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Dos hombres han sido detenidos por la Guàrdia Urbana por mendigar en Les Gavarres, acercándose a los clientes de los establecimientos y llegando incluso a tocados, saltándose la orden de confinamiento. Ambos sospechosos ya habían sido sancionados en una decena de ocasiones por hacer caso omiso a la cuarentena.
Los hechos se remontan a las 11.20 horas del pasado sábado. Una patrulla observó que los dos sospechosos estaban «increpando y coaccionando» a los ciudadanos que entraban y salían de un centro comercial, a los que pedían dinero. Todo ello sin respetar la separación de seguridad. Incluso los seguían a una corta distancia para conseguir su propósito.
Dos patrullas se acercaron a los hombres que, entre sus pertenencias, llevaban agujas y jeringuillas de insulina. Cuando los policías les preguntaron por qué se saltaban el confinamiento, respondieron que eran adictos a la cocaína y que necesitaban dinero para comprarla. Añadieron que se pinchaban cada dos o tres horas, por lo que para conseguir las suficientes dosis tenían que estar prácticamente todas las horas de apertura del establecimiento pidiendo.
A uno de ellos ya se le había levantado acta en once ocasiones –el 30 de marzo en cuatro ocasiones– por saltarse la cuarentena y al otro, diez. Los agentes les preguntaron si eran conscientes de que con su actitud ponían en riesgo al resto de personas. Uno contestó que lo importante para ellos era conseguir sus dosis diarias y no la vida de los demás. El otro manifestó que su intención no era estar encerrado en ninguna parte, que necesitaba la droga y que no pensaba obedecer a nadie.
Con antecedentes policiales
Ante estas manifestaciones, los agentes procedieron a detener a los dos sospechosos, ambos de nacionalidad española, como autores de un delito de resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad. Uno de ellos tiene 40 años y con domicilio en Tarragona. Ya había sido arrestado en nueve ocasiones en Tarragona y Reus por amenazas, daños, robo con fuerza en interior de vehículo, hurto y requisitoria. El otro tiene 36 años y su residencia en Santa Coloma de Queralt. Cuenta con once antecedentes policiales –en Tarragona, Valls, Reus y Tàrrega- por robo con violencia, con fuerza en interior de vehículo y requisitoria.
Tras pasar a disposición judicial, fueron puestos en libertad con cargos.
