Aprender con mucho cuento

Reconocimiento. La Llar d’Infants de El Serrallo gana un premio IMET por un proyecto en el que los libros son el centro

11 diciembre 2019 09:30 | Actualizado a 11 diciembre 2019 09:52
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Temas:

En la Llar d’Infants de El Serrallo todo es de una talla mínima, como corresponde a sus pequeños usuarios, incluido un conjunto con unas butacas enanas y una mesita que hacen de rincón de lectura. Es, sin duda, uno de los lugares favoritos del centro.

Y es que la llar ha sido galardonada este año con el premio Josep Vives Ciurana en la categoría de Educación infantil de primer ciclo (0 a 3 años) por su proyecto Una llar de conte.

Educadoras cuentacuentos

Sandra Maza, directora, explica que todo el proyecto lo puso en marcha su antecesora, Aroa Villares (de baja por maternidad), y la educadora y cuentacuentos, Ester Pascual.

Una de las principales actividades que pusieron en marcha (el premio es para proyectos en el curso 2018-19) implicaba a los niños de quinto de primaria de la Escola El Serrallo, justo al lado, quienes se convirtieron en padrinos de lectura de los pequeños y venían a la Llar una vez a la semana.

Relata Maza que para los mayores, que tuvieron que practicar sus competencias lingüísticas, fue una importante inyección de autoestima. Los pequeños, por su parte, aprovecharon mucho la experiencia. «Nos sorprendía las conversaciones que tenían. Ves como entre niños se entienden de una forma que a los adultos se nos escapa», relata.

Los cuentos sirvieron, además, para estrechar vínculos con la comunidad. Así, por ejemplo, en el marco del programa ‘Coneix el teu Barri’, les vinieron a contar cuentos sobre El Serrallo.

Pero tal vez uno de los aspectos más signficativos fue la relación con las familias que también se implicaron el proyecto. El AMPA, de hecho, ofreció un taller para los padres, y los familiares que lo deseaban también acudieron a las clases de sus hijos a compartir alguna historia.

A partir de aquí también se habilitó un rincón con cojines para que los padres, a la hora de la salida, se pudieran quedar un rato leyendo cuentos relajadamente o se los llevaran a casa.

En este sentido, señala la directora, se hizo un esfuerzo por explicar la importancia de compartir estos espacios con los niños en unos momentos en que las pantallas lo copan todo. «Esa interacción con el adulto, especialmente si es tu padre, no tiene precio. Además, los cuentos te invitan a imaginar, algo que con la tecnología es mucho más limitado».

El centro cuenta con un conjunto de libros que se pueden consultar allí o llevar prestados. Además, en cada clase, hay una bolsa viajera para llevar a casa en la que van el cuento que da nombre a la clase y su títere.

Un hospital de libros

Pero, ¿para qué sirven los cuentos? educativamente hablando. Maza asegura que, aunque a estas edades los niños todavía no saben leer, esto les hace interesarse por los libros y ganar vocabulario. «Es increíble ver cuando son ellos los que los explican con sus palabras» apunta.

También les obliga a poner todos los sentidos y a anticiparse a lo que sucederá.

Son, además, la excusa perfecta para abordar todo tipo de temas, desde la llegada de un hermanito a la hora de dejar los pañales.

Los valores también están muy presentes. De hecho, uno de los lugares que se han creado a raíz del proyecto es el ‘Hospital de cuentos’. Se trata de un cajón en que se depositan los libros que han sufrido algún tipo de desperfecto. Son los propios niños, con la ayuda de las educadoras, quienes se encargan de darles los cuidados para que se ‘curen’.

A la hora de la salida un grupo de niños de clase de P2 toma el rincón de lectura. La paz se apodera del sitio y apenas se escucha la voz de la educadora. Es fácil pensar que, efectivamente, los cuentos obran milagros.

Comentarios
Multimedia Diari