Aprender a hacernos visibles a los demás

El escritor Eloy Moreno comenta su último libro, ‘Invisible’, con los alumnos del último curso de ESO del IES Tarragona 

26 enero 2019 11:59 | Actualizado a 26 enero 2019 12:01
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Una pregunta que podría ser de examen: ¿Quién no ha querido ser invisible alguna vez? Y sobre todo… ¿quién no ha querido dejar de serlo? En nuestras relaciones con el mundo, la vara que mide nuestro entorno marca la capacidad que tenemos de ser vistos por los demás y de que se nos reconozca, sin ataques ni violencia, y detectar los casos en los que no se cumplen estos requisitos pueden ser esenciales para desconvocar la ‘invisibilidad’ que sufren muchas personas. ¿Y cómo podemos ayudar a aquellos que no se visibilizan ante los demás? 

Estos son, precisamente, los cimientos sobre los cuales reposa el libro Invisible, de Eloy Moreno, un título que ha encandilado a los alumnos de 4 de ESO del IES Tarragona, que han devorado sus páginas con el máximo interés. El año pasado, uno de los alumnos del centro trajo el libro a clase durante la actividad semanal de lectura en el aula y después de analizar su contenido, la responsable del área de Lengua del centro, Vanessa Romero, tuvo claro que el volumen sería una de las propuestas de lectura para el curso siguiente. 
Dicho y hecho. Durante los últimos meses, los estudiantes se han sumergido con entusiasmo en esta narración que juega con el suspense y mezcla varias voces para hablarnos de problemas que pueden afectarnos a todos.

«Cada año, intentamos que los alumnos puedan conocer personalmente a los autores de los libros que leemos en el aula», explican los responsables del centro, que adelantan que estas citas gozan de «una muy buena aceptación por parte de los alumnos».

La realidad lo corrobora. Esta semana, los estudiantes del centro se han encontrado con el autor de esta narración con sorpresa, en la que nada es lo que parece, y que -a juzgar por el interés del auditorio- tiene la capacidad de convocar la atención de los estudiantes de una franja de edad que a veces goza de una inmerecida fama de letárgica. 

En este caso, la narración tiene la virtud de tocar el tema de la aceptación, un tema que importa en todos los tramos de la vida, pero quizás aún más en el escenario de medias verdades de la adolescencia. «Hay gente que mira y que no quiere ver, por este motivo el protagonista se imagina que es invisible, porque no quiere creer que haya personas que vean lo que pasa y no lo expliquen«, expone Moreno, que tiene buena mano para sacar a relucir algunos de los aspectos que más han impresionado a los lectores, que demuestran haber seguido con atención un relato que habla de problemas, pero también de personas. 

Desfilan por la conversación algunos estereotipos que sonarán a los lectores, como el del chivato o el del empollón, pero también algunas figuras que tiene la capacidad de despertar nuestra curiosidad, como la luna, el monstruo, la niña que puede salvar vidas o el dragón que aparece tatuado en la espalda de uno de los personajes.

El autor tiene buena mano para hablar de sus orígenes, de como se plantea un relato de estas características y de cómo va creciendo a partir de una idea inicial. «A mí, de joven me gustaba tocar la guitarra y no fue hasta más tarde cuando me empecé a interesar por la escritura», explica Moreno, que no duda en mostrar imágenes de sus primeras presentaciones, que estaban muy lejos de la atención que recoge esta mañana. Quizá la suya es también una historia de visibilidad merecida al final de un camino lleno de esfuerzo.  Cuando suena el timbre que marca el final de la sesión el auditorio no se mueve y, finalmente, salen con sus ejemplares firmados. Quizá, como afirma Moreno, todos guardan un dragón dentro, pero, en todo caso, seguro que el reptil atesora a lectores potenciales. 

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