Bufandas y sombrillas, los objetos más perdidos en el bus

En el 2017 se encontraron 809 artículos en los autobuses, de los cuales el 37,45% fueron devueltos a sus propietarios. Algunos, como las carteras, se llevaron a la Guàrdia Urbana

23 enero 2018 12:07 | Actualizado a 24 enero 2018 13:52
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Montserrat atendía ayer a unos jóvenes en las oficinas –barracones– de las cocheras de la Empresa Municipal de Transports (EMT), donde duermen los autobuses de Tarragona. Uno de los chicos llegaba al lugar preocupado porque hacía dos días que había perdido su teléfono móvil en un autobús. Pero Montserrat era su ángel de la guarda que, después de que el chico le explicara algunas características del terminal, se lo devolvió, entre sonrisas. Esta práctica se lleva a cabo casi cada día, cuando alguien se deja algún objeto personal en el interior de los autobuses de la EMT. 

El servicio de objetos perdidos nació en 2010, pero desde entonces el sistema ha mejorado mucho. Montserrat Guàrdia es la encargada de recibir las llamadas de aquellas personas que pierden algo en el autobús. El número de teléfono es el 600.365.114. Pero también se puede acudir a los dos puntos de información de la EMT, en la calle Soler o en la estación de autobuses de la Plaça Imperial Tarraco e informar de la pérdida.

Los conductores revisan los vehículos cada vez que acaban su turno y, si encuentran algo, lo llevan hasta las oficinas de la EMT. Allí les espera Montserrat, quien se encarga de registrar el objeto en una libreta. El propietario puede pasar a buscarlo por las oficinas de lunes a viernes de ocho de la mañana a tres de la tarde. 

«En 2010, cuando empezó el servicio, los objetos se guardaban en un armario. Pero desde hace unos años hemos estructurado mejor el servicio. Cuando los objetos llegan, los registramos y los enumeramos», explica la encargada de los objetos perdidos, Montserrat Guàrdia, quien añade que «este trabajo es muy gratificante, ya que puedes ayudar a las personas, que son muy agradecidas. Algunas, incluso, piden hablar con el conductor del autobús para darle las gracias». Cuando el propietario del objeto va a recogerlo, debe explicar las características del artículo. A modo de ejemplo, el joven que el sábado perdió el móvil comentó que el terminal tenía un golpe en un lateral. Montserrat lo comprobó y así era.

Es un trabajo muy gratificante, porque puedes ayudar a las personas, que son muy agradecidas

Según marca la norma, cuando el objeto lleva dos meses en las dependencias de la EMT, la empresa toma una decisión. Si es ropa, se deposita en un contenedor cercano a las oficinas, de color naranja, de Roba Amiga, entidad que se dedica a repartir la ropa a los que más la necesitan. Si es documentación, se envía a la Guàrdia Urbana, «quien cuenta con más mecanismos para encontrar a los propietarios», explica Montserrat, quien añade que el cuerpo policial firma un documento conforme ha recibido los artículos. Si entre los objetos hay un número de teléfono o un bono de autobús, es la misma empresa quien se encarga de encontrar al propietario. 

Según explica Montserrat, la parte del autobús donde más objetos perdidos se encuentran es en la repisa situada en el primer asiento a la derecha del conductor. «Es el sitio más recurrente, ya que hay espacio para dejar el objeto. Luego no se acuerdan», explica Montserrat.
809 objetos encontrados

El año pasado se encontraron 809 objetos dentro de los autobuses de la EMT. De estos, 203 fueron devueltos a sus propietarios, 58 entregados a la Guàrdia Urbana y 42 se trasladaron a la oficina de información de la Plaça Imperial Tarraco, también para ser devueltos a sus propietarios. Por lo tanto, en el 2017 se retornó un 37,45% de los objetos a los usuarios, una cifra que la misma empresa considera muy buena. 

Hasta una bandeja de canelones

En las mismas oficinas hay un espacio, como un almacén, donde se guardan, después de ser registrados y enumerados, los objetos en cajas de cartón. Durante los meses de verano, los artículos que más se encuentran en los autobuses son los de playa, como sombrillas, sillas o toallas. En invierno, las bufandas sin propietario se sitúan primeras en el ranking, y las chaquetas, segundas. Montserrat asegura que otros de los objetos que se encuentran habitualmente son gafas de sol y de vista, paraguas, carteras, estuches y carpetas. Como cosas curiosas, hace poco se dejaron una muleta y hasta una bolsa de deporte con una equipación entera. También se han encontrado caminadores, dentaduras, uniformes de trabajo, algún audífono y Biblias. 

Como anécdota, Montserrat explica que hace una semana, una señora se dejó una bandeja de canelones y tres tabletas de chocolate. «Guardamos los canelones en una nevera que tenemos, y al día siguiente, la mujer vino a buscarlo», explica Montserrat, quien destaca también que «hay gente que pierde cosas de manera habitual. Tenemos una cartera que la devolvimos el viernes y ya vuelve a estar aquí». 

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