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Sorpresa y también curiosidad por parte de las personas que hace unos días transitaban por una zona cercana a la Catedral de Tarragona. La aparición de una tarántula caminando por el suelo atrajo las miradas de los curiosos. Finalmente fue recogida por los Mossos d’Esquadra. Estos apuntaron que el arácnido fue entregado a los agentes rurales.
Al parecer, una persona que iba corriendo con un terrario cayó al suelo y el recipiente se rompió. Fue entonces cuando el arácnido se escapó, hasta que fue recogido. Aunque la Policía Autonómica asegura que se trataba de un ejemplar de la especie Brachypelma smithi, un experto consultado por el Diari aseguraba que era una tarántula chilena rosada (Grammostola rosea). Es el arácnido más común como mascota debido a su carácter dócil y tranquilo.
Su hábitat natural se encuentra en la zona semidesértica de Chile, aunque también está presente en otros países cercanos, como Argentina, Bolivia o Perú. Mide unos 15 centímetros y su peso ronda los 15 gramos, siendo los machos más pequeños que las hembras. Éstas tienen una esperanza de vida de unos 15 años, mientras que los machos sólo viven cinco.
Se alimenta de insectos dos o tres veces por semana, principalmente grillos, pero incluso come crías de ratón.
El veneno
Las tarántulas son venenosas, aunque por lo general su mordedura no es mortal. El grado de toxicidad depende de cada especie. En el caso de la chilena rosada, el veneno no es mortal y la picadura no será problemática si no es que la víctima sea alérgica. De todas maneras, no se librará de dolor e inflamación.
Los propietarios tienen que tener claro que no hay que apretarla ni soplarla. Ello podría conllevar que frotara las patas traseras con su abdomen y soltara pelillos urticantes. Normalmente se trata de una especie mansa y tranquila y no muy agresiva.
