Arregla la vida de todos, menos la suya propia

‘Flack’. Esta nueva dramedia que emite Cosmo TV rezuma una gran cantidad de humor negro sin que falten buenas dosis de drama

29 noviembre 2019 17:55 | Actualizado a 02 diciembre 2019 18:47
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Si eres famoso y tienes un problema grave, vas a necesitar a una persona que te saque del apuro lo más pronto posible y sin que nadie se entere, o al menos, que haga parecer que la cosa no ha sido tan grave. A esto es a lo que se dedica Robyn (Anna Paquin), a sacar de líos varios a todos los célebres clientes que tiene a su cargo en la agencia de relaciones públicas para la que trabaja en Londres.

Flack, la serie que acaba de estrenar en España en canal Cosmo TV, es una dramedia en la que vamos a ver cómo estas continuas situaciones van a poner a prueba la paciencia y la habilidad de Robyn para solucionar tanto entuerto.

Flack está creada por Oliver Langley y producida por la propia Anna Paquin, que desde el primer momento estuvo entusiasmada con el guion de Langley. Actualmente se está emitiendo su primera temporada, que consta de seis capítulos, pero ya ha sido renovada para una segunda tanda.

De la Anna Paquin que protagonizó ‘True Blood’ poco o nada queda en esta dramedia de Cosmo

¿Publicista o apagafuegos?
En Flack, Robyn es una persona con una vida privada bastante particular que trabaja para Caroline (Sophie Okonedo), una mujer desconcertante, altiva y con mucho estilo, que posee la agencia de relaciones públicas para la que trabaja Robyn. Como compañera de trabajo tiene a Eve (Lydia Wilson), una mujer que no sabes si es una perfecta caradura o una genio maravillosa. Sus salidas de tono y su forma de afrontar los problemas de los clientes no van a dejar indiferente a nadie.

A la agencia llega una becaria, Melody (Rebecca Benson), una ingenua joven que va a encajar perfectamente con el trío protagonista, aunque en un primer momento parece que no vaya a ser así, pero al cabo de diez minutos vemos que es una más en esta loca agencia de relaciones públicas.

Nunca sabes exactamente si son publicistas o apagafuegos, porque son especialistas y totalmente resolutivas a la hora de arreglar cualquier tipo de contratiempo que tenga el famoso de turno. La rapidez con la que encuentran la solución es impresionante y ya no hablemos de las formas más que ingeniosas que encuentran en más de una ocasión para solventar el embrollo.

Diálogos mordaces
Si algo tiene destacable esta serie son sus guiones. Los diálogos son rápidos, más que rápidos, van a la velocidad de la luz. No te dan un segundo de descanso y esto hace que los algo más de cuarenta minutos que dura cada capítulo se nos pasen volando.

Soy muy fan de este tipo de comedia y Flack es el perfecto ejemplo. La relación entre Eve y la becaria Melody dejan líneas de diálogo dignas de escribir un libro. Desternillantes.

Los diálogos ágiles y superrápidos hacen que no haya ni un segundo de descanso en la trama

Pero Flack también tiene su parte de drama y este aparece en toda su plenitud cuando la serie muestra la vida privada de Robyn. No es oro todo lo que reluce y tiene graves problemas de autoestima, drogadicción y alcoholismo. Todo un dechado de virtudes, vaya. Tiene profundos traumas que se muestran si rascamos un poco en la superficie y vamos a ver a una persona con más zonas oscuras que claras. Pero eso sí, ya se cuida ella muy mucho de mostrar esta parte de su personalidad al mundo exterior.  Para muestra tenemos la excelente relación que tiene con su hermana y su cuñado y es que aun teniendo graves problemas personales intenta que estos no afecten a su entorno ni laboral ni familiar.

De momento se han emitido dos capítulos y ya nos ha dado tiempo de hacernos una perfecta composición de lugar. A la velocidad con la que fluyen los diálogos no me extraña.

Flack no es una serie que nos vaya a dar grandes lecciones de vida ni que vaya a ser de las que todo el mundo hable como una excelente obra, pero tengo que decir que entretiene ¡y mucho!

Sus capítulos se dirigieren como si estuviéramos comiendo nuestro plato favorito y hace que durante cuarenta minutos nos olvidemos de nuestra normal vida y nos dejemos ir viendo cómo Robyn resuelve las miserias de todo el mundo en un visto y no visto con humor y mucha mano izquierda aunque, a menudo, se olvide de solucionar su propia vida.

 

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