Ballesteros: 'En enero firmamos que el Banco de España sea el museo de la química'

La inversión prevista para transformar el histórico inmueble oscila entre los dos y los tres millones de euros

19 mayo 2017 23:51 | Actualizado a 20 mayo 2017 21:43
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El Ayuntamiento de Tarragona firmará el próximo mes de enero un protocolo de intenciones para que el histórico edificio del Banco de España se convierta en el museo de la química. Así lo anunció esta semana al Diari el alcalde Josep Fèlix Ballesteros (PSC), quien aseguró que la corporación local ya ha llegado a un principio de acuerdo con varias entidades para encontrar, por fin, un uso al inmueble situado en el número 101 de la Rambla Nova, que está cerrado desde que cesó su actividad el 31 de diciembre de 2003.

«Entre finales de enero y principios de febrero firmaremos el protocolo con la URV, el ICIQ y, espero, con la AEQT. Estamos muy contentos», explicó el máximo representante municipal, quien enfatizó que «se trata de un proyecto ambicioso, que no será sólo poner aparatitos, sino que irá mucho más allá. Se trata de una gran noticia».

Ballesteros remarcó que el gobierno local tiene «mucha ilusión» en este proyecto, que no necesitará de una gran inversión, ya que «no se necesitará tocar la estructura del edificio». En concreto, el coste de reforma del inmueble oscilará entre los dos y los tres millones de euros.

«Lo importante es que se preserva el carácter público del espacio, ya que en el pasado la idea era convertirlo en oficinas de la administración del Estado», recordó el alcalde, quien valoró que ahora «será un nuevo equipamiento para la ciudad». De hecho, Consistorio y Subdelegación firmaron el acuerdo por el que el espacio volvía a manos municipales, a cambio de un terreno en el entorno del Hospital Joan XXIII, a principios de febrero de 2010.

 

Primero debía ir al Port

La opción del Consistorio había sido siempre la de destinar el Banco de España a ser la referencia turística de la ciudad. «Sin embargo, la supresión del Consorci de la Tarraco Romana obligó a cambiar los planes. La Generalitat retiró el plan y el Gobierno Central los fondos, por lo que todo quedó parado», explicó esta semana el alcalde en declaraciones a este periódico. En ese momento se empezó a valorar la posibilidad de utilizar el espacio como un centro de interpretación de la química.

Si finalmente se confirma para dentro de pocas semanas la esperada firma del protocolo con la Universitat Rovira i Virgili (URV), el Institut Català d’Investigació Química (ICIQ) y la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), habrán llegado a buen puerto unas negociaciones que se iniciaron hace más de dos años.

Lo cierto es que la idea de implantar un museo relacionado con la actividad química en la ciudad viene de lejos. A finales de 2007 se anunció la creación en Tarragona del primer equipamiento español de estas características. De hecho, la Universitat de Barcelona trabajó en ello por encargo de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), ya que la filosofía del centro era la de «mostrar, instruir y educar» a la ciudadanía sobre la actividad química. Por ello, estaba previsto que el centro contara con abundantes recursos audiovisuales y multimedia.

En ese momento, la idea era que dicho espacio se ubicara en las instalaciones del Port, de forma que se convirtiera en una ampliación del Museu del Port. Según se anunció en noviembre de 2007, el objetivo era iniciar las obras en 2009 para que pudiera abrir al público a lo largo de 2010. Sin embargo, la crisis económica frenó dicho proyecto y, desde entonces, nunca más se supo de ello, hasta el anuncio de Ballesteros.

 

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