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La batalla electoral también se libra en las redes sociales. Los candidatos, ayudados por sus equipos y sus asesores en comunicación, se afanan con mejor o peor suerte en difundir sus mensajes y hacer campaña en soportes como Facebook y Twitter. En general, a más veteranía y popularidad offline, más seguimiento también 2.0. A nivel estadístico y puramente numérico, es difícil combatir contra el tirón del alcalde de Tarragona y candidato del PSC, Josep Fèlix Ballesteros, que es el más veterano en Twitter y el que más seguidores tiene (4.364). Es también el que más social authority –un baremo para medir la repercusión de cada perfil– tiene, según el cálculo de la página Followerwonk.
No es, sin embargo, el más activo en la red social del pájaro azul, rango que ostenta Pau Ricomà (ERC), con 7.313 tweets publicados –a una media de 89 por semana–. Es, con mucha diferencia, el candidato tarraconense más activo en Twitter. Los últimos en llegar han sido los que más han tenido que ponerse las pilas, como es el caso de Albert Abelló (CiU), que a pesar de tener una autoridad social baja se muestra prolífico, con 1.412 tweets publicados en apenas 109 días.
Algunos candidatos han modificado su nombre en Twitter, adaptándolo expresamente a la campaña, como es el caso de Arga, #RenovemTGN. Sentís (ICV) –con selfie incluido para ilustrar la cuenta– acumula 1.437 seguidores y es también una de las más veteranas en la red. Todos, además, han inaugurado o renovado sus blogs y sus webs oficiales.
Hay casos peculiares como el de Alejandro Fernández (PP), con pobres registros en Twitter, aunque volcado en esa red de forma temporal durante la campaña. En Facebook, donde el candidato popular tiene 4.994 amigos, su actividad suele ser mucho más abundante, incluidos extensos y polémicos debates con los internautas. Candidatos nuevos como Rubén Viñuales (Ciutadans) o Laia Estrada (CUP) están realizando una labor intensiva en unos pocos meses. En siete meses en la red de los 140 caracteres, Viñuales ha conseguido según Followerwonk una autoridad social de 46, mientras que Laia Estrada, en tres meses y medio, registra una media de cinco seguidores nuevos diarios. La candidata de la CUP explora así en un electorado potencial que suele estar cercano a las nuevas tecnologías y a la comunicación en la red –un factor que, de hecho, ha contribuido al auge de la formación–.
Los expertos denuncian que algunos candidatos desaparecen y, de repente, con la llegada de la campaña, intensifican su presencia. Lo más recomendable, sin embargo, es apostar por una ‘carrera de fondo’, con regularidad en las publicaciones. Otro de los mandamientos es personalizar al máximo los mensajes, algo que difícilmente se consigue si es el equipo quien gestiona la cuenta. En ese sentido, llama la atención el ejemplo de Ara Tarragona, donde su candidato, Emili Rivelles, incide explícitamente en su biografía:«Cuenta gestionada personalmente por mí». Las claves para un uso eficiente de las redes sociales en términos de comunicación política son autenticidad, cercanía y constancia. Entre los defectos detectados por los analistas, figura seguir entendiendo Twitter o Facebook como medios de comunicación convencionales y, por tanto, con una sola dirección. Es decir, se comparten contenidos –en el caso de los candidatos tarraconenses abundan los retuits de las cuentas de su propio partido– pero hay poca interacción con el seguidor, la esencia en origen de una red social.
