Andreu Muñoz: 'Cuando tenía diez años ya sabía que quería ser arqueólogo'

La Associació Cultural Sant Fructuós recibirá un diploma en reconocimiento al mérito en defensa de los bienes materiales e inmateriales en la lista de la Unesco a propósito del Patrimonio Mundial

29 octubre 2018 12:27 | Actualizado a 30 octubre 2018 13:37
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Andreu Muñoz, de 54 años, es el presidente de la Associació Cultural Sant Fructuós, arqueólogo y director del Museu Bíblic en Tarragona. Es investigador adscrito al Institut Català d’Arqueologia Clàssica, en Tarragona. Doctor en Arqueología Clásica. Da clases de Historia Antigua y Medieval de la iglesia, y de Arqueología Cristiana, en el InstitutoSuperior de Ciències Religioses Sant Fructuós.

La Associació Cultural Sant Fructuós ha recibido varios premios, entre los cuales se hallan el Premi Micro, en el año 2003, y el Premi Eutyches, en el 2012. ¿Por qué tiene tanto valor el diploma que les van a entregar en noviembre?

Este diploma de reconocimiento por las acciones en defensa de los bienes materiales e inmateriales incluidos por la Unesco en la lista de Patrimonio Mundial se otorga desde hace tres años. La noticia nos la comunicó el Ayuntamiento de Tarragona. Tiene importancia debido a que nuestro objetivo fundamental es difundir y potenciar el conocimiento del patrimonio de la Tarragona paleocristiana, incidiendo de manera especial en la divulgación de la Passió Fructuosi.

Organizamos muchas acciones de dinamización de este patrimonio, entre las cuales se hallan la celebración del Año Jubilar de Sant Fructuós, en el 2008, y nuestras relaciones culturales con la Liguria italiana.

¿En qué consiste concretamente la labor que lleva a cabo esta asociación?

Desde la asociación, registrada en el año 2000 y con actividad desde 1989, organizamos numerosas celebraciones. Entre estas están las múltiples representaciones de la Passió de Sant Fructuós, en varias ocasiones, nuestras publicaciones a través del Anuari de l’ACSF y Tern vermell, y también las reconstrucciones históricas, conferencias, viajes culturales...

¿Cuáles son sus actividades más emblemáticas?

Sin duda, la representación teatral de la Passió de Sant Fructuós, que escribí y dirigí por primera vez en el anfiteatro de Tarragona, en el año 1990. Por primera vez se representó el día 21 de enero, coincidiendo con la fecha del martirio, en el 2018. Esta pieza teatral se suele hacer en varios espacios, entre los cuales están el propio anfiteatro donde halló la muerte el mártir, la torre del pretorio, la necrópolis y el Circo. Recuerdo que hace diez años en las tres representaciones asistieron 2.500 personas.

¿Colaboran con algún tipo de entidad?

En nuestras actividades para dinamizar el patrimonio paleocristiano de la ciudad, contamos con la colaboración de varias entidades, entre las cuales están Cor i orquestra dels Amics de la Catedral, Gogistes Tarragonins, Arquebisbat de Tarragona, Museu Bíblic Tarraconense y Museu Nacional Arqueològic de Tarragona, entre otras. 

Volviendo atrás en el tiempo... ¿Por qué eligió el camino de arqueólogo?

Desde los diez años quería ser arqueólogo. En mi familia había una gran pasión por la historia. De niños, para ir a la playa del Miracle a menudo pasábamos por el anfiteatro, y yo me quedaba fascinado. Solo faltaba que te contaran las historias de este monumento, y esto influyó mucho sobre mi elección profesional.

¿Qué recuerdos tiene relacionados con su carrera?

La arqueología es una ciencia auxiliar que lleva al conocimiento de la historia. Hay muchas cosas que te pueden impactar durante tu trabajo... Recuerdo que una vez, hace años, excavé una tumba de un grupo familiar; era de un enterramiento del siglo III, en el actual Cambrils. Me impactó su ajuar: entre el depósito funerario se encontraban los pendientes de oro de la niña, un espejito y la lamparita de su padre, que servía para iluminarle el camino hacia el más allá. Vivir estas sensaciones descubriendo estos objetos emblemáticos forma parte del lado romántico de la arqueología, y es uno de sus indudables regalos.

¿Cómo definiría la arqueología?

Es como un libro, al que vas arrancando las hojas leyéndolo. A propósito, actualmente tenemos a unos jóvenes estudiantes con gran interés por la arqueología. Estamos ante una generación muy preparada e interesada en ello. Lo ideal sería juntar y aprovechar los dos lados de la ciencia, la formación humanística de antes y la tecnológica de hoy.

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