y siempre lo demostró». 

Del mundo editorial
Santos estudió derecho en la Universidad Autónoma de Madrid y en la UNED, aunque se dedicó profesionalmente a la publicidad y el diseño gráfico. Fue cofundadora de dos empresas de servicios editoriales y de comunicación. 

Por sus manos pasaron las aventuras editoriales de más de un tarraconense en la editorial Silva. Pero si algo le importaba, y así lo hacía saber, era su hijo Mario. Era una «madre muy madre», resumen sus amigos. 

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